Usando tonos neutros y càlidos, con una iluminación tenue se consigue una buhardilla diáfana muy acogedora. En uno de los rincones un sofà cama convierte la estancia en la habitación de invitados perfecta. El mobiliario a medida se adapta a las formas marcadas por la cubierta inclinada. y todos los elementos se interrelacionan salvando la geometria del espacio.
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