El proyecto consta de una vivienda de 160m2 en Caldes de Montbui, con un programa peculiar en el que cada habitación contiene un programa muy distinto a los otros. Una habitación, una sala de yoga, un vestidor, y una sala donde tocar la guitarra. Por esa razón se decidió separar los volúmenes para aumentar así el aislamiento entre ellos. Además gracias a la separación se consigue un distribuidor con unas vistas geniales y mucha luz.
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