Un espacio de unos 75m2, se convirtió en un “gran” espacio a nivel de sensaciones.
La terraza existente se fundió con el salón dando sensación de continuidad y creando una conexión directa con el mar. La cocina en parte abierta al salón, contribuyó también a esta sensación. Cabe destacar la pared que separa la zona de día de la zona de noche, donde se integran las puertas correderas, todo ello forrado en piel.
El baño también es parte muy especial de la casa. Con detalles cuidados al máximo donde el lavabo de corte clásico, convive con la cerámica más contemporánea.
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1 Comentario
¡Qué chulo y luminoso, así me gustan a mí las casas...!