Cómo ahorrar con la calefacción: 20 trucos para reducir la factura

20 trucos para ahorrar en calefacción

1. Puesta en marcha en condiciones

El primer paso para conseguir la mayor eficiencia de tu calefacción es purgar los radiadores antes de su puesta en marcha después de un período de inactividad. Se trata de un proceso de lo más sencillo que se basa en extraer el aire cada vez que comienza el invierno, pues si no se hace, se pueden acumular pequeñas burbujas de aire que impidan el paso fluido del calor. Estas burbujas pueden llegar a hacer que la potencia de nuestros radiadores se reduzca y que, por tanto, necesitemos mucho más calor para que funcionen, con el aumento de gasto que esto puede suponer. 

Hay que destacar que la mayoría de los radiadores modernos cuentan con purgador automático, es decir, el aire es expulsado por sí mismo. No obstante, si el purgador es manual, tendremos que realizar nosotros mismos esta purga. El secreto es abrir poco a poco el purgador, de manera muy lenta.

2. Ahorrar controlando la temperatura

Es muy común llegar a pensar que si no usamos la calefacción hasta que no sea imprescindible reduciremos el gasto. Sin embargo, es importante saber cuándo encender la calefacción. Y es que lo cierto es que mantener una temperatura constante, aunque esto suponga que la calefacción esté encendida por más tiempo, es más rentable que arrancar la calefacción desde una temperatura más reducida.

Si cuando estemos en casa mantenemos una temperatura estable gastaremos menos; pues está comprobado que las subidas fuertes de temperatura provocan mayor gasto. Lo ideal, durante el día, es mantener estable una temperatura entre los 19 y 21 grados, pudiendo bajar durante la noche 2 o 3 grados.

De esta manera lograremos reducir el importe de la factura. Para el control de la temperatura los termostatos programables y de funcionamiento automático son la mejor opción para controlar adecuadamente la temperatura del hogar teniendo encendida la calefacción el menor tiempo posible.

3. La correcta circulación del calor

Es imprescindible que el calor circule de manera correcta por el circuito, por ello, es importante no instalar los radiadores cerca de muebles y evitar colocar elementos sobre los mismo. Y es que estas acciones lo único que acarrean es un consumo mayor y, por tanto, una factura bastante más alta.

4. Cuidar y mimar tu caldera

Una caldera bien cuidada es una caldera que funciona de manera correcta y, por tanto, una caldera que rendirá mejor. 

Por este motivo, el mantenimiento de este elemento del hogar debe ser correcto. Afortunadamente, algunas compañías incluyen en sus tarifas el mantenimiento de las calderas. Es recomendable informarse y optar por este tipo de contratos en los que el mantenimiento anual sea gratuito o más bajo. 

Asimismo, si estás pensando en cambiar la caldera de casa, no te dejes guiar por la primera opción disponible, es aconsejable investigar, estudiar y valorar. Escoge siempre la caldera con mejores resultados en cuanto a eficiencia se refiere. El precio no es que sea secundario, pero hay que guiarse por otros aspectos como el consumo, pues así nuestra factura se reducirá a medio-largo plazo. De nada sirve comprar una caldera muy económica si el gasto que vamos a tener con ella se dispara, ¿verdad?

5. Cosas que no dependen de tu caldera

No todo son radiadores y calderas. Lo cierto es que también hay otros factores que pueden hacer que consumamos más gas de lo normal. Entre estos factores, los más importantes son los que tienen que ver con el aislamiento de nuestra casa, también influye tener las ventanas o puertas abiertas más tiempo de lo normal, por ejemplo.

6. Cambiar la caldera por una que ofrezca bajo consumo

Otro de los trucos para saber cómo ahorrar en la calefacción es hacerse con una caldera de bajo consumo. Es cierto que esta precisa de una inversión inicial que, en algunos casos, puede resultar elevada, pero a la larga resulta ser una opción más económica, ya que ayudará a que ahorres en tus facturas.

Y es que se trata de un sistema más eficiente, consiguiendo consumir menos a la vez que ofrecen la misma cantidad de energía.

7. Escoger el tipo de energía más económico

Existen distintos tipos de combustibles que pueden utilizarse en un sistema de calefacción. Para conseguir el más económico, deberás calcular los costes de instalación así como el gasto mensual estimado y así poder escoger el que te ayude a ahorrar en calefacción.

Una vez escogido un combustible, también es recomendable comparar las ofertas disponibles en las distintas compañías energéticas. Después puedes elegir el sistema de calefacción más económico.

8. Apagar los radiadores en las habitaciones vacías

Por lo general, hay algunas habitaciones en casa que no se utilizan habitualmente o que se usan menos. Para evitar desperdiciar energía calentando una habitación que no se usa, se recomienda apagar los radiadores que se encuentren en dicha estancia.

9. Cerrar las estancias que están vacías

Del mismo modo que se mencionaba en el apartado anterior, aquellas habitaciones vacías en las que hemos apagado los radiadores, se recomienda aislarlas del resto de la vivienda cerrando la puerta. Y es que al estar más fría dado que los radiadores no se encuentran en funcionamiento, se precisará más energía del resto de la vivienda para calentar esa habitación.

10. No cubrir los radiadores

Suele ser común, sobre todo en días lluviosos de invierno, colocar algunas prendas sobre los radiadores, ya sea para secarlas o simplemente para calentarlas. Al cubrir los radiadores se forma una barrera térmica, por lo que estos precisan de más energía para poder calentar la vivienda, incrementando así el gasto.

Por ello, no se recomienda colocar ningún elemento sobre los radiadores.

11. Conseguir un correcto aislamiento de la vivienda con el exterior

El calor tiende a extenderse hacia aquellos espacios en los que la temperatura es inferior. Por ello, si las ventanas y puertas que están en contacto con el exterior no están bien selladas, se va a perder calor del interior, con el consiguiente gasto que esto supone.

Para evitar que esto ocurra, se recomienda el uso de ventanas con doble cristal, el sellado de estas, además del uso de otros elementos como burletes o esterillas. Esto ayuda a reducir dicha pérdida de energía.

12. Usar de forma adecuada elementos como las persianas

El sol que entra en ocasiones incluso en días fríos, ayuda a que el calor se mantenga en el interior de la casa, por lo que en esos momentos se recomienda tener las persianas subidas.

Del mismo modo, durante la noche, se aconseja bajar las persianas para así evitar que ocurra lo mencionado en el apartado anterior.

13. Optar por unas cortinas térmicas

Al igual que ocurría con las persianas, las cortinas térmicas son un elemento de lo más beneficioso a la hora de mantener el calor en el interior, dado que evita que se escape el mismo hacia el exterior a la vez que evita que el frío entre.

14. Colocar paneles reflectantes en la parte trasera de los radiadores

El uso de paneles reflectantes en la parte trasera de los radiadores ayuda a potenciar el efecto calórico de los mismos, ayudando así a distribuir el calor con un menor esfuerzo energético y, por ende, reduciendo el gasto económico.

15. Encontrar un punto intermedio entre calefacción y prendas de abrigo

Hay que ser conscientes que ya no estamos en verano y vestirnos de manera adecuada a la estación en la que nos encontramos. No es necesario estar en casa con un abrigo, pero tampoco en ropa corta, un punto intermedio como un jersey o una bata y una temperatura media de la calefacción entre 19ºC y 21ºC hace que el resultado sea más coherente y económico.

16. Programar la calefacción

En la actualidad, dados los grandes avances tecnológicos de los que disponemos, es posible contar con un termostato programable. Esto ayuda a conseguir calentar la vivienda para que cuando llegues esté caliente. Además, también permite que la apagues desde cualquier lugar si, por un casual, se te ha olvidado hacerlo.

17. Ventilar la casa de manera consciente

Lo más adecuado es ventilar la casa por la mañana, con las persianas subidas y las ventanas totalmente abiertas, durante unos diez minutos. Se recomienda hacerlo en todas las estancias de la vivienda a la vez y, por supuesto, mantener la calefacción apagada en este tiempo.

18. Limpiar los radiadores

Como ya se comentaba anteriormente, los radiadores precisan de un correcto mantenimiento para garantizar su buen funcionamiento, pero también una limpieza adecuada. Esto garantizará que estén en perfecto estado por mucho más tiempo, evitando que sea necesario cambiarlos.

19.  Aprovechar el calor residual

A la hora de cocinar o cuando te das una ducha, la temperatura de las estancias en las que te encuentras sube sin necesidad de la calefacción. Aprovéchalo para no utilizarla en esos momentos, utilizando así el calor ambiental.

20. Apagar la calefacción por la noche

Por la noche, dormimos tapados, por lo que no será necesario que la calefacción esté encendida para no tener frío. Además, tal como se hablaba en el punto anterior del calor residual, si se ha tenido la calefacción encendida durante el día, la vivienda estará cálida durante algún tiempo más incluso una vez apagada.

¿Cómo ahorras tú en la factura de gas?