Una mudanza implica enfrentarse a un piso vacio y a una nueva distribución de nuestras pertenencias. el atreverse a la renovación deja entrar aires nuevos a nuestro día a día.
Este cliente tenía algo claro, su nueva casa comenzará con la reforma del recibidor – la puerta de entrada y bienvenida a la casa, y la habitación de su hija de cuatro años, la princesa de la casa.
Ubicado en el Eixample, este piso goza de una orientacón privilegiada, y una distribución senorial.
El recibidor busca ser la puerta de bienvenida y debe reflejar el estilo del propietario.
La elección del color de las paredes y el tipo de iluminación puntual permite destacar los diferentes elementos que lo componen jugando con la orientación de las luces.
El que es actualmente el cuarto de la niña, era una habitación dividida por un arco interior. Aprovechamos esta particularidad para crear dos ambientes: uno lúdico, parecido a un jardín donde jugar, rodeado de imágenes en las paredes; y otro como una verdadera habitación de princesas, con cortinajes, papel pintado y mariposas. Dos colores dominan el diseno en armonia: el rosa y el gris.
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