Un piso pequeño en el centro de Madrid. Una pareja joven. Un presupuesto reducido. El objetivo es conseguir un aprovechamiento máximo del espacio, máxima flexibilidad de usos y llevar la iluminación natural a toda la vivienda. Se consigue con una línea de almacenaje en altura a lo largo de todo el espacio. Los distintos usos se dividen con grandes puertas correderas adosadas al mobiliario y los tabiques se interrumpen antes de llegar al techo para permitir el paso de luz.
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