4 libros para ordenar tu hogar más allá de Marie Kondo
- El arte de tirar, de Nagisa Tatsumi
- La alegría del orden en la cocina, de Roberta Schira
- Hyyge: la felicidad de las pequeñas cosas, de Meik Wiking
- Japonismo: el arte de alcanzar una vida plena, de Erin Niimi Longhurst
El arte de tirar, de Nagisa Tatsumi
El origen. Este libro fue la inspiración de Marie Kondo para escribir La magia del orden. "Me fascinó y me insipiró", afirmó la creadora del método KonMari. En esta obra se analiza la psicología detrás de lo que nos impide deshacernos de objetos físicos y qué mecanismos se esconden detrás de estos sentimientos de culpa. Un documento minimalista y necesario para comprender por qué somos como somos.
La alegría del orden en la cocina, de Roberta Schira
El método KonMari nos convenció, pero nos encontramos ante un choque de culturas entre lo asiático y lo mediterráneo. La cocina es un elemento clave en nuestras vidas, nos definen y son el corazón de nuestras casas, pero Marie Kondo las pasa un poco por alto. Como respuesta, la italiana Roberta Schira escribió todo un libro centrado en esta estancia.
Hyyge: la felicidad de las pequeñas cosas, de Meik Wiking
Cruzamos al norte de Europa para seguir aprendiendo filosofías que nos inspiran a decorar y ordenar tu casa. El secreto de la felicidad danesa se llama Hygge, os hemos hablado largo y tendido sobre esta tendencia, pero si queréis ir a la fuente original, tenéis que contar con este libro.
Japonismo: el arte de alcanzar una vida plena, de Erin Niimi Longhurst
No todo es KonMari. Japón está repleto de filosofías diferentes para vivir siendo responsable con el medio ambiente, con el consumo adecuado, con la tranquilidad de encontrar las cosas que realmente importan... Ikigai, Oousoji, Danshari... Todas ellas cuentan algo especial, pero creemos que esta obra es un primer paso introductorio para todas ellas.
1 Comentario
Menos consumismo.
Un poquito de sentido común (el menos común de los sentidos).
Y otro poquito de coherencia.
Con esas tres cositas ni Kondos, ni japonismos, ni gaitas en vinagre.
Cuanta tontuna.