La casa Rincón Lunar se proyecta con vocación escultórica. Consiste en 4 paralelepípedos con distintas alturas que se interseccionan creando un juego volumétrico contemporáneo y a la vez atemporal que relaciona todo el programa funcional. El edificio creará un contraste en la zona proyectada que surgirá con total autonomía.
La visión aérea de las distintas piezas tendrá analogía con los cuadros del Supramatismo ruso de Malevich, y será una arquitectura que podría incluirse en el minimalismo abstracto volcada hacia el interior y a la vez buscadora de la esencia del lugar.
La solución que he adoptado es la siguiente. Los usos se han diferenciado en distintas piezas que diferencian por su color o por sus materiales. La pieza nodriza posee dos alturas. En ella se encuentran los usos principales del edificio. Los espacios principales o servidos se vuelcan hacia el sur que es la orientación más favorable para la sostenibilidad y el ahorro energético tanto en verano como en invierno. Los espacios sirvientes se encuentran orientados hacia el norte. El salón comedor posee toda la altura de la pieza principal que contiene la escalera de peldaños volados y crea, en el segundo nivel, un deambulatorio que sirve de distribución a todos los espacios de la casa, sin tener que proyectar pasillos. Su acabado será de un mortero monocapa blanco.
La pieza protectora es otro prisma de una altura, muy alargada que intersecciona a la pieza nodriza en el sur y su función es la de seguridad nocturna y protección solar en verano. Posee 5 correderas de acero y madera ejercen la función anterior. El acabado será de color marrón chocolate.
La pieza transportadora engloba la función de garaje, posee una altura y se intersecciona con la pieza nodriza en la zona noreste. El acabado es gris oscuro, casi negro, igual que las puertas elevadizas de las cocheras. La pieza observadora engloba al función de despacho y es un mirador hacia Sierra Nevada y el antiguo campo de fútbol. Está revestida de un material cerámico metalizado, es de una altura y se intersecciona con la nodriza en el segundo nivel apoyándose sobre la tapia y buscando la mirada hacia el este.
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