Nuevo Museo de la Educación y de la Infancia de Castilla la Mancha, situado en Albacete.
El edificio se caracteriza por una nueva cubrición sobre una antigua escuela mediante un manto de hormigón perforado por cientos de pequeños lucernarios de color. Se pretende recrear un pequeño universo infantil.
En el interior se trata de confundir el tamaño relativo de las cosas, jugando con la forma de las escaleras o del edificio existente para provocar cierta perplejidad y hacer que los adultos se sientan niños por un momento.
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