En este artículo
- Ejemplo de suelos porosos
- Diferentes grados de porosidad
- ¿Cómo debes limpiar los suelos porosos?
- Productos para limpiar el suelo poroso
- Pasos para limpiar un suelo poroso
Ejemplo de suelos porosos

Los suelos porosos son realmente amplios en su variedad. Hay tipos de superficies que están diseñadas de esta forma para ofrecer esa ventaja añadida de pavimento antideslizante. Muchos otros, como el gres o incluso el mármol, pueden tornarse rugosos si no se limpian con regularidad. Finalmente hay acondicionamientos y pinturas que logran que un pavimento adopte esta consideración porosa. Por ejemplo, los suelos de vinilo son grandes sustitutos de buen precio para maderas o cerámicas, no obstante. Estos pavimentos pueden hacerse rugosos a través de diversos tratamientos con micro minerales. También podemos encontrar pinturas antideslizantes que harán que nuestros suelos se conviertan en pavimentos menos deslizantes, creando una superficie más porosa.
Diferentes grados de porosidad

También es importante saber que existen diferentes tipos y grados de porosidad. Dentro de las baldosas cerámicas existirían tres grados de porosidad.
- Por un lado estarían los suelos de grado 1, baldosas de superficie lisa que tienen un posible deslizamiento.
- Encontraríamos después los suelos de grado 2. Son un tipo de baldosas que tienen una resistencia media al posible resbalamiento, siendo un poco más porosas.
- Finalmente estarían los pavimentos de grado 3. Este tipo de baldosas son mas rugosas. Suelen enmplearse en las zonas más húmedas, como los bordes de las piscinas.
¿Cómo debes limpiar los suelos porosos?

Para limpiar un suelo poroso debes fijarte en si se trata de una mancha orgánica o inorgánica.
Las materias orgánicas son el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de bacterias, por lo que para limpiar necesitarmos una desinfección profunda con elementos como vapor.
Dentro de las materias orgánicas podemos encontrarnos con materias vivas, como virus, hongos o bacterias. Suelen afectar a zonas que están en contacto con comida, como la cocina o los comedores. También tendríamos materias que formaron parte de un ser vivo, un ejemplo sencillo sería los restos de algún insecto que hemos matado en el mismo suelo.
Nos encontramos también con materias artificiales como los aceites minerales, cola, pintura ect. Son manchas que debemos intentar limpiar en el momento que se producen, pues la porosidad hace que se incrusten con más fuerza. También podríamos encontrarnos con sustancias inorgánicas como la sal, el polvo de ladrillo o el óxico, entre otros.
Nuestra siguiente pregunta debería ser si la mancha en sí es soluble o insoluble. Las solubles son manchas que se disuelven a través de su mezcla con el agua. El azúcar, la sal o el detergente, por ejemplo. Asimismo, las insolubles son aquellas que no se disuelven fácilmente con el agua y en la que se neceistarán productos específicos para retirarlas. En las juntas de las baldosas suelen estar más presentes.
Encontramos manchas grasientas, que se extienden cuando se toca como el aceite, grasa o lubricantes. También las partículas, que forman parte del polvo o la arena, también restos de piel o fibras rotas.
Especial cuidado tenemos que tener con las manchas abrasivas producidas por una suciedad que puede rayar el suelo, así como las más difíciles, las pegajosas, que terminarán pegándose a la superficie.
Productos para limpiar el suelo poroso

Una vez identifiques el origen de la mancha, necesitarás un producto adecuado para deshacerte d e ella. Además del producto, la cantidad adecuada, pues poco detergente podría impliciar una limpieza ineficaz y mucho podría dejar partículas que hicieran la superficie menos antideslizante. Ahora bien ¿qué tipo de producto escoger? Las propiedades ácidas o alcalinas serán lo que marcarán la mayor o menor efectividad de un detergente, así, principalmente vamos a encontrarnos dos opciones en el mercado.
Están los detergentes más ácidos. Este tipo de detergentes son ideales para aquellas marcas inorgánicas, grasientas y, en general, para los suelos más sucios. No obstante, son productos más agresivos y debemos tener cuidado si nuestro pavimento es delicado de por sí.
Luego están los detergentes neutros. Son mucho menos agresvivos y más fáciles de usar. Podemos usarlos en el mantenimiento diario de nuestro pavimento y sobre suelos que no estén excesivamente sucios.
Si nos encontramos con manchas orgánicas, la mejor opción es la combinación de detergentes y desinfectantes que puedan frenar la proliferación de bacterias.
Pasos para limpiar un suelo poroso

Reconocemos la mancha y tenemos el producto, pero también sería interesante conocer algunos trucos para dejarlo como nuevo.
Lo primero que deberíamos hacer es limpiar barriendo con ímpetu todo el suelo. Así retiraremos la suciedad y no se mezclará con los productos que usemos.
Podemos aplicar aceite de linaza. Es un aceite que se aplica con brocha. No necesitas mojar demasiado el suelo para que sea efectivo. Debes, además, dejar secarlo durante 24 horas para que el producto se absorba correctamente.
Espera el tiempo indicado y cuando el suelo deje de brillar aplica cera incolora con un trapo y esponja. Si tienes manchas que se resisten, busca productos específicos para este tipo de manchas y aplícalo con fregona de algodón.
En el caso de los suelos porosos menos delicados y sucios, puedes optar simplemente por agua caliente y lejía a partes iguales. Mezcla y limpia sobre la mancha.