El autoconsumo de energía solar es una opción cada vez más extendida en nuestro país debido al auge y concienciación sobre la eficiencia energética. Pero, ¿cuál es el más adecuado para cada caso? Te explicamos en qué consiste y qué tipos hay y como mejora a la eficiencia energética del hogar.
En este artículo
Podríamos decir que los diferentes tipos de autoconsumo fotovoltaico no solo son una alternativa interesante para las viviendas: cada día más, se están convirtiendo en una opción fundamental para reducir el consumo de energías fósiles. No solo permiten reducir drásticamente las facturas de la luz, sino que contribuyen de forma decisiva a la protección del medioambiente. Pero, ¿en qué consisten exactamente? ¿Es posible consumir solo nuestra propia energía o es necesario conectarse a la red? Para obtener respuestas a estas preguntas, sigue leyendo y descubrirás qué es el autoconsumo de energía solar, qué tipos existen hoy día y qué ventajas ofrecen.
¿Qué es el autoconsumo solar?

Se trata de una forma de producir energía eléctrica mediante la instalación de placas fotovoltaicas en las viviendas. Las placas captan la energía del sol y el equipo la transforma en electricidad, lista para ser empleada para iluminar, climatizar y alimentar los electrodomésticos de nuestros hogares. La energía pasa por una serie de elementos que forman parte de la instalación, siendo después enviada a las tomas de corriente del edificio. Dependiendo del tipo de autoconsumo elegido, las instalaciones pueden incluir (o no) elementos como acumuladores o baterías. ¿Cuándo son necesarias? Te lo contamos en este completo artículo.
Tipos de autoconsumo: una modalidad para cada caso

El autoconsumo de energía solar se puede clasificar en distintos tipos, dependiendo de varios factores. En general, las clasificaciones están sujetas a tres aspectos: la cantidad de inmuebles que estén conectados a la instalación, si están conectados o no a la red eléctrica general y el tipo de uso que se le dé a la energía.
Según la primera clasificación, encontramos dos tipos de autoconsumo:
- Autoconsumo solar individual. Es el que corresponde a las viviendas que cuentan con sus propias placas fotovoltaicas, para uso exclusivo del inmueble.
- Autoconsumo solar compartido. Una sola instalación da servicio a varios inmuebles, o suministra energía a las zonas comunes de un edificio de pisos (iluminación de escaleras y entradas, sistemas de seguridad, ascensores, piscinas…).
Si nos centramos en el segundo caso, según el tipo de conexión a red podemos dividir los sistemas de autoconsumo de energía solar en dos grupos:
- Autoconsumo solar con sistema conectado a la red. Las instalaciones están conectadas a la red eléctrica general. Esto permite utilizar la electricidad suministrada por dicha red cuando la que generan las placas no es suficiente. También hace posible “inyectar” en la red los excedentes de nuestra producción, pudiendo compensar el gasto en la factura de la luz. Según los expertos, esta opción se conoce como compensación de excedentes.
- Autoconsumo solar con sistema aislado. Se emplea sobre todo en viviendas que no tienen acceso a la red eléctrica. Las instalaciones cuentan con baterías para acumular los excedentes de energía que no se consumen, y poderlos utilizar cuando las placas no captan energía del sol. Por ejemplo, por la noche, ya uqe seguramente te habrás preguntado si los paneles solares funcionan por la noche.
Según el uso que se le dé a la electricidad generada por el sistema tenemos dos tipos de autoconsumo: industrial y residencial. En cualquier caso, tanto las empresas como los propietarios que han optado por este tipo de instalaciones tienen claro que sus ventajas superan, con mucho, a sus inconvenientes. Es el momento de valorar apuntarse a las energías limpias y renovables: instalar un sistema de autoconsumo de energía solar es, sin duda, una excelente decisión.