La eficiencia energética está hoy en boca de todos. Ahorrar energía y contribuir al cuidado del planeta se ha convertido en algo esencial: te contamos cómo conseguir una casa eficiente.
En este artículo
Tener una vivienda eficiente es un sueño para muchas personas. Hoy, las casas se construyen bajo estándares muy distintos a los de hace una o dos décadas. Buscamos viviendas que no pierdan calor en invierno y mantengan temperaturas frescas en verano; que no disparen el gasto en electricidad, y que reduzcan las emisiones de CO2 al ambiente. Aunque la mayoría de las construcciones no cumplen todos los estándares, hay muchas soluciones que podemos implementar para mejorar, y mucho, la eficiencia energética de nuestras casas. Si lo hacemos, lograremos una mejor calificación de la vivienda en el certificado energético, lo que subirá su valor a la hora de venderla o alquilarla. Las soluciones pasan a veces por realizar obras importantes, mientras que en otros casos son simplemente buenas prácticas regidas por el sentido común: vamos a analizar en qué consiste la eficiencia energética y qué reformas o trabajos podemos realizar para mejorarla en las viviendas.
Qué es la eficiencia energética y en qué consiste

La eficiencia energética se puede definir como la optimización del uso de la energía para reducirlo sin renunciar al confort y a los distintos servicios. En otras palabras: es el conjunto de prácticas que nos permiten bajar nuestro gasto en electricidad, gas y otros combustibles, manteniendo el confort en invierno y en verano y disfrutando de luz, internet y otros servicios esenciales. Estas prácticas pueden ayudarnos a reducir nuestras facturas hasta en un 40%, así como las emisiones de CO2 al ambiente. En general, podemos clasificarlas en dos grandes grupos:
- Intervenciones para la eficiencia pasiva. La eficiencia pasiva es la que permite reducir el consumo evitando pérdidas de energía. Son medidas “barrera”, destinadas a acondicionar los edificios. Entre otras, las más interesantes son instalar ventanas de altas prestaciones, mejorar la envolvente térmica del edificio (renovar las fachadas y renovar las cubiertas) y mejorar el aislamiento térmico del interior.
- Intervenciones para la eficiencia activa. En este caso, las soluciones son las que reducen por sí mismas el consumo energético. Suelen incluir obras o reformas, ya que implican cambiar los equipos de calefacción o climatización. Las más interesantes son las que apuestan por la sustitución de la energía convencional por renovables: instalar bombas de calor y aerotermia, instalar una caldera de biomasa (pellets), colocar placas solares para generar energía solar fotovoltaica, montar sistemas de generación de energía eólica… Existen incluso comunidades energéticas locales.
¿Qué trabajos implica la eficiencia energética?

Como hemos comentado, los trabajos para mejorar la eficiencia energética de una vivienda suelen pasar por realizar reformas. Para conocer el nivel de eficiencia general de la construcción, lo mejor es acudir al libro del edificio: el conjunto de documentos, proyectos, planos y licencias donde se detallan todas sus características. Se puede solicitar al presidente de la comunidad de propietarios o pedir una copia al Colegio de Arquitectos del municipio o al Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento. Esto es recomendable si se quiere reformar el envolvente del edificio, mejorando la fachada y la cubierta; son trabajos que debe consensuar y realizar la comunidad de propietarios, y para las cuales existen importantes subvenciones en la actualidad.
Por otra parte, los propietarios también pueden tomar medidas individuales para mejorar la eficiencia energética de sus viviendas. Estas son las más eficaces:
- Cambiar las ventanas. Instalar nuevas ventanas de aluminio con rotura de puente térmico (RPT) o de PVC, con doble o triple acristalamiento y sellado perfecto puede reducir el consumo energético hasta en un 40%.
- Aislar las paredes exteriores. Los muros que dan a las fachadas transmiten el frío y dejan escapar el calor, cuando no están bien aislados. La solución pasa por inyectar aislantes químicos en perforaciones realizadas en el muro, o trasdosar las paredes levantando paneles de pladur por delante y rellenando la cámara con lana de roca o fibra de vidrio.
- Cambiar el sistema de calefacción y/o climatización. La calefacción más eficiente es la aerotermia por bomba de calor. Si se le añaden placas solares fotovoltaicas y suelo radiante, el consumo puede bajar a 0. Las calderas de biomasa con pellets, los splits con bomba de calor y la calefacción de gas con caldera de condensación son también buenas alternativas: son intervenciones que reducen en consumo de energía de renovable de la vivienda en un 30%, o incluso más.
- Instalar placas solares fotovoltaicas. Estas placas generan energía a partir de la luz solar, renovable, limpia y gratuita. Los equipos se pueden complementar con acumuladores de energía para almacenarla e inyectarla durante la noche. También se puede devolver la energía no consumida a la red general, para amortizar los costes.