A la hora de renovar nuestra cocina, una de las preguntas que muchas personas se hacen es: ¿elijo placa de inducción o vitrocerámica? Es lógico, ya que a la vista pueden parecer similares. Pero no lo son; cada una tiene sus características, y por supuesto, sus pros y sus contras. Te damos todas las claves para elegir tu placa de cocción sin miedo a equivocarte.
En este artículo
Reformar la cocina para que se adapte a nuestros gustos es un auténtico lujo. Y de todas las cosas, algo que se agradece (y mucho) es cambiar las viejas placas de quemadores por una placa vitrocerámica o inducción. La tecnología que permitió este salto es realmente revolucionaria, y ha regalado a muchos y muchas chefs un tiempo precioso que antes empleaban en limpiar la grasa incrustada. Pero todavía son muchas las dudas que se nos plantean a la hora de elegir una u otra... Por eso, conocer sus características, ventajas e inconvenientes es fundamental para decantarnos por una o por otra. ¡Te ayudamos a elegir!
La vitrocerámica
Antes de escoger entre vitrocerámica e inducción, es importante saber qué es cada cosa. El nombre "vitrocerámica" describe perfectamente el material que constituye la placa exterior de estos dispositivos. Se trata de un producto realizado con cristales microscópicos, fusionado con técnicas de vidriado y con una estructura molecular similar a la de la cerámica. La combinación de materiales y técnicas da como resultado un vidrio de alta dureza, con gran resistencia al calor y a las diferencias bruscas de temperatura.
Sin embargo, una placa de vitrocerámica no es un simple panel de vidrio. Bajo él se esconden unas resistencias eléctricas circulares que calientan las distintas zonas de cocción. Por tanto, el principio de funcionamiento de estas cocinas es similar al de los antiguos fogones eléctricos; la diferencia está en que la superficie exterior no es de metal, como entonces, sino de cerámica vidriada. Las ventajas son claras: consumen mucha menos energía y son considerablemente más fáciles de limpiar, así como más decorativas.
Ventajas de la vitrocerámica
Esta claro que, frente a las antiguas cocinas eléctricas, estas placas suponen un importante avance. Pero hoy día, lo que nos interesa es aprender a distinguir entre vitrocerámica e inducción para poder elegir la mejor opción en cada caso. En este sentido, te conviene conocer qué ventajas marcan la diferencia:
- Las placas de vitrocerámica son bastante más económicas. Para presupuestos ajustados pueden ser una excelente opción.
- Calienta de forma progresiva. Es más fácil controlar los tiempos de cocción, sobre todo en preparaciones que requieren fuego lento.
- Se pueden utilizar recipientes de todo tipo y material. La vitrocerámica permite cocinar con sartenes de hierro, aluminio e incluso con cazuelas de barro. Es una gran ventaja, sobre todo si somos unos apasionados de la cocina y nos gusta emplear el material adecuado para cada guiso.
- Los restos no interfieren en el cocinado. Si caen restos al cristal y se queman (cuando no son demasiado grandes), no hay problema. En ocasiones, el calor incluso puede calcinar los alimentos, haciendo luego más fácil su limpieza.
- Conservan el calor residual. Se pueden apagar y seguir cocinando en ellas, lo que reduce el consumo eléctrico y permite ahorrar en las facturas. Es importante tener el cuenta el consumo de vitrocerámica vs inducción.
Desventajas de la vitrocerámica
Como es lógico, no todo son beneficios. Para escoger entre vitrocerámica e inducción con todos los datos, vamos a señalar también algunas desventajas de las primeras:
- Tardan en calentar. En este caso, lo que es una ventaja también puede ser un inconveniente. La vitro calienta muy despacio; si tenemos prisa o vamos a hacer un guiso de muchas razones, no es lo más adecuado.
- Consumen más electricidad. No gastan tanto como las cocinas eléctricas de nuestras madres y abuelas, pero sí más que las placas de inducción. Concretamente, alrededor de un 20% más.
- Presentan riesgo de quemaduras. Cuando están encendidas, las placas de vitrocerámica no se pueden tocar. La cerámica vidriada transmite el calor y puede causar quemaduras. De la misma manera, cuando se apagan conservan el calor durante un rato (y se mantiene el riesgo de accidentes). Son menos recomendables para viviendas con niños, personas mayores o mascotas.
- La temperatura es más difícil de controlar que en las placas de inducción.
Placas de inducción
Para proseguir con nuestro análisis sobre qué es mejor, vitrocerámica o inducción, es el momento de hablar de esta segunda tecnología. A primera vista, ambas placas son prácticamente iguales: un panel liso de cerámica vidriada. En este caso, la diferencia está en lo que no se ve; lo que se oculta bajo la encimera de la cocina.
En la inducción, en lugar de resistencias circulares, bajo el vidrio hay un potente electroimán. Cuando entra en contacto (a través del vidrio) con recipientes de metal, genera un campo magnético que produce un calor intenso. Esta es la razón de que las placas de inducción solo calienten cuando tienen recipientes encima.
Ventajas de las placas de inducción
Las ventajas de las placas de inducción son muy interesantes. Toma nota:
- Consumen menos que la vitrocerámica. La placa solo se calienta en la zona donde contacta con el recipiente, y cuando está en contacto con él. Cuando lo retiramos, deja de consumir energía de inmediato. El ahorro es más que evidente: a la hora de calcular el precio de reformar la cocina, puede merecer la pena invertir un poco más en este tipo de placas.
- Calientan con rapidez. Ideal si tenemos prisa, si hay que hervir gran cantidad de agua o hay que cocinar para muchas personas. Para que te hagas una idea, la inducción puede calentar tan rápido como un horno microondas, más o menos.
- Son muy seguras. Cuando retiras los recipientes, dejan de calentar y la temperatura baja con rapidez. La superficie queda templada y no causa quemaduras.
- La temperatura se controla al milímetro. Más o menos, permiten graduar el calor con la misma precisión que las cocinas de gas. Esto hace que muchos chefs (profesionales y amateurs) las elijan para sus cocinas.
- Más fáciles de limpiar. Los restos de alimentos no se queman, ya que la placa permanece fría. Esto hace mucho más fácil su retirada; hay que frotar menos que en la vitrocerámica.
Desventajas de las placas de inducción
Aunque suponen una evolución evidente frente a la vitrocerámica también hay problemas de las placas de inducción. Ten en cuenta estos inconvenientes antes de decidirte:
- Son bastante menos económicas. Su precio es más elevado. Para una segunda residencia o una casa donde no se cocine a menudo, pueden no ser una buena inversión.
- Calientan con "demasiada" rapidez. De nuevo, a la hora de elegir entre vitrocerámica e inducción nos encontramos ante una ventaja que también es, paradójicamente, una desventaja. Al calentar con rapidez, no es posible controlar el tiempo de cocción de algunas preparaciones. Es el caso, por ejemplo, de las cafeteras italianas, que requieren un proceso de calentamiento paulatino.
- Solo admiten recipientes específicos para inducción. Olvídate de cocinar en la sartén de tu abuela, o en esa cazuela de barro donde preparas el bacalao al pil-pil. La inducción solo funciona con utensilios especiales, fabricados para este tipo de tecnología cocinas en exclusiva.
Preguntas frecuentes
¿Cómo saber si tengo vitrocerámica o inducción?
Si no tienes las instrucciones, solo tienes que poner la placa en marcha sin poner un recipiente sobre ella. Si no se calienta, la tecnología es de inducción; si los fogones se iluminan y empiezan a emitir calor, es una placa de vitrocerámica. Eso sí: una vez encendidas, para evitar accidentes nunca toques las placas sin saber de qué tipo son. `
¿Qué gasta mas, inducción o vitrocerámica?
Está claro: las placas de vitrocerámica consumen bastante más. Se calcula que, como media, su gasto es hasta un 48% más elevado que el de las placas de inducción Es un factor muy a tener en cuenta a la hora de elegir: si la vas a usar a menudo, merece la pena invertir en esta segunda opción.