Si tu factura de la luz no deja de dispararse, tranquilo, no eres el único. Es normal que no dejes de darle vueltas al tema para intentar rebajarla y, con suerte, poder ahorrar algo. Sobre todo revisar los electrodomésticos que más gastan. Por ejemplo, ¿no tienes claro si merece la pena desenchufar el termo eléctrico del agua caliente? Estás en el post perfecto para averiguar de qué factores depende y poner remedio cuanto antes con pequeños trucos que tu economía agradecerá.
En este artículo
¿Conviene apagar el termo eléctrico o dejarlo encendido?
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) la recomendación es desconectar el termo eléctrico para ahorrar energía. Como el resto de electrodomésticos, solo funcionan con electricidad y es de las energías más caras. Dejarlos encendidos durante varios días puede suponer al mes entre 7 y 10 euros de consumo, en función de la capacidad del aparato.
La respuesta no puede ser más clara y sobre todo es aplicable cuando tenemos pensado estar fuera de casa un tiempo prolongado, o por unas merecidas vacaciones. Ahora bien, hay que hacerlo de forma segura y adoptando ciertas precauciones. En concreto, es importante cerrar las llaves del agua y usar el agua almacenada en el termo hasta dejarlo vacío para evitar fugas o roturas imprevistas, ya que un mal uso podría hacer que el termo eléctrico pueda explotar y esto podría provocar una inundación en casa durante nuestra ausencia.
Pero, ¿qué pasa cuando no lo estamos usando en nuestro día a día?, ¿merece la pena desenchufar el termo eléctrico cada vez que no se necesita, o es mejor dejarlo encendido siempre? El consumo de un termo eléctrico puede ser elevado si no es utilizado correctamente y eso hará que la factura de la luz se dispare. Es un electrodoméstico que necesita mucha energía durante un par de horas para calentar el agua y luego su nivel de consumo desciende para mantener la temperatura adecuada. Puedes leer sobre cuánto tarda en calentar un termo.
Un uso inadecuado es dejar estos equipos en “stand by”, es decir, en reposo pero conectados. Este consumo fantasma puede suponer entre un 7 y un 11 por ciento del gasto eléctrico total en un hogar, según la compañía Endesa. Tenlo en cuenta si aún no tienes este electrodoméstico en casa pero lo estás barajando y te interesa saber el precio de instalar un termo eléctrico o estás dudando entre termo eléctrico o de gas. Los nuevos modelos son mucho más eficientes y por tanto consumen menos. Vale la pena invertir en equipos que sean Clase A, A+, A++ o A+++, los que más ahorran.
Mantenerlo encendido solo cuando se usa es la opción más correcta cuando se trata de ahorrar en la factura de la luz. Pero hay ocasiones en las que esa elección no es la más acertada si no queremos tener problemas con el suministro de agua. Por ejemplo, si vivimos en una región donde las temperaturas son bajísimas, lo más fiable será dejar el aparato encendido para que no se congele.
También hay que valorar otros factores que condicionan si merece la pena desenchufar un termo eléctrico. Uno de ellos es la capacidad del termo; si es muy grande y excede a nuestras necesidades a la hora de ducharnos o fregar los platos, lo más idóneo será apagarlo cuando no haga falta para que no consuma innecesariamente ni desperdiciemos agua. Así de obvio.
Trucos para ahorrar energía
¿Ahorrar luz con un termo eléctrico? Se puede, basta con aplicar una serie de consejos y buenas prácticas cuyo objetivo principal es usarlo para que gaste la menos electricidad posible. Todos estos te ayudarán a reducir, como mínimo, un 10% de su consumo:
- Enciéndelo a partir de las 12 de la noche. Si no tienes aún tarifa de discriminación horaria, este es el momento y así podrás utilizar electricidad en las franjas horarias más económicas del día. Programar el termo con un enchufe programador en esas horas para que caliente el agua te permitirá ahorrar
- Mantenlo apagado durante el día si no lo vas a usar. O déjalo a la mínima temperatura posible. No hace falta tenerlo encendido las 24 horas del día, es un gasto innecesario de luz y de agua. Dos horas antes de tener que usarlo para ducharte o fregar los platos es suficiente y permitirá prolongar la vida útil del electrodoméstico, pues el agua caliente tiene un poder corrosivo del que no hay que olvidarse.
- Vacíalo periódicamente. Cada 90 días es un buen intervalo de tiempo. Aprovecha para revisar sus válvulas y hacerle un buen mantenimiento.
- Programa su encendido y apagado con temporizadores. Se adaptan fácilmente a estos aparatos y permiten programar su encendido o apagado, o bien programar horas concretas. Quizá un par de horas al día o solo durante la noche.
- Regula su temperatura. Lo normal es que estos aparatos vengan de fábrica programados para alcanzar una temperatura de 60 °C , pero tal vez sea excesiva y además aumentará el consumo eléctrico. Prueba a rebajarla unos 5 grados en invierno y 15 grados en verano; no perderás confort al ducharte.
- Asegúrate de su aislamiento térmico. Aísla tanto el termo como las tuberías con lana de roca. Los aparatos mal aislados pierden calor y necesitan un mayor gasto de energía para producir agua caliente sanitaria. Si vas a comprarte uno, apuesta por modelos aislados con poliuretano expandido o de alta densidad, son los mejores aislantes.
- Evita la terraza, el sótano o el garaje para instalarlo. Ninguno de ellos son una buena opción porque son espacios al aire libre y por tanto expuestos a los cambios de temperatura. El termo tendrá que generar más calor para garantizar un óptimo rendimiento. El baño principal de casa es el sitio óptimo porque suele ser el punto donde más agua caliente se necesita. Y si te estás preguntando si se puede instalar un termo eléctrico más bajo que los grifos, es una opción a barajar aunque no es la más frecuente.