Si quieres saber cómo impermeabilizar las paredes interiores de tu casa, en este artículo te damos las pautas para hacerlo bien y despedirte para siempre de las humedades. Paso a paso y con consejos prácticos para mejorar la eficiencia energética de tu hogar
Tener humedades en casa es un auténtico quebradero de cabeza. Las manchas, el mal olor, la pintura que se despega, el aire viciado… Son las consecuencias de no tratarlas adecuadamente. Pero impermeabilizar una pared interior de la forma correcta no es tan sencillo; muchas veces nos precipitamos y aplicamos productos que terminan haciendo el problema aún más grave. ¿Te suena aquello de “es peor el remedio que la enfermedad”? Pues en el caso de las humedades, más. Hoy vamos a analizar por qué aparecen manchas de humedad o gotas de agua en los muros interiores de los edificios, cómo impermeabilizar las paredes interiores y qué errores nunca hay que cometer.
¿Cómo impermeabilizar una pared interior?

Como siempre, el primer paso para atajar humedades e impermeabilizar paredes interiores es encontrar la causa que las genera. Pueden ser de tres tipos: por capilaridad (el agua del terreno asciende por los capilares de los materiales de construcción y sale a la superficie), por condensación (las diferencias de temperatura provocan que el vapor de agua se condense sobre las paredes o las ventanas en forma de gotas) o por filtración (el agua entra desde el exterior por grietas en la fachada o la cubierta, o a través de puertas o ventanas mal selladas).
Una vez identificada la causa del problema, los pasos para impermeabilizar paredes interiores serían los siguientes:
- Cerrar el paso al agua. Si las humedades se producen por capilaridad, hay que inyectar una barrera química en el muro o contratar la instalación de un sistema de electro-ósmosis. La condensación se puede eliminar cambiando las ventanas por unas con doble acristalamiento y rotura de puente térmico (RPT), mejorando la ventilación de los espacios y colocando deshumidificadores. En cuanto a las filtraciones, la solución pasa por impermeabilizar las paredes exteriores de la vivienda, reparar la cubierta y mejorar la estanqueidad de puertas y ventanas.
- Sanear los muros y las superficies. Antes de preparar la superficie, será necesario eliminar todos los materiales degradados por la humedad. Es probable que haya que eliminar pinturas o papeles despegados, picar el mortero de revoco y retirar el moho con productos fungicidas. Es un paso muy importante que debe hacerse de forma cuidadosa y exhaustiva, para evitar futuros desperfectos.
- Alisar e imprimar las paredes. A continuación hay que rellenar las grietas y desperfectos con nuevos materiales resistentes al agua: pastas de relleno, morteros hidrófugos, etc. Como medida extra de protección, conviene aplicar también un impermeabilizante para después terminar con una imprimación. Estos productos son esenciales para preparar la superficie y favorecer el agarre del acabado final.
- Pintar o empapelar. El paso final es revestir la pared con los productos adecuados. Las mejores pinturas son las de tipo anticondensación o antimoho, que llevan componentes que repelen la humedad y fungicidas que evitan la proliferación de microorganismos. Si queremos colocar papel pintado, lo mejor es buscar un papel vinílico de calidad especial para zonas húmedas como cocinas o baños.
Qué no hacer al impermeabilizar una pared interior

Conocer los errores a evitar cuando realizamos trabajos de mejora o reparación en las casas es siempre una gran ayuda. Estos son los más habituales y pueden dar al traste con todo el trabajo realizado, con la consiguiente pérdida de tiempo y dinero. Toma nota:
- Aplicar un producto impermeabilizante en paredes o techos sin arreglar antes la causa. No servirá de nada; en poco tiempo las manchas volverán a aparecer.
- No tomar medidas de prevención de humedades. Por ejemplo, ventilar bien las habitaciones, controlar y ajustar la humedad relativa del aire, sustituir las ventanas por modelos aislantes y mantener la fachada y la cubierta en buenas condiciones.
- Actuar demasiado tarde. Cuando vemos las primeras gotas de agua en la ventana, la pintura del techo que se empieza a “pelar” o la más pequeña mancha de humedad, es el momento de tomar medidas. Cuanto antes se ataje el problema, mejor.
- Intentar solucionar el problema sin tener los conocimientos adecuados. Si no estamos seguros de lo que vamos a hacer, lo mejor es contacta con un profesional o empresa con la cualificación y los conocimientos necesarios. Ahorraremos tiempo, dinero y quebraderos de cabeza.
- Utilizar productos caducados o de calidad baja. Los materiales y pinturas que llevan tiempo almacenados y han sido abiertos con anterioridad pierden propiedades. Lo mejor es acudir a un almacén de confianza y adquirir productos de marcas reconocidas: son la mejor garantía.