Sentimos mucho recordártelo pero el verano está tocando su fin. Es momento de volver al trabajo, recuperar las clases y poner el despertador cada día para recuperar la rutina. El comienzo de un nuevo curso es el momento en que muchos aprovechan para ponerse nuevas metas e iniciar proyectos qué... ¿por qué no? Pueden tener como protagonista a tu casa. Aprovecha el filón de esta energía, para hacer algunos cambios en casa que alegren la vuelta y te hagan reconciliarte con ella.
1. Cambia de lienzo

Ya se nota que las tardes se acortan y que hay que recogerse antes en casa. Haz que te apetezca volver cada día, diseñando una atmósfera más cálida. Desde el recibidor, al salón, pasando por supuesto por los dormitorios: haz un estudio del color y suma calidez con colores más propios del otoño. Tierras, ocres, cremas, grises son una apuesta segura. Aunque siempre hay sitio para la innovación con colores o estampados de temporada. ¿Sabías que este año se lleva mucho el amarillo o el estampado tipo dálmata? No te vamos a pedir que seas fiel a todas las novedades que se presenten, pero si que te atrevas a darle un baño de color a la pared, invertir en papeles pintados, tapicerías y complementos que aporten esa sensación de hogar que buscamos. Aprovecha los últimos días de vacaciones para hacer esos cambios necesarios que siempre quedan pendientes y luego con las prisas te costará más terminar.
2. Vuelta al cole bien preparados

Niños y mayores tenemos que comenzar el curso con mucha energía y toda la ilusión, así que nada mejor que equipar su zona de estudio (o la tuya) con soluciones prácticas. Muebles dos por uno para ganar espacio, escritorios adecuados a su tamaño que aseguren una postura correcta, mesas con capacidad de almacenaje, o combinaciones muy exigentes para los que van más cortos de espacio y necesitan un hueco extra en el que trabajar. Recuerda que la zona de estudio debe situarse en un entorno tranquilo y que siempre debe ser el mismo. Ubica la mesa cerca de la luz natural, y fomenta el orden para que puedan concentrarse.
3. Más luz

Dentro de nada podrás subir los toldos y disfrutar de la nueva luz que entra por tus ventanas. Aprovecha esta fase intermedia para revisar el estado de las cerraduras y cristales, y asegurarte de que cierran todas bien. Lava las cortinas y otras tapicerías, y plantéate de nuevo esos cambios que quedaron pendientes. En cuanto refresque un poquito tendrás que solucionar la climatización de tu casa para que el frío no te pille desprevenido. Si te estás pensando lo del split frío/calor, una caldera nueva de pellets, o por ejemplo esa chimenea que llevas años esperando, mejor ahora que cuando llegue el frío (los instaladores te atenderán mejor, y tendrás tiempo de tenerla a punto antes de que asomen las noches más gélidas).
4. Apuesta por la madera

Una forma rápida y económica de hacer que tu casa se vea más cálida es usar la madera. En el hall por ejemplo, solo con forrar una pared con madera vas a conseguir que se vea mucho más vestido. Si además el revestimiento es blanco, aún dará sensación de más amplio y más luminoso. Con la misma idea puedes inventar un cabecero para el dormitorio, o un friso que recorra el pasillo o la zona del comedor que más sufre de rozaduras o golpes. Una vez tengas vestidos muebles y complementos, mira al suelo. ¿Te inspira calor este pavimento? Una vez más la madera (tanto la de verdad, como sus imitadores) tienen mucho que aportar. Suelos de madera natural, laminados o vinílicos son los grandes triunfadores cuando buscamos ese efecto "calentito".
5. Jaque mate al desorden

Los objetos más pequeños son los que suelen "pulular" por tu casa sin un lugar determinado en el que esperar a ser usados. Lo mismo pasa con la ropa o los complementos. Ahora que estás a tiempo, plantéate darles solución con muebles mucho más prácticos que respondan a esta capacidad de almacenaje que necesitas. Las soluciones de obra o pladur y los dos por uno nunca te van a fallar. Por ejemplo esas librerías que a la vez son mesitas de noche; o una gran librería en la zona de TV con capacidad para guardar ademas de libros, toda la tecnología con la que ya no sabemos vivir. Recuerda que tendrás que integrar la luz y por supuesto los imprescindibles interruptores.
6. Nada de aburrirse

Tenemos la falsa idea de que el otoño es aburrido y que no trae consigo más que rutina y obligaciones, pero no es verdad. Aún podemos seguir disfrutando de terrazas y balcones (incluso cuando llegue el frío si tienes un buen cerramiento), y por supuesto del interior de tu casa. No dejes que su decoración sea monocromática ni aburrida y juega con los detalles: Incluye velas, plantas, espejos, lámparas, objetos originales, recuerdos de tus viajes... ¿No tienes ganas de disfrutar de esas tardes de domingo en el sofá con una buena mantita y un capítulo tras otro de tu serie favorita?
7. Atención a los baños

Casi se nos olvidan también a nosotros. ¡Pobres, son los grandes olvidados! Lánzate de una vez a quitar esa vieja cortinilla, e invierte de una vez en una estupenda mampara (mejor de las que llevan tratamiento antical para que no la tengas ni que secar). Retira esas toallas exfoliantes y en su lugar pon otras súper suaves. Cambia los apliques, mejora la luz, invierte en un espejo nuevo, o instala un mueble donde quepa todo bien ordenado para encontrarlo por las mañanas a la primera. Para él también ha llegado la hora de volver al cole ¡Hagamos que juntos regrese en las mejores condiciones!
¿Y tú, qué cambios tienes previstos hacer en casa coincidiendo con la vuelta de las vacaciones? Hasta final de mes no llegará el otoño, estamos a tiempo de hacerlos todos (y además bien).