¿Te falta espacio? 5 maneras de ampliar tu casa

¿Quién no quiere tener una casa grande y espaciosa? Por mucho que soñemos con grandes casas y espacios amplios, la realidad es que muchas personas vivimos en casas de reducido tamaño. La distribución o falta de almacenamiento puede aumentar la sensación de estrechez de nuestro hogar; por ello, es importante contar con un lienzo en blanco sobre el que dibujar un nuevo trazado y buscar soluciones prácticas que nos hagan la vida en nuestra casa más sencilla.
Sé consecuente con tu espacio y sus limitaciones. Saca partido a las columnas, a los techos abuhardillados, los huecos ‘muertos’, elige piezas versátiles… y, sobre todo, alíate con un arquitecto o profesional de las reformas para que te ayude a sacar todo el potencial que esconde tu casa.
Si crees que puedes sacar más partido a tu casa, presta atención a estos consejos para conseguir un hogar flexible, cómodo y luminoso, un lugar donde la libertad de circulación y amplitud no dejen de lado la importancia de optimizar el espacio.
- Pensar en vertical
- Unir estancias y derribar barreras
- Reducir los espacios de transición
- Cocinas reducidas para grandes cocineros
- Multiplicar el espacio del baño
Pensar en vertical


Desde luego, no hay duda: todo el mundo necesita espacio. Y de almacenamiento, por supuesto, también. En realidad, el espacio que ocupamos es tridimensional; por ello, despejar el espacio interior y -con un mismo gesto- resolver la distribución y dar apoyo a las estancias es esencial. Aprovechar las características que nos brinda el espacio siempre será el recurso más eficaz.
Cuando nuestra vivienda dispone de techos altos (mínimo, 3'5 metros), un recurso es aprovechar el volumen para crear un altillo. Se tratará de una estancia versátil que podrá servir como espacio de lectura o como dormitorio de invitados cuando sea necesario. Al ganar una altura superior, no se reduce la iluminación natural ni quita espacio al resto de la vivienda, sino que se consigue un nuevo ambiente independizado. Si se juega con la distribución, lograrás que la luz cruce las estancias y encienda el interior desde todos los frentes.
Unir estancias y derribar barreras


Conseguirás multiplicar los metros cuadrados de tu vivienda eliminando las particiones innecesarias. La idea es rentabilizar el espacio a través de una distribución flexible, eliminando las barreras. Así, lograrás espacios más fluidos y comunicativos. El comedor puede integrarse en la cocina; la cocina, formar parte del salón; y el salón, acoger el estudio.
La sensación de amplitud se crea cuando no hay barreras visuales. No se trata de renunciar a un ambiente, sino de unir varios y compartir funciones. Reducir el número de estancias al mínimo, eliminando las que no sean de utilidad para que las que queden sean, a su vez, más grandes. En estos casos el suelo y el mobiliario actúan como elementos diferenciadores, delimitando visualmente las estancias.
Una buena solución para las casas pequeñas son las puertas correderas: al abrirse gradualmente, permiten una convivencia menos agresiva entre zonas de día y de noche.
Reducir los espacios de transición


Apuesta por la creatividad y la optimización de los recursos. Las vías oscuras y sin ventilación son lugares normalmente desaprovechados. Los pasillos obligan a encender la luz durante el día y gastar en calefacción en espacios que en realidad no usas. Lo mejor para aprovechar estos espacios de distribución es incorporándolos a las estancias, sin perder por ello las vías de circulación. Una distribución más compacta y adaptada a la superficie con un concepto abierto reduce estas zonas de paso, manejando las transiciones y flujos de circulación con claridad y lógica.
Otra opción es buscar la forma más eficaz de darle utilidad a una zona de paso. Por ejemplo, transformando tu pasillo en una biblioteca: lograrás espacio de almacenamiento sin restar paso.
Cocinas reducidas para grandes cocineros


Una de las zonas donde más notamos la falta de espacio si vivimos en un piso reducido es la cocina. Más allá de estética y diseño, la cocina debe ser práctica. Debe tener la suficiente capacidad de almacenaje para guardar de forma ordenada todos los utensilios. ¿Un truco? Piensa siempre en metros cúbicos. Para aprovechar mejor el espacio, prolonga los armarios superiores hasta el techo, así ganarás un espacio de almacenamiento vertical adicional importante y muy útil.
A la hora de distribuir tu cocina, racionaliza el espacio en tres áreas diferenciadas: zona de aguas, de cocción y almacenaje. Estos tres espacios deben formar un triángulo imaginario, que te ayudarán a reducir los desplazamientos innecesarios entre las zonas más comunes de trabajo. Nunca te olvides de dejar suficiente espacio de encimera para trabajar y apoyar junto a la zona de cocción y la de fregadero.
Multiplicar el espacio del baño


Un baño compacto no quiere decir caótico. Reduce los sanitarios al mínimo. Para simplificar el recorrido dentro de la estancia y ordenar el espacio, apuesta por alinear las piezas importantes (inodoro, ducha y lavabo) en una misma pared. De este modo, podrás acceder de manera funcional. Elige sanitarios suspendidos, lavábamos murales... ¿Quieres un plus? Apuesta por los inodoros compactos con cisternas empotradas. Son muy prácticos, miden solo 46 cm de fondo y ganarás espacio de paso.
Coloca la ducha al fondo, así crearas mayor sensación de amplitud. Procura utilizar una mampara transparente para separar la zona de ducha del resto, en lugar de una mampara opaca o tratada al ácido. De este modo, visualizarás las dimensiones del baño completamente y aliviarás la posible sensación de ahogo.
No hay que olvidarse de las condiciones arquitectónicas de nuestra vivienda. Solo tenemos que saber jugar con ellas, utilizar bien los colores y las texturas de los materiales. De esta manera, lograrás efectos de mayor profundidad, ligereza y luminosidad en cualquier espacio.
2 Comentarios
Lo más sencillo lo del baño. El resto son buenas ideas, pero mucho más caras.
Muy originales a la vez que practicas