¿Puede que un vecino quiera cambiar de sitio la cocina, y no sabes si esto es legal? Es normal que te lo preguntes, puesto que no estamos ante una obra menor y pueden surgir problemas que te afecten a ti y a toda la comunidad de vecinos.
Pero no te preocupes, porque hay una serie de aspectos que tienen que tenerse en cuenta a la hora de mover una cocina de lugar, y que suelen estar bien controlados cuando la reforma la lleva un profesional.
Además, la ley ampara a la comunidad de vecinos y hay ciertas normativas que cumplir antes de seguir adelante con el proyecto. Si quieres estar informado de todo esto, por lo que pueda pasar, sigue leyendo.
En este artículo
- ¿Puede un vecino mover una cocina de lugar?
- Aspectos a tener en cuenta a la hora de cambiar la cocina de sitio
¿Puede un vecino mover una cocina de lugar?
Ante la pregunta de si puede un vecino cambiar de sitio la cocina, la respuesta es sí. Pero para realizar este tipo de obra necesitará contar con un proyecto técnico, que es lo que exige el ayuntamiento para obtener la licencia de obra.
Además, debe informar a la comunidad si se modifican elementos arquitectónicos o instalaciones y estructuras que alteren la seguridad del edificio. Los vecinos pueden establecer ciertas restricciones o requerir ciertos trámites antes de autorizar el cambio de ubicación de la cocina.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de cambiar la cocina de sitio
A la hora de que un vecino cambie la cocina de sitio, serán varios los aspectos que se contemplen. Para cumplir con ellos lo más habitual es trabajar con empresas de reformas:
Elementos básicos para cambiar la ubicación de la cocina
- Acceso a bajante: este es uno de los puntos más problemáticos del cambio de la cocina. Hay que conectar los desagües del fregadero, el lavavajillas y la lavadora a la bajante de aguas sucias, no la de pluviales. Y para eso la cocina deberá estar lo más cerca posible, porque si no la inclinación para que el agua fluya podría no ser suficiente y que se produzcan atascos, malos olores… Si la bajante estuviera un poco alejada se puede utilizar una bomba de evacuación, cuyo rango de actuación es de 50 metros, o bien desaguar en la bajante del baño (para evitar malos olores, debe haber un bote sifónico en la cocina).
- Salida de humos: indispensable para la mayoría de campanas extractoras y calderas. En este punto, hay que asegurarse que existe la posibilidad de trazar un recorrido de salida lo más corto posible hacia la fachada, y que no interfiera con otras canalizaciones y vigas de la propia vivienda o la de los vecinos. Los tubos suelen tener una longitud mínima de 120m, así que será necesario un falso techo para esconderlos. Otra opción es instalar una campana que no precise salida, sino que aspire el aire y lo filtre con carbón activo. En cualquier caso, siempre es recomendable que haya cerca una ventana para favorecer la ventilación natural.
- Salida de agua para la caldera: para que la caldera funcione debe haber una tubería de agua cerca, que esté en buen estado y que no tenga fugas. Si esto no fuera posible, se valora con un fontanero la extensión de una tubería existente hasta la nueva ubicación, pero a menudo implica perforar paredes. Como alternativa, existen tanques de agua independientes.
- Toma de gas para la caldera: debe cumplir con los requisitos de seguridad y distancia adecuados entre la caldera y la toma de gas. Esta debe estar ubicada en un área bien ventilada para dispersar cualquier fuga de gas y evitar su acumulación, y disponer de una válvula de cierre para cerrar el suministro de gas en caso de emergencia. En la instalación debe intervenir un profesional cualificado que se asegure de cumplir con la normativa específica.
- Tomas de agua, tanto fría como caliente: lo más común es desplazarlas mediante un falso techo, o bien por el suelo, pero esto ha de valorarlo un profesional. Lo ideal es escoger la primera opción, porque si hay una avería el vecino de abajo no quedará afectado.
- Tomas de luz: debe haber suficientes tomas para conectar los electrodomésticos, iluminación y otros dispositivos eléctricos, y cumplir con las normativas de seguridad. Por ejemplo, debe evitarse colocarlas a la altura habitual de 30 cm sobre el suelo, ya que esta zona puede estar expuesta a agua o humedad. En su lugar, es mejor dejar una altura de 110-120cm como se hace con los interruptores. Además, deben estar protegidas para evitar riesgos físicos y estar separadas al menos medio metro del fregadero y la placa de cocción.
- Paredes: las paredes donde van a ir collados todos los muebles de la cocina tienen que ser lo suficiente gruesas, de al menos 10cm. Si no, es imprescindible reforzarlas. Además, la nueva cocina deberá adaptarse al espacio tal y como está concebido, pues según la letrada Sonia Cárdaba, la ley impide demoler paredes, pilares o muros para unir varias dependencias si esta acción pudiera afectar a la estructura del edificio (es algo que debe valorar un arquitecto). Además, hay que procurar que no haya ningún dormitorio ni al otro lado, ni el piso de abajo, para no molestar a los vecinos con el ruido de los electrodomésticos.
Normativa de los ayuntamientos
Cada ayuntamiento tiene sus propias regulaciones sobre reformas y cambios en la distribución de espacios, pero existe una normativa legal común que todo vecino que cambie su cocina de sitio, debe tener en cuenta.
Se trata de la Ley de Propiedad Horizontal, en concreto, el artículo 7. En él se establece que los propietarios de cada piso pueden modificar elementos arquitectónicos, instalaciones o servicios de su vivienda, siempre que no afecten la seguridad del edificio, su estructura general, su configuración exterior o perjudiquen los derechos de otros propietarios. Estos deberán ser informados antes de que den inicio las obras.
Además, es imprescindible obtener los permisos para cambiar la cocina de sitio. Por lo común, se necesita:
- Licencia de obra menor: autoriza cambios que no afectan la estructura general del edificio ni los espacios comunes compartidos con otros propietarios, como las modificaciones en el suelo, colocación de azulejos, pintura de paredes o instalación de nuevo mobiliario.
- Licencia de obra mayor: necesarias para reformas integrales, como ampliación o reducción de espacios, eliminación de paredes o columnas, y modificaciones en la distribución de estancias.
- Cambios en instalaciones: si la reforma implica cambios en tuberías, puntos eléctricos, conexiones de gas, puntos de agua o salidas de humos, se necesitarán permisos adicionales y notificar al ayuntamiento.
Para obtener todas estas licencias hay que elaborar antes un proyecto técnico. Este lo revisan los ayuntamientos antes de concederlas para asegurarse de que se cumplen unas medidas mínimas para la cocina, de acuerdo a las normas de habitabilidad.
Como ves, cambiar la cocina de sitio entraña cierta complejidad legal y, sobre todo, a la hora de ejecutar la reforma. Todo esto se refleja en el precio de este tipo de obra, así que si alguna vez te planteas hacerla, lo mejor es consultar cuánto cuesta reformar una cocina a uno o varios profesionales. Suelen dar una estimación muy acertada y sin compromiso.