¿Cuál es la pendiente máxima para una rampa garaje?

La pendiente máxima para las rampas de garaje es del 18% prevista para la circulación de personas, según lo establece el futuro Código Técnico de la Edificación, de próxima aprobación. En concreto, dicha pendiente viene limitada, en el caso de Madrid, por el artículo 7.5 11 del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997 (actualmente en vigor), según su directriz sea recta o curva.

Dicho artículo especifica que las rampas tendrán una pendiente máxima del dieciocho por ciento (18%) en tramos de directriz recta y del dieciséis por ciento (16%) en los de directriz curva. Además, cuando se da este último caso debe ser medida en el eje o centro de la rampa del garaje y si es de dos sentidos, medida en el eje del carril interior.

En cuanto a las uniones de estas rampas con las plantas de los sótanos de los edificios, establece que no pueden contar con un radio de curvatura inferior a 12 metros y su pendiente no puede tener más del 9%. Si bien los Planes Generales de Ordenación Urbana comparten muchos aspectos técnicos y por tanto se parecen bastante, es preciso consultar y contrastar qué dicen las normas urbanísticas y ordenanzas del ayuntamiento donde vivamos al respecto. Es decir, cuál debe ser la pendiente máxima de la rampa del garaje para aparcamientos privados.

¿Cómo se calcula la pendiente?

Las pendientes en rampas deben ser escrupulosamente calculadas y lo adecuado es que esta tarea recaiga en un técnico o perito durante la construcción de la edificación, o bien en el momento de acometer una reforma de garaje. Quizá cuando pertenece a una comunidad de vecinos y esos trabajos han sido incluidos dentro de un presupuesto de reforma de comunidades. 

Para realizar el cálculo rampa garaje es necesario dividir la altura o desnivel que existe por la longitud del plano horizontal y el resultado multiplicarlo por cien. La cifra obtenida será el porcentaje de pendiente. La medición de las rampas de garajes también puede ser calculada empleando equipos de topografía, niveles especiales y clinómetros (una herramienta topográfica diseñada para medir ángulos en pendientes o elevaciones, entre otros usos) con los que suelen estar familiarizados estos profesionales de la arquitectura o la ingeniería.

Tanto si se trata de un garaje privado en plena fase de construcción, como si son trabajos de modificaciones sobre uno ya construido, el diseño de estos elementos arquitectónicos destinados a salvar desniveles con alturas diferentes deben cumplir con unas medidas específicas para garantizar una correcta movilidad de los vehículos. Y, por supuesto, evitar que rocen por ningún lado.

¿Cuál puede ser la pendiente máxima en una rampa de garaje? En concreto en el del aparcamiento de nuestra casa, ¿qué porcentaje se admite? Al parecer, la mayoría de las normativas coinciden en que debe estar dentro de un 20% y también se hace especial hincapié en la importancia de que la graduación de dichas pendientes haya sido bien calculada. Es la manera de evitar que los vehículos estacionados puedan rozar. Esto explica que la recomendación más extendida sea sugerir pendientes del 16% con unos niveles de conexión con una pendiente máxima del 6%.

Anchura de una rampa de garaje

En cuanto a las anchuras mínimas, también deben ser muy tenidas en cuenta y varían en función del diseño de las rampas. Cuando son lineales, se deben dejar 3 metros en circulaciones unidireccionales y 4,5 metros si son rampas de doble sentido. Ahora bien, si hay una curva en ellas, el radio (se calcula desde el borde exterior) no puede tener menos de 7 metros si son rampas de un único sentido y debe llegar hasta los 8,2 metros si son de doble circulación.

En los garajes con rampa, estos elementos arquitectónicos varían en su diseño según las características espaciales, lo habitual es que conecten dos plantas o más. Como es de esperar, necesitan trabajos de mantenimiento y mejoras periódicas que deben ser acometidas por empresas de reformas con dilatada experiencia. 

Las rampas son usadas como zonas de paso peatonales o calzadas y en función del desarrollo trazado en ellas admiten diferentes tipologías, que a su vez pueden ser unidireccionales o bidireccionales. Las rampas de garaje más comunes son:

• Rampas de garaje lineales. La longitud mínima en un solo sentido es de 3 m y de doble 4,5 m.
• Rampas de garaje curvas. La longitud mínima del radio de curva en rampas unidireccionales ha de ser de 7 m y de 8,25 m si son bidireccionales.
• Rampas de garaje helicoidales.

Además de respetar estas dimensiones, existen otros aspectos que no conviene descuidar cuando se afronta el proyecto de diseño de rampas garaje. Por un lado, pensar en un espacio mínimo (al menos de 3 metros) entre el punto donde comienza la pendiente y la zona transitada. Y por otro, tener previsto crear una canaleta destinada al drenaje de aguas de lluvia (también llamadas aguas blancas) y situada en la base de la rampa inclinada con una rejilla transitable. Lo ideal es planificar otra canaleta para la parte superior.

En cualquier garaje de estas características la pavimentación de las rampas es fundamental. El material escogido ante todo debe cumplir un papel funcional, sin perder de vista que su estética sea agradable y moderna. Es prioritario que garantice un óptimo agarre en el suelo de los vehículos y que se adecué a la zona climática donde se encuentra. En regiones con inviernos extremos, lo habitual es recubrir las rampas de sal para descongelar el hielo.

Entre las soluciones más óptimas, además de la pavimentación en asfalto, una opción muy versátil es el cemento, que mejora cuando es una versión de cemento “espina de pez”. Esta logra un alto agarre para los neumáticos debido al reparto uniforme de los bloques de adoquín.

Junto a ellos, destaca el adoquín, recomendado cuando el garaje se encuentra en zonas geográficas expuestas a heladas y bajas temperaturas, y materiales sintéticos con altos niveles de resistencia y tránsito. En concreto, las rampas pavimentadas con adoquines proporcionan suelos de manto áspero que favorecen la adherencia.

En definitiva, el material elegido debe ser de elevada calidad, la mejor garantía para asegurar una larga vida útil y dar respuesta a sus principales usuarios. Tanto vehículos como personas en su recorrido a pie cuando necesitan moverse por el garaje.