Los imprescindibles para una terraza de 10

El suelo es el factor más importante para conseguir el mejor ambiente en la terraza. Existen soluciones que pueden colocarse directamente sobre el pavimento existente, evitando tiempo de obra. Esta opción, además, permite incorporar aislamiento térmico y sistemas de impermeabilización. El porcelánico es la opción más indicada: dispones de multitud de acabados y estilos, son muy resistentes a los cambios de temperatura, a los impactos y a las manchas. 

Además de las opciones anteriores, también dispones de suelos de madera. Si es el material del suelo de tus interiores, elegirlo en el exterior beneficiará al efecto de continuidad entre ambos ambientes. La comunicación interior-exterior ayuda a ganar superficie. La madera es un material aislante, no acumula el calor. En cuanto al mantenimiento, se trata con aceites vegetales y necesita ser repintada. Si quieres despreocuparte de estos cuidados, dispones de alternativas hechas con fibras de maderas y resinas.

El material que emplees en el suelo también puede extenderse a los muebles. Que los asientos, mesas o macetas sean del mismo material que el contexto donde están crea continuidad. Ésto aportará al ambiente limpieza visual y rebajará el peso compositivo de los muebles, una opción perfecta para una terraza de pequeñas dimensiones. Si escoges muebles fijos, aportará orden y el proyecto servirá para todo el año. Puedes ampliar esta información con nuestro artículo sobre decoración en terrazas pequeñas.

Las paredes serán tus aliadas para rebajar peso visual, si no cuentas con una terraza de grandes dimensiones. Además, es el lugar para aportar tu estilo personal al espacio. La mejor manera de crear ambientes exteriores son las plantas, en concreto las enrededaderas de hoja perenne. Es importante que estudies la orientación de tu fachada para saber cuáles serán los cuidados necesarios para mantenerlas los 365 días del año. 

Si vives en un edificio de pisos, la libertad en cuanto a cambios en la fachada es más limitada. Los barrotes de las barandillas pueden aportar monotonía al diseño global de tu terraza. La solución más fácil para camuflar su presencia es mediante plantas. Integra maceteros de chapa, madera o barro, según el estilo que predomine en el contexto. Otra opción que aportará ritmo son los faroles de colores o bombillas, que además hará más agradable disfrutar tu terraza de noche. 

Según la orientación de tu terraza, durante el día se encontrará más o menos expuesta a la luz directa del sol. Sean cual sean las condiciones es interesante instalar un sistema de protección contra la luz, ya que también repercutirá en la temperatura interior. Los toldos de brazo articulado son funcionales durante el verano y en invierno se pliegan en un cofre metálico que les protege de los cambios meteorológicos. Si cuentas con más espacio puedes instalar un sistema fijo de pérgola. 

La mayor ventaja de tener terraza es disfrutar de la luz natural, pero si también quieres pasar en ella las noches tendrás que instalar una buena iluminación. La iluminación no debería ser demasiado fuerte ya que, además de que se busca ambientes serenos y tranquilos, puede complementarse con la luz del interior. Instala focos fijos de luz led que marquen el perímetro de la terraza, contribuirás a que el espacio parezca más grande. Estas luces fijas podrás complementarlas según tus necesidades con lámparas auxiliares de pie. 

Deja que tu terraza se impregne de tu estilo personal a través de detalles. Añade colores vistosos en las sillas y complementos y busca la mayor funcionalidad para el máximo confort con hamacas, tumbonas o un pequeño rincón de cojines.