Las 10 mejores pérgolas del verano

Los cerramientos a modo de pérgola pueden ser una excelente opción, como podemos apreciar en este ejemplo. No se trata de un cerramiento integral, más bien una estructura con techo abuhardillado en cristal que permite el paso de la luz. Además, al dejar los laterales libres, la circulación del aire también es clave. Las plantas, nuevamente, juegan un papel importante aportando color a este exterior.

Este exterior destaca por su pérgola a dos aguas. La construcción, en madera, se acompaña de mobilairio en el mismo material. ¿Quieres usar tu pérgola todo el año? Instala una chimenea en su interior, coloca varios sofás o sillones y no temas la llegada del otoño.

Las pérgolas de madera son las grandes ganadoras. Parecen convencer a los usuarios por su elegancia, además de ser un material de lo más resistente. No obstante, también es importante saber combinar esta madera con otros materiales. En este caso, podemos ver que la madera de la pérgola encuentra continuidad con la madera de la mesa. La guinda final la pone el césped. Si lo eliges artificial es, además, una opción económica y con un mantenimiento casi nulo.

Son varios los elementos que destacan de este ambiente. Para empezar, esa pérgola de madera cubierta de plantas. Colores azules en las carpinterías le dan ese toque mediterráneo. A ello hay que unir esa pequeña piscina y el suelo de madera que completan este bonito espacio exterior.

Aunque las pérgolas en color madera siempre dan un punto acogedor, cuando se cuenta con zonas de agua no parece mala idea optar por pintarla de blanco. En este ejemplo vemos que, al hacerlo, el peso decorativo de la pérgola disminuye, pudiendo así optar por muebles un poco más recargados como los de mimbre.

Como comentábamos, la madera puede ofrecer mil caras diferentes a nuestros exteriores. En este caso se usa una madera envejecida con cierto carácter. Se trata de un porche robusto, con vigas grandes y pesadas, algo que posibilita poder colgar de ellas grandes candelabros para alumbrar las noches.

Aunque los cerramientos parciales son una buena opción, si quieres disfrutar de tus exteriores en invierno y en verano, optar por un cerramiento integral puede convencerte. La ventaja es que, al contar con grandes puertas y ventanas de cristal, en verano podrás dejarlas abiertas para que el aire circule sin problemas. Material resistente que durará muchísimo tiempo sin necesidad de mantenimiento como en el caso de las pérgolas de madera.