Cómo conseguir una distribución inteligente en tu casa

No tiene demasiado sentido que apenas al abrir la puerta de casa te encuentres con un dormitorio, por ejemplo. Hay viviendas que ciertamente tienen un distribución rara o poco inteligente, pero si vas a hacer reformas, ¡aprovecha para cambiarlo!. La entrada idealmente debe conectar con la zona de día, es decir, con el salón y la cocina.

Por lo general, es la estancia principal de una vivienda y la más grande. Donde la mayoría de familias hacen más vida de día e incluso de noche, antes de ir a dormir. En el salón se come, se mira televisión, se descansa y se recibe a las visitas. Por eso, es importante que tenga mucha luz natural para aprovechar al máximo las horas de sol y su energía residual cuando se pone, algo que notarás y agradecerás en la factura de la luz, sobretodo en invierno. Busca y/o potencia la luz natural de tu salón.

La idea básica es que cocina y salón comedor deben estar lo más cerca posible. Porque ambas son estancias de día y porque la actividad que acogen está íntimamente ligada la una a la otra. Puede ser una cocina abierta, pero no necesariamente, ya que no a todo el mundo le gustan las cocinas abiertas. Hay viviendas que tienen cocinas amplias donde se puede comer, pero otras que no, y sus habitantes comen en el salón. Es todo más práctico si están juntas o una delante de la otra, ¿no crees?

Por lo general, y a no ser que haya varios, los baños son el comodín de la distribución: o bien se sitúan en medio de la zona de día y la zona de noche, o bien se sitúan en la zona de noche. Aunque lo más habitual que haya un pequeño baño/aseo en la zona de día y que el baño principal esté en la zona de noche. Eso si no tienes la suerte de tener un dormitorio tipo suite, con el baño integrado dentro.

Para ganar en comodidad y practicidad hay que fijarse en la filosofía de los interiores nórdicos; los muebles pueden ser más o menos decorativos, vale, pero todos tienen su función. No hay nada de más, ni nada de menos. Con eso se gana espacio y que el tránsito dentro de la vivienda y entre estancias sea más fluido.

Imagínate vivir en el centro de una ciudad y que tu dormitorio de a una calle con mucho tráfico. En invierno puede pasar, pero en verano, si quieres dormir con las ventanas abiertas, no podrás. Idealmente, los dormitorios, que son zona de noche, deberían estar en la parte más alejada de la calle.

Facilita que fluya el tránsito, la luz, la energía y dan más continuidad a nivel visual. Si vas a hacer reformas, tira paredes y tabiques entre dormitorio y baño; entre cocina y comedor; o entre cocina y lavadero, por ejemplo. La opción de hacer una barra o un pasaplatos como divisor parcial entre la cocina y el comedor es una gran idea. 

Las puertas correderas te hacen ganar espacio. Concretamente, suman hasta 1m² respecto a las puertas normales, que es el espacio que necesitan para su movilidad. Además, tienen la capacidad de darle continuidad a los espacios si las dejas abiertas, sobretodo si son puertas correderas de obra, es decir, que desaparecen dentro de las paredes. ¡Pásate a las puertas correderas!