Cómo cambiar poco a poco tu estilo nórdico por uno industrial

Espacios amplios, muebles claros, mucha madera, ladrillos vistos o cerramientos de hierro. Si te gusta la mezcla de ambos estilos, ¿por qué no aplicarlos juntos en casa? Descubre cómo adaptar poco a poco el estilo nórdico al industrial, para llenar todavía más de encanto tu casa.
- ¿Cómo es el estilo nórdico y cómo puede evolucionar hacia el industrial?
- En la cocina, más instalaciones vistas
- En el baño, tonos neutros y detalles negros en contraste
- En el salón, grandes ventanales
- En el dormitorio, fíjate en los detalles
- Simpleza por encima de todo
¿Cómo es el estilo nórdico y cómo puede evolucionar hacia el industrial?

Como sabéis, el estilo nórdico o escandinavo es sinónimo de simplicidad de materiales y acabados. Ambientes muy relajados y prácticos con suelos de madera y tonos preferiblemente claros. Su mobiliario, siempre de líneas rectas (aunque ya va mutando un poco fruto de las nuevas influencias) y muy funcional, es más bien escaso. El industrial en cambio, se atreve con otros tonos más oscuros y un mobiliario donde el hierro o el acero son muy bien recibidos. Este estilo apuesta por mostrar las estructuras, dejando a la vista vigas originales, paredes de ladrillo, instalaciones de luz... Una respuesta casi natural a la situación vivida en los años 50 en Nueva York cuando quedaron vacías múltiples fábricas, que acabaron convirtiéndose en viviendas.
En la cocina, más instalaciones vistas

Partiendo de materiales como la madera o el mármol, añade otros como el cemento o el hierro, combinados con detalles propios del estilo escandinavo. Las cocinas del estilo industrial se parecen más a las profesionales, con amplias zonas de cocción y mucho acero inoxidable. Los elementos estructurales son bellos y se dejan totalmente al desnudo. Puertas de cristal, madera al natural sin lacar, ni barnizar... Cuanto más "bruto" y original sea el acabado mucho mejor. Cocinas con carácter que, gracias a estos pequeños cambios, se convertirán en atemporales. ¿Vas a cambiar los electrodomésticos? Pásate al acabado en acero inoxidable. Y si estás pensando en un lavado de cara para tu cocina blanca, ¿por qué no probar con nuevos tiradores de color negro? Suma unas bombillas colgantes y tendrás el éxito asegurado.
En el baño, tonos neutros y detalles negros en contraste

Un baño de estilo nórdico vestiría sus suelos y paredes de blanco, gris o como mucho beige. Pues bien, si quieres ir pasando al industrial los detalles en negro no pueden faltar. Puedes usarlo en la mampara (con perfil de hierro y cristal), en las patas de los muebles de líneas rectas, en la grifería (importantísimo contar con un descalcificador en casa para no pasarte la vida retirando la cal), y pequeños detalles que no cojan demasiado protagonismo, pero se note que están ahí poniendo la nota de estilo. ¿Vas a cambiar el espejo y no sabes qué poner? Busca uno con marco de hierro. ¡Quedará perfecto!
En el salón, grandes ventanales

Son típicos de las naves industriales que se convirtieron en viviendas de uso residencial. Si cuentas con amplios ventanales, deja que su luz fluya. Aunque en los espacios originales se decantarían por el hierro, en los espacios más modernos no falta el acero inoxidable en forma de estanterías, muebles de cocina, pie de las lámparas o las mesas. Las sillas o taburetes Tolix o un sofá Chester son dos iconos, mesas de centro de madera con grandes ruedas, muebles de palets, techos de vigas de madera... Todas son piezas clave para el estilo industrial, y todas combinan bien con la base neutra del nórdico. Recuerda que al industrial le gusta reciclar y reutilizar. Renueva todo lo que puedas antes de comprar.
En el dormitorio, fíjate en los detalles

Si no cuentas con suelos de cemento u hormigón, ni grandes ventanales te queda aplicarlo a la decoración en forma de detalles que marquen la diferencia. Pintar una pared con efecto cemento (o vestirla con un papel pintado que lo simule), un cabecero de hierro, puertas de metal y cristal para acceder al vestidor, grandes lámparas de metal, bombillas vistas y hasta focos de cine... Dormitorios de base neutra, con detalles que suman mucha personalidad.
Simpleza por encima de todo

El estilo industrial nos pide espacios diáfanos, pero no siempre podemos derribar todas las paredes que hacen falta para conseguir esa amplitud (piensa en los muros de carga, por ejemplo). Al mismo tiempo, hay distribuciones que no aceptan abrirse del todo. Por eso, la nota general al intentar fusionar ambos estilos debe ser la simpleza. Hay otros recursos, como por ejemplo el propio mobiliario a medida para dividir distintos espacios de una estancia, sin poner trabas a la luz (que al final es casi lo más importante). Si te fijas en este salón de base escandinava, con sus paredes blancas y suelos de madera en espiga, verás que ha evolucionado hacia el industrial al introducir un mueble a dos caras que combina madera y metal negro, y varias lámparas de acero inoxidable. Cambios sencillos y muy efectivos. Y si en un futuro se cansan y quieren volver al nórdico, o evolucionar hacia otros como el Japandi o Mediterráneo, con cambiar las lámparas y dar un mano de pintura al mueble será suficiente.
¿Y tú, también te sientes atraído por la mezcla de nórdico e industrial? Anímate a sumar tu comentario.