Las humedades en sótanos son un problema que puede surgir en cualquier momento en las viviendas y que influye negativamente sobre la salud y el bienestar de las personas que viven en ellas. Un olor desagradable o la aparición de manchas suelen ser los primeros indicios y conocer su origen y los tipos de humedad que pueden darse en estos espacios domésticos son aspectos clave para combatirlas. Lo ideal es prevenir su aparición. ¿Quieres saber qué soluciones hay para eliminar la humedad en el techo y las paredes? No es una tarea imposible, ¡así que te lo explicamos!
En este artículo
- ¿Qué causa las humedades en sótanos?
- Consejos y soluciones para evitar las humedades en sótanos
- Tipos de humedad que pueden afectar a un bajo
¿Qué causa las humedades en sótanos?
Dentro de los hogares, estos espacios son los más propensos a la generación de humedad principalmente por dos razones: se encuentran por debajo del suelo y su ventilación es bastante limitada. Dicho de otro modo, debido a su ubicación subterránea son más sensibles a sufrir mayor número de humedades en comparación con otras zonas de las viviendas.
Por otra parte, las humedades en sótanos suelen ser menos frecuentes en casas nuevas y en cambio una de las patologías más comunes en edificios antiguos por una impermeabilización deficitaria o inexistente. Un dato a tener en cuenta ante la compra inminente o el alquiler de nuestra primera vivienda, tal vez en Madrid.
Ante la pregunta de por qué se origina, suele ser por la presencia de una abundante cantidad de humedad en el terreno circundante al sótano donde se construyó el inmueble en su día. Ésta finalmente termina apareciendo en su interior de dos formas: o bien se produce por filtración, y en ese caso el agua entra desde el exterior por el suelo, o bien por ascenso capilar. Cuando ocurre así, pasa a través de las paredes afectando a suelo y muros y puede llegar hasta una altura de 1 metro.
Por desgracia, la presencia de humedades en sótanos no solo es un inconveniente estético que implicará una inversión en reparar los desperfectos. Uno de los más comunes es volver a pintar las zonas de las paredes donde aparecieron las manchas para sanearlas. No es de extrañar que lleguen a provocar problemas en los cimientos y estructuras de la edificación porque el paso del agua a lo largo del tiempo termina deteriorándolos. Influye negativamente sobre la estabilidad de la construcción.
Este agua extra se cuela por las pequeñas roturas en las capas aislantes y en elementos estructurales, como por ejemplo los forjados, e incluso puede llegar a afectar a las juntas. Pero lo más dañino de ellas son sus sales minerales, capaces de disolverse y penetrar en materiales constructivos como el acero. De manera que es muy importante reparar humedades en cuanto son detectadas con los tratamientos indicados por los profesionales una vez realizado su diagnóstico.
Consejos y soluciones para evitar las humedades en sótanos
Controlar la aparición de humedades en el sótano de casa es posible. Es cuestión de llevar a cabo una comprobación periódica sobre ciertas instalaciones, introducir algunas mejoras y estar atentos a cualquier cambio que pueda ponernos en alerta. Desde un olor desagradable, a un desconchón en la pared o la aparición de moho.
¿Quieres anotar estos consejos? Son soluciones que funcionan:
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Mejora su ventilación. Está claro que es el talón de Aquiles de la mayoría de los sótanos, al margen del uso que se les de (cuarto de lavandería, trastero, sala de juegos, etc.). Al estar por debajo del nivel del suelo, su ventilación es muy limitada y en necesario aumentarla para evitar que se genere vapor y que las temperaturas sean elevadas. Sobre todo si hablamos de humedades por condensación. Lo ideal sería abrir una ventana pero si no es viable, otra alternativa más sencilla es instalar extractores de aire que garanticen su renovación periódica y una ventilación más optima para conseguir la humedad recomendada en casa.
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Limpia con frecuencia las rejillas de evacuación. Son otro punto sensible de estos espacios porque aunque su función principal sea facilitar la salida exterior de aguas pluviales, también suelen atascarse por culpa de los sedimentos que llegan arrastrados hasta estas rejillas. Vigilar que su funcionamiento sea perfecto y limpiarlas periódicamente evitará la acumulación de agua y humedad en el ambiente.
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Revisa las canalizaciones internas y externas. Igual de importante para evitar tener humedades en sótanos es comprobar que las tuberías que pasan por su interior se encuentran en perfecto estado. De lo contrario, acabarán filtrando agua. También es necesario vigilar las tuberías externas destinadas a evacuar el agua de lluvia para evitar que no se atasquen.
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¿Los muebles?, alejados de las paredes. Uno de los usos más habituales de un sótano es que sea el trastero de la casa. De ahí la importancia de asegurarnos de que nuestros muebles y objetos no favorezcan la aparición de humedad ni a la larga terminen sufriendo desperfectos. Tan sencillo como evitar colocarlos apoyados en las paredes, pues de esa manera el aire no circula bien. Se recomienda dejar un mínimo espacio para que éste pueda renovarse.
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Repara las grietas. Si las fisuras y grietas que han aparecido en las paredes no son graves, tú mismo puedes repararlas con productos específicos, como las masillas o selladores para muros. Si tienes dudas sobre lo profundas que pueden ser, lo mejor es consultar con profesionales para averiguar dónde se encuentra el origen del problema y adoptar la mejor solución.
Tipos de humedad que pueden afectar a un bajo
Las humedades en sótanos y pisos bajos pueden ser de diferentes tipos en función del motivo principal que las causa. Un abanico amplio que conviene conocer por si detectamos alguna de ellas en nuestra vivienda. Aquí están las más frecuentes:
- Rotura de conducciones. Estas humedades son las más intuitivas porque suele resultar fácil averiguar el origen: el agua que circula por el interior de una tubería bajante y otras conducciones aflora en paredes, techo o suelo por culpa de una rotura en la red de fontanería.
- Aguas de nivel freático. Se produce cuando el agua que circula subterráneamente se estanca en su recorrido al no poder continuar avanzando por encontrarse con un capa de terreno impermeable. El resultado es la típica lámina de agua sobre el suelo.
- Aguas de salpiqueo. El agua de lluvia causa este tipo de humedad cuando rebota de forma prolongada sobre terrenos pavimentados perimetrales a los edificios y moja la parte inferior de las fachadas de las casas.
- Condensación interna. Se debe a la menor ventilación natural que suele darse en los sótanos y provoca un aumento de la humedad en el aire interior, generando condensaciones que se acumulan en paredes y techos. Éstas suelen producir manchas, moho, malos olores, desprendimiento en las pinturas y deteriorar ciertos materiales, como la madera y los metales.
- Aguas de cubierta. A veces los sótanos cuentan con techos o terrazas a nivel de calle en lugar de estar unidos al edificio por medio de una planta baja. A través de ellos el agua penetra generando desperfectos sobre vigas y otros elementos estructurales, normalmente debido a su incorrecta impermeabilización.
Saber a ciencia cierta a qué tipo de humedad nos enfrentamos es el primer paso para poder eliminarla convenientemente. Para ello, lo mejor es contratar los servicios de profesionales que hagan un estudio pormenorizado, diagnóstico incluido, para atajar el problema de raíz y ofrecer una solución a medida con un tratamiento específico.