En este artículo
- Un ventilador de techo en el dormitorio
- Cenar poco
- Una ducha tibia antes de ir a la cama
- Ventilar y crear corrientes de aire
- No beber líquido en exceso
- Ropa de cama fina y transpirable
Un ventilador de techo en el dormitorio
Consejos número 1 y sin el cual, yo no podría vivir en verano. Tener algún tipo de refrigeración en el dormitorio es necesario para combatir las altas temperaturas estivales. Hay quienes prefieren aire acondicionado (aunque yo a veces paso frío) y dejarlo funcionar una hora antes de irnos a dormir. La otra opción: el ventilador de techo, que distribuye el aire que hay en el dormitorio, son silenciosos, relajantes y sobre todo, el aire no da directamente a la cara, sino que se distribuye de forma homogénea por el dormitorio. Así, conseguirás conciliar el sueño sin preocuparte de nada más.
Cenar poco
Otra de las claves de dormir mal por las noches y especialmente cuando hace calor, es sobrecargar el estómago. Si haces cenas ligeras y tempranas, acostumbrarás a tu cerebro a hacer la digestión más fácilmente. Y eso, te ayudará a conciliar el sueño. Trata de ingerir productos frescos, casi sin cocinar o al vapor; y evita fritos, hidratos y cantidades exageradas. Cenar ligero es sinónimo de dormir mejor.
Una ducha tibia antes de ir a la cama
Parece básico, pero funciona: irse a la cama recién duchado con agua fresquita hará que tu temperatura corporal esté mejor para afrontar la noche. Trata de que sea corta y de no abusar de aceites esenciales ni cremas que dejen tu piel grasienta y puedas sentirte incómodo durante el sueño. Otro consejo: utilizar ropa para ir a dormir super fresca y transpirable. Muy sencillo: camisones o pijamas de algodón son la mejor opción.
Ventilar y crear corrientes de aire
Aprovecha sobre todo a primera hora de la mañana para ventilar bien toda la casa y crear pequeñas corrientes de aire fresco que puedan mantener el salón, el dormitorio o la cocina a una temperatura más agradables. Lo ideal sería que estas corrientes de aire natural te ayudaran a reducir el calor y llegar a temperaturas alrededor de los 20-21º, para así asegurar que tu sueño es más profundo y reparador.
No beber líquido en exceso
Es importante mantenerse hidratado. De eso no hay duda, pero es conveniente hacerlo a lo largo del día e intentar no beber demasiado líquido antes de cenar o durante la cena, si no queremos levantarnos durante la noche para ir al baño. Evita el alcohol, las bebidas con gas y con demasiado azúcar. Es preferible optar por agua o tés fríos, que es una buena alternativa a las bebidas gaseosas.
Ropa de cama fina y transpirable
La ropa de la cama debe ser transpirable y muy fina, para que no aporte más calor a tu cuerpo a la hora de dormir. Al revés: tenemos que intentar que la ropa de cama nos ayude a conciliar mejor el sueño: el algodón de fibra larga aporta sensación de frescor y tu sueño será más placentero y relajante.