Chimeneas de bioetanol: la mejor alternativa a la calefacción tradicional

Las chimeneas de bioetanol, también conocidas como biochimeneas, son una de las alternativas más ecológicas que hay en el mercado, ya que no producen humo ni generan residuos. El alcohol que las hace funcionar es de origen vegetal y se produce a partir de la fermentación y posterior destilación de cultivos como la caña de azúcar, la remolacha, el maíz, el trigo, la cebada o el centeno. 

Su combustión es totalmente inodora, siempre y cuando se utilice un bioetanol de calidad desnaturalizado a 96º. Y además, se le pueden añadir unas gotas de esencia para que perfume el ambiente. 

Esta es la principal ventaja para quienes quieren tener una chimenea en casa, pero no pueden o no quieren tener que hacer ninguna instalación adicional para la extracción de humos. Las chimeneas de bioetanol no la necesitan, como tampoco necesitan ningún tipo de conexión. Basta con colocar la chimenea donde quieras y encenderla. 

Muchos modelos son móviles, de modo que incluso las puedes mover y cambiar de sitio siempre que quieras. También se pueden integrar en la pared, para lo que hay que seguir las instrucciones y recomendaciones de cada fabricante.

Al no generar humo ni cenizas, ni ningún otro tipo de residuo, el mantenimiento de este tipo de chimeneas es prácticamente nulo. Tan solo hay que rellenar el depósito de combustible y sacarle el polvo a la estructura, como si fuera cualquier otro mueble.

Estas chimeneas nacieron como fuegos meramente decorativos. Se colocaban en espacios, viviendas o establecimientos lujosos como objetos que aportaban diseño y glamour. Pero apenas calentaban. Fue su poder estético lo que llevó a los fabricantes a desarrollar más su tecnología hasta el punto que, hoy, son una alternativa real a otros sistemas de calefacción. Y si te fijas, la gran mayoría de imágenes donde se ven chimeneas de bioetanol, se siguen correspondiendo a viviendas modernas y de diseño.

Con una sola chimenea de bioetanol, difícilmente se puede calentar toda una vivienda. Es cierto que tienen un alto poder calorífico, pero de ahí a que una sola chimenea pueda calentar todas las estancias de una casa, es complicado. A no ser que se trate de una vivienda muy pequeña o de tipo loft.

De momento, el coste de producción del bioetanol es más elevado que el del petróleo. Por eso, no todo el mundo está dispuesto a cambiarse a este sistema de calefacción. Por otro lado, para obtener el bioetanol sí que se utilizan combustibles fósiles, por lo que no es una energía 100% ecológica. 

Además, los ecologistas creen que, en caso de crecer masivamente su consumo, hay riesgo de deforestación y de sustitución de cultivos tradicionales por explotaciones que sirvan para producir esta alternativa energética.