¡Adiós a los químicos! Llegan las piscinas sin cloro

Purificadores del agua

Una excelente opción son los purificadores de agua. Los hay de dos clases: los que funcionan con electricidad y los que hacen su trabajo gracias a la energía solar (realmente interesantes). Estos depuradores ayudan a reducir el cloro entre un 50% y un 80%, manteniendo el agua de nuestras piscinas completamente pura y cristalina. En realidad, estos purificadores son ionizadores de agua. Es decir, que consiguen acabar con las algas y con las bacterias mediante la electrólisis, el proceso que separa los elementos de un compuesto por medio de la electricidad. Los purificadores, además, contienen cobre, un bactericida natural que no contamina el medio ambiente.

¿Necesitas más ventajas para apostar por ellos?

Desinfección por bromo o ultravioletas

Este sistema de desinfección es el que usan en la mayoría de los spas, así como también en muchas piscinas públicas. Se trata de un sistema de esterilización de lo más potente y cuya principal ventaja es que su espectro de acción es mucho más amplio que el de cualquier otro método. ¿Por qué? Pues debido a que genera moléculas de ozono. Aplica un tratamiento sin cloraminas, sin olores, muy limpio y que no necesita controlar los niveles. No obstante, como principal contra observamos que elimina las infecciones en el vaso del equipo, no en la piscina, y que cuenta con un elevado consumo de corriente eléctrica.

Piscinas de agua salada

Durante un tiempo estas piscinas se convirtieron en la mejor alternativa a los inconvenientes de los tratamientos tradicionales. Los cloradores salinos se integran en los filtros y aprovechan el agua salada para generar cloro gaseoso mediante la antes mencionada electrólisis. Muchos desechan esta idea por pensar que sus aguas serán tan saladas como las del mar, pero lo cierto es que el nivel de salobridad es muy inferior, una décima parte o menos. Con este método ahorramos dinero, tanto en el mantenimiento como en los productos químicos. Además, al no manipular cloro, evitaremos tener una de esas piscinas que, de tanto que concentran, desprenden un olor irritante. Por último, hay que añadir que, aunque el agua se evapora, la sal no. Así, la única manera de que la sal se escape de nuestra piscina será en nuestros cuerpos, cuando entremos y salgamos del agua. Esto significa que no tendremos que añadir más sal aunque sumemos más agua y, en el caso de tener que hacerlo, el coste es realmente bajo. 

Piscinas naturales: una tendencia interesante

Las piscinas naturales o ecológicas nos tienen completamente enamorados. ¿Por qué nos gustan? Pues principalmente porque no vamos a usar ningún tipo de producto, y esta vez de verdad. El filtrado de agua se hace de forma completamente natural. ¿Cómo? Gracias a la depuración que conseguiremos añadiendo una zona con tierra y especies vegetales, que además de limpiar nuestras aguas también las oxigenarán. ¿Cómo conseguir que el agua pase por esta zona? Pues con una pequeña bomba de agua y un circuito. Al pasar por ese sector, las plantas y las piedras harán que se reduzcan al mínimo los nutrientes del agua, evitando así la proliferación de algas. Interesante, ¿verdad? Además, no podemos negar la belleza paisajística que supone tener una de estas piscinas en casa. Mientras que en el

resto de los casos podríamos hablar de piscinas convencionales en su aspecto, en este nos enfrentamos a piscinas realmente bonitas y diferentes. Las piscinas ecológicas son el complemento perfecto para un jardín lleno de plantas. Un rincón especial que se convertirá en nuestro lugar favorito durante este verano.

Y tú, ¿qué tipo de tratamiento usas en tu piscina? ¡Comparte con nosotros tu sabiduría!