Desde hace no demasiado tiempo, las revistas y tus redes sociales favoritas, se llenan de fotos en las que se ponen alfombras en las cocinas: de inspiración hidráulica, imitando suelos de madera o incluso con motivos botánicos. El tema es: ¿Esto en la vida real es práctico? ¿Se pueden usar tranquilamente en cocinas sin miedo a salpicaduras, manchas o restos de tostadas que siempre caen boca abajo? No seremos nosotros los que digamos si esto es o no postureo (echa un ojo a Pinterest o Instagram para hacerte una idea), pero si te adelantamos que esta tendencia no es nueva (ya la usaban nuestras abuelas para proteger el suelo y dar calidez a sus cocinas). Además, si sabes elegir bien su material, pueden ser un acierto no solo decorativo, sino también a favor de la seguridad. Sigue leyendo y te contamos por qué creemos que si tu cocina no tiene alfombra, necesitas una ¡ya!
En este artículo
- 1. Evitan más de un resbalón
- 2. Sirven como zona limpia de transición
- 3. Algodón, fibras naturales, vinílicas ¿cuál es la tuya?
- 4. Identifican espacios
- 5. El tamaño ideal
1. Evitan más de un resbalón
Porque siempre salpicamos agua al fregar los platos, o al sacarlos del lavavajillas (sobretodo cuando usamos los programas ECO que consumen menos energía, pero no dejan la vajilla del todo seca), también al cocinar en la zona de fuegos... Una alfombra de un material resistente, evitará que resbales con el agua, el aceite o lo que sea que acabe en el suelo. Además nos permiten proteger un suelo delicado como puede ser por ejemplo el de madera, si nos empeñamos en usarlo en la cocina. De todas formas, para evitar desgaste y proteger el suelo del impacto de cualquier cosa que pueda caer, una alfombra siempre es bien.
2. Sirven como zona limpia de transición
Porque al entrar en la cocina, podemos traer suciedad del jardín o el patio. También al revés: al salir de la cocina es fácil que llevemos en los zapatos, restos de aceite o cualquier otra cosa que acabe en el suelo. Por eso, poner una alfombra en el punto de transición será un forma estupenda de atrapar la suciedad de fuera ¡y de dentro! Además, si las eliges de fibras naturales, podemos sumar calidez a las cocinas blancas, lacadas o de aspecto industrial.
3. Algodón, fibras naturales, vinílicas ¿cuál es la tuya?
Toda la vida se han usado las de algodón pequeñitas. ¿Recuerdas que se veían en algunas casas frente a la zona de fuegos? Hoy se ven mucho las que son tipo jarapa porque disimulan muy bien las manchas, se lavan tranquilamente en agua caliente, y además suelen ser económicas. Las de fibras naturales, tipo yute o sisal, son muy estéticas, amortiguan genial los golpes y se mantienen bien con aspiradora. Pero, desde luego si lo que quieres es una alfombra sobre la que puedas pasar la fregona, adaptable 100% a tu espacio y con un diseño en tendencia ahora mismo, tienes que hacerte con una vinílica. ¡Son tan bonitas las que parecen pintadas a mano! También las hay con estampado de terrazo (otra moda que vuelve), de mosaicos... Para tu total tranquilidad estas últimas son antialérgicas, lavables y muy resistentes.
4. Identifican espacios
Imagina una cocina en la que también hay una pequeña zona de office o comedor, o una que se instala en una zona de paso como el pasillo, o completamente abierta al salón. Una o varias alfombras, pueden servir para delimitar la zona de cocinar de la de comer y separar no sólo de manera visual, sino también práctica, cada ambiente. Van genial en la zona de comedor: atrévete a poner una, y deja de sufrir por el suelo y las salpicaduras de ketchup, vino, cacao o aceite.
5. El tamaño ideal
Depende de tu cocina (¡por supuesto!), pero también de tu gusto personal. Imaginar esas cocinas a las que se hace un lavado de cara con esmalte para azulejos y pintura para el frente de los armarios. Puedes cambiar la encimera y el grifo por otro que ahorre agua, también el fregadero. ¿Y con el suelo qué hacemos si no queremos hacer obra? Muy fácil: cubrirlo con una gran alfombra vinílica que nos guste y quede genial en la nueva cocina. Hay muchas tiendas que ofrecen diseños a medida para que la alfombra encaje al milímetro en tu cocina. Además anota otra ventaja: funcionan estupendamente como aislante térmico, cosa que ahora no, pero cuando vuelva el frío, valorarás enormemente.
¿Y tú, qué opinas de esto de las alfombras en la cocina? ¿Lo ves o crees que es una locura? Déjanos saber qué opinas dejando un comentario.
hace 3 años
Las alfombras son un riesgo para las personas mayores que pueden tropezar. Imaginemos un tropiezo delante de los fogones...Para mi, totalmente desaconsejables. Lástima, poque quedan preciosas.
hace 3 años
Quise comprar una alfombra para proteger el parquet bajo mi escritorio. En las instrucciones pone claramente que pueden dejar huellas sobre el suelo al cabo de cierto tiempo. Francamente, en la zona de la cocina lo ideal es terrazo, con el que no hacen falta alfombras "tapamisérias".
hace 3 años
Imprescindible en mi cocina, desde siempre.
Protege el suelo de manchas y me da seguridad cuando se derrama algún líquido.
Las he tenido de todos los materiales, ahora de fibra natural.Todas funcionan bien.