Seguro que más de una vez te has quedado con la boca abierta viendo los salones que aparecen en las revistas de decoración. Y te preguntas, ¿por qué el mío no tiene ese encanto? En realidad la respuesta es muy sencilla. La clave la tienes tú. El salón de tu casa debe ser un lugar que refleje tus gustos o intereses, que hable de ti y tu forma de vida. Que te sirva de refugio cuando regresas del trabajo y te permita disfrutar de tu casa.
Por eso hemos preparado algunos trucos sencillos que te pueden ayudar a decidir por dónde tirar. Mejoras asequibles para darle estilo y que pase de bonito a espectacular.
En este artículo
- 1. Dime cómo eres y te diré cómo debe ser tu salón
- 2. Aprovecha la estructura o arquitectura del salón
- 3. Saca el potencial de paredes y suelos
- 4. Apuesta por piezas con encanto
- 5. Abriga tu salón
- 6. Iluminar no es solo ponerle luz
- 7. Deja tu huella
1. Dime cómo eres y te diré cómo debe ser tu salón

Cada uno tenemos una forma de vida. Unos se mueren por pasar un rato tranquilos cada noche viendo series en el sofá. Otros prefieren el PC o una buena butaca con luz ambiental para ir haciendo hueco al sueño mientras leen... Por eso es importante que analices cómo eres y a partir de ahí diseñes tu salón.
Potencia lo que más te gusta y dale prioridad sobre lo demás. Para algunos puede ser dejar espacio para una enorme librería de obra y para otros hacerse con un enorme mueble a medida, donde guardar colecciones. Al final, lo que cuenta es que te sientas cómodo en él.
2. Aprovecha la estructura o arquitectura del salón

A lo mejor para ti es un problema que tu salón cuente con techos altos o abuhardillados. Que tenga paredes desiguales o que albergue alguna columna. Pero, ¿por qué no mirarlo justo al revés? Estos elementos distintos son las que te van a permitir marcar la diferencia. Sé creativo e inventa soluciones que conviertan estos hándicaps en la mejor de tus cartas.
Por ejemplo, un techo inclinado puede servir para hacer una librería a medida que aproveche hasta el último centímetro del salón. Una columna o pilar puede ser el elemento estrella si lo pintas de otro color, lo decoras con fotos, lo integras en un mueble que haga de elemento separador o lo forras de madera, espejos o metal. Incluso algunos se atreven a añadirle iluminación y forrarlo con vidrio al ácido.
3. Saca el potencial de paredes y suelos

A menudo pasan desapercibidos pero sus materiales o acabados son esenciales a la hora de decorar tu salón. Si te atrae lo natural, elige pavimentos de madera y arriésgate con tipos menos vistos o diseños originales. También puedes declinarte por el mármol y su infinidad de acabados, o bien dejarte encandilar por todos los modelos de porcelánicos.
Y para las paredes, ya sabes que hay infinidad de técnicas de pintura. Desde el efecto arena, metal, óxido o mármol, hasta la sencillez de pintar solo media pared, dibujar formas geométricas o hacer un degradado. Y si eres de los que necesitas cambios rápidos, entonces tira hacia los papeles pintados, vinilos, o revestimientos de PVC o adhesivos. ¡El cambio es instantáneo! Y si te falta luz, encarga un gran espejo sobre la pared para que todo luzca más espacioso.
4. Apuesta por piezas con encanto

Un mueble o una pieza especial pueden transformar un salón soso o aburrido en otro personal. Desde una lámpara, hasta unas sillas originales. ¡Todo lo que te sugiera buenas vibraciones, nos vale!
Puedes reciclar viejos muebles que heredes. Te sorprendería ver el resultado que un buen profesional puede hacer a partir de un mueble anticuado.
También puedes volver a tapizar un sillón o hacerte con instrumentos de oficios como máquinas de escribir o cámaras de fotos... Objetos con encanto que marquen la diferencia. Si tu salón es pequeño y quieres acertar, siempre te van a funcionar bien los muebles a medida, en madera o de DM. Si además se lacan del mismo color de la pared, se fundirán con ella y disimularán su pequeñez.
5. Abriga tu salón

Las telas siempre son buenas aliadas para dar personalidad al conjunto. Puedes elegirlas con texturas o motivos más arriesgados. Una ventana desnuda tiene su encanto, especialmente si las vistas son agradables. Pero si no lo son tanto, es mejor opción que las cubras. Los más vanguardistas seguro tirarán hacia los estores con tejidos tipo screen, que dejan pasar la luz a la vez que dan intimidad. Y los más clásicos hacia las cortinas de doble caída.
6. Iluminar no es solo ponerle luz

Solo con colocar unos focos de luz en los puntos estratégicos de tu salón se puede conseguir un aire totalmente distinto. Recuerda que la luz general es fundamental. Si no has hecho el cambio al LED quizás sea una buena ocasión hacerlo ahora. Los focos de superficie son tendencia y además gastan bastante menos.
Y luego, fíjate en esos puntos que ahora son fríos y necesitan la calidez de una lámpara. Por ejemplo, junto al sofá o sobre la mesa del salón… Y si quieres que las paredes parezcan más altas, instala apliques que dirijan la luz hacia el techo. ¡Verás como parece crecer! Cuanto más cálida y suave sea la luz artificial, más cómodo te sentirás en tu nueva sala.
7. Deja tu huella

Los pequeños detalles son determinantes. Una colección de láminas viste cualquier pared, pero ojo, siempre que sean proporcionales al espacio, ni más ni menos. Una butaca o un puf son dos piezas que dan mucho confort a cualquier salón y que son fáciles de mover. ¡Esto te dará mucho juego! Y para terminar, la importancia de las plantas o las flores. Reparte varios mini bouquets de flores de un color y un ramo de hoja verde por el salón. ¡Siempre funciona!
La fórmula ideal para que tu salón sea personal es dejarte llevar por tu instinto, aprovechar bien la estructura de la sala y apostar por piezas u objetos que sean para ti especiales. No te dejes llevar demasiado por las modas. Todo lo que no se corresponda con tu gusto personal acabará cansándote.
¿Qué le falta a tu salón para ser de revista? ¿Nos hemos dejado algo importante?
hace 6 años
Creo que lo más importante de todo son los pequeños detalles. El resto es importante también, pero con los detalles marcas la diferencia y lo haces tuyo.