No hay dos personas iguales, así que el colchón perfecto para una no tiene por qué parecerse al de otra. Hoy sabemos que no por ser más caro un colchón es mejor y que hasta que no lo pruebes, no sabrás si te conviene. Los estudios más recientes dicen que tardamos unos 9 años en cambiarlo y que estamos algo más de dos meses pensándolo. Nuestra cama es sagrada, así que nunca está de más profundizar en el tema. Hay que tener en cuenta unos puntos importantes para dar con el mejor colchón ¡El que sin duda se adapte a nosotros! Sea cual fuere el tuyo, seguro que existe. Repasa estos trucos que te contamos y acertarás seguro.
#1. Más caro no significa mejor

Estamos acostumbrados a elegir todo en la vida en función al precio y tenemos la falsa creencia de que por ser más caro, es mucho mejor. Con un 0 de más en el precio, nuestro cerebro nos hace pensar que estamos ante un producto espectacular, pero a veces esto es un error. Los colchones de IKEA se ajustan a todos los bolsillos y son de muy alta calidad, por ejemplo. Al controlar desde la producción de la pieza hasta el transporte, la firma sueca ahorra costes y así consigue bajar los precios.
#2. No hay colchones buenos o malos por definición

Para elegir tu colchón ideal lo tienes que probar. Cada uno tenemos un cuerpo diferente y una forma distinta de dormir: el colchón perfecto de tu mejor amigo puede convertirse en un auténtico matapersonas para ti. Grábate bien esto, lo más importante es valorar el material y la firmeza del nuevo colchón antes de tomar la decisión. Pero si te equivocas tampoco pasa nada. En algunos casos, dispones hasta de un año para cambiarlo, como ofrece IKEA. No hay problema si, por muchas vueltas que le des (literalmente), no te convence.
#3. Firmeza significa estabilidad

Cuando fuiste al médico por tus dolores de espalda lo primero que te preguntó es si dormías en un colchón firme ¿Nos equivocamos? A lo que seguro respondiste teniendo en cuenta si era duro o blando. ¡Error! Cuando en las etiquetas de los colchones identifican su firmeza, se están refiriendo a la estabilidad que le da a tu cuerpo al acostarte. Si es muy duro, no se adaptará bien a tu cuerpo aunque respirará mucho mejor. Y si es demasiado blando, tendrás más calor porque se amoldará totalmente a tu cuerpo, pudiendo incluso darte dolores de espalda.

#4. La garantía de acertar es probarlo, pero probarlo "bien"

Y cuando decimos bien nos referimos a tomándonos nuestro tiempo. No es suficiente con fijarse en su apariencia y sentarnos tímidamente o, en el mejor de los casos, tumbarnos. Lo ideal es dejar la vergüenza aparte y simular que estamos durmiendo tal y como lo haríamos en casa. Ni siquiera hace falta que te quites los zapatos (en la tienda saben que para ti es importante probar). Si duermes boca abajo, pues adelante; si te acurrucas lo mismo. ¿Almohada baja o alta? No es lo mismo dormir solo que acompañado, más aún si hay diferencia de pesos y estaturas entre vosotros. Una forma práctica de saber si es demasiado rígido para ti y tu pareja, es tumbarse de espaldas y pasar la mano entre tu lumbar y el colchón. Si hay demasiado hueco, es porque quizás no necesitas un colchón tan rígido.

#5. En su justa medida

Crecimos pensando que las camas de nuestros padres eran muy grandes, pero luego llegó IKEA con aquellas camas enormes y nos dimos cuenta de que ya no lo eran tanto. Hoy por hoy, podemos elegir prácticamente cualquier tamaño de cama que se adapte bien a nuestra media (y a la de la habitación en la que vamos a dormir). Desde el modelo de 90x190, hasta el de 135 ó 150x190 cm. Y para los que les gusta dormir a sus anchas y no tienen problemas con el espacio, desde hace un año también está la versión de 180x200 cm. Vamos lo más parecido a la King Size del mejor hotel ¡Pero en tu casa!
#6. Dime cómo eres y te diré cuál es perfecto para ti

¿Eres friolero o sudas hasta en invierno? ¿Te gusta la sensación de dormir fresco o no concilias el sueño si no sientes el calor de tu cama? Te parecerá una tontería pero el material de tu futuro colchón va a repercutir, y mucho, en la sensación de confort que tengas al acostarte sobre él. Si te confiesas friolero no lo dudes: la viscoelástica se amoldará a tu cuerpo y te hará sentir más calentito. Si pasas calor incluso en los meses fríos, mejor opta por los muelles. Si duermes en pareja y te mueves más que los precios, elige uno de látex para que tu pareja no lo note tanto. Y si buscas flexibilidad, mejor tira hacia uno de espuma que puedas renovar cada poco tiempo. Si aún andas perdido, puedes hacer este test para elegir el colchón que se adapta a ti.
#7. ¿Quién es el candidato perfecto para un colchón de muelles?

Pues especialmente para los que suelen pasar calor cuando duermen. Ten en cuenta que los colchones de muelles tienen una gran ventaja respecto a otros: su facilidad para distribuir el peso uniformemente, evitando que hayan tensiones en partes concretas del cuerpo. ¿Y eso de embolsados o Bonnell, qué quiere decir? Es simplemente la técnica que han usado para incorporar el muelle. Los primeros, van envueltos individualmente, mientras los segundos forman una capa que proporciona un soporte integral.
#8. Y si dudas entre espuma o látex...

Ten en cuenta que sobretodo el uso. Los primeros al ser más finitos van genial en dormitorios de niños o divanes que se usan de vez en cuando (sabiendo que si resultaran escasos se puede colocar uno encima de otro). Los de látex en cambio, nos ofrecen un soporte perfecto para el cuerpo, absorbiendo nuestros movimientos corporales. A no ser que tires de la manta cada vez que das la vuelta, tu acompañante no se enterará de las vueltas que pegas cada noche. ¡Tendrás vía libre para rodar y rodar...!
#9. Viscoelástica ¿Es ese el tuyo?


Lo reconocerás en la tienda antes de leer la etiqueta porque, al hacer presión sobre el mismo, y levantar la mano, verás que como por arte de magia, recupera su forma. Como te decíamos más arriba, es un tipo de colchón que agradecen los frioleros, y todos los que disfrutan durmiendo con la sensación de estar arropados. Los colchones de viscoelástica alivian presiones musculares, mejoran la circulación de tu cuerpo e inducen al relax. Además son los que mejor combinan con los somieres de láminas regulables. Si eliges uno de estos, asegúrate de poner bien la alarma del reloj porque prometen un sueño de lo más profundo y reparador.
¿Y tú, estás pensando en cambiar de colchón? Esperamos que estos trucos te ayuden a decidir bien y descansar mejor.
hace 5 años
Y qué pasa con los futones?
hace 5 años
si es de Ikea ni regalado, no valen nada
hace 5 años
He tenido uno de IKEA, y es el mejor que he tenido! Compré uno carísimo después y me arrepentí desde la primera semana.
hace 5 años
buenas, yo he tenido 2 de ikea pero hace años: no eran futones autenticos, el material era de algodon CON TROZOS DE ESPUMA CORTADA
hace 5 años
Yo he comprado un futon y no nos despertamos en toda la noche! Descanso reparador absoluto. Antes dormíamos en un Tempur, pero el futon lo ha dejado a la altura del barro ????
hace 5 años
Pues yo tengo un Myrbacka y estoy super contenta, una muy buena inversión!
hace 5 años
No podeis hacer artículos más imparciales y que huelan menos a publicidad?
hace 5 años
Estaba muy perdida hasta que he leído este artículo, me ha ayudado a aclarar dudas, gracias