Los dormitorios de los niños suelen ser un gran cajón de sastre. Acumulan juguetes, libros y trastos varios que muchas veces acaban por apoderarse del espacio, convirtiéndolo en una auténtica jungla. Por suerte, hay muchísimas posibilidades de almacenaje que permiten sacarle fruto a todo el espacio disponible. Sobre todo, si les enseñas desde pequeños algunas rutinas. Toma nota de estos 8 consejos básicos para que en la habitación de tus hijos sólo haya sitio para el orden ¡Y sin necesidad de tener que estar siempre dando órdenes! ¿Te atreves a probar?
#1. Pónselo fácil

Estudia el tamaño, la distribución y la ubicación del dormitorio de tus hijos antes de lanzarte a comprar pequeños muebles que luego te van a sobrar. Es siempre mejor ir de menos a más pensando en optimizar el espacio. La idea es que recojan ellos solitos (bajo tu supervisión y con tu ayuda al principio). Pero con vistas a que cada vez lo puedan hacer con más autonomía. Por eso, cuanto más accesible y seguro sea el sistema que elijas, muchísimo mejor.
- Este dormitorio para 3 hermanos demuestra que en un espacio más bien pequeño puede haber sitio para bastantes cosas. En las camitas de abajo dormirían los más pequeños (mira a qué poca altura están), y en la de arriba, el más mayorcito. ¿Y dónde guardan? Pues en esos cajones camuflados de la base de las camas, y en las estanterías a medida del fondo.
#2. Multiplica las soluciones

Hacer que los niños compartan dormitorio es una solución eficaz y rápida cuando no tenemos habitaciones suficientes, pero hablando de juguetes y orden, puede ser una combinación explosiva. Por eso deberías planificar previamente el espacio dedicado exclusivamente a dormir, y la superficie dedicada al juego. Las literas siempre van a ser una opción a valorar, sobre todo porque al exprimir el espacio en vertical, nos dejan más centímetros libres para el juego.
- En la imagen puedes ver como en un dormitorio de planta cuadrada, han hecho sitio para nada menos que 4 camas. Dos literas a los lados en blanco y madera, y una gran cómoda en el centro, marcan la frontera entre el espacio para descansar, y el hueco libre para jugar.
#3. La cama debe crecer con ellos

Comprar una cama grande para un niño recién nacido o muy pequeño es un gran error. Piensa que los primeros meses dormirá contigo o en su cunita (si tienes suerte), y después cuando se haga un poco más mayor, pasará a una cama más grande como un campeón, pero no una cama de 1,80 cm de largo, sobretodo porque no la necesita y le hará sentir aún mas chiquitito. Es mucho mejor que apuntes por un modelo más pequeño que vaya creciendo con los años, y que a ser posible esté a ras de suelo o muy poquita altura. De esta forma tendrás más espacio libre en la habitación para sus juegos, o incluso inventar soluciones originales para guardar sus juguetes. Piensa que sobretodo en los primeros años es cuando más trastos se acumulan.
- Hay soluciones a medida súper originales que imitan casitas en los árboles, barcos, etc... que te permiten planificar espacio para guardar en la base o incluso en los laterales. Un consejo: Si la tapa de los muebles es de pizarra podrán hacer garabatos al principio y planificarse cuando sean más mayorcitos.
#4. El escritorio también es un lugar donde guardar

Además de para pintar al principio y estudiar después, un escritorio debe de tener capacidad para guardar todas las cosas que a esa edad necesiten para trabajar. Primero serán sus libros de colorear y después libretas, diccionarios o hasta la tablet. Elige un modelo que esté a su altura, y que incorpore puertas y/o cajones donde puedan almacenar correctamente todo su material. Enséñales desde pequeños a destinar un cajón para cada cosa, dejando siempre alguno para sus cosas más personales donde pueden guardar verdaderos tesoros.
- Fíjate en la imagen, con la cama al fondo y un gran módulo de almacenaje integrado, conseguimos ganar un espacio cómodo en el que trabajar. Si te preocupa que la habitación se vea muy abarrotada de muebles juega con el color (añadiendo máximo 3 colores al mobiliario y complementos), elimina los tiradores de las puertas y apuesta por muebles con patas para que dejen pasar por debajo de ellos la luz.
#5. Compartimenta y ganarás

De nada sirve tener un precioso y enorme armario o una gran estantería de obra si no sois capaces de dar con un buen sistema para separar objetos o funciones. Compartimenta todos los cajones o armarios de forma que cada cosa tenga un lugar. Así les será mucho más fácil de recoger y más divertido jugar. Se acabó eso de andar perdiendo el tiempo ayudándoles a buscar las canicas, o los dados especiales. Usando compartimentos todo lo encontrará a la primera.
- En este dormitorio las dos camitas adosadas a la pared recogen en un mismo hueco el espacio dedicado al descanso, y el del almacenaje. Las estanterías de pladur de parte a parte, ofrecen muuucho espacio para guardar o exponer lo que quieran. Y los cajones de debajo de la cama un gran desahogo para otros esos otros trastos que quieren tener más a mano. ¿Te has fijado en cómo han identificado cajas y cajones con nombres o letras?
#6. Estanterías bien ordenadas

Usa estanterías o baldas voladas par que sus juguetes queden ordenados y a la vista. Las cosas que más usen más abajo, y las que quieras que utilicen con tu supervisión, más arriba. Recuerda que los niños igual que las plantas trepadoras, adoran subirse a los muebles, por eso siempre siempre extremar las medidas de seguridad para que los muebles queden perfectamente anclados a la pared y sean 100% seguros.
- En este dormitorio el espacio dedicado al descanso se sitúa al fondo y la zona de juegos con la mesa de trabajo y sus juguetes más grandes a la izquierda. La pared restante se reserva para guardar sus cosas. Fíjate, hasta tiene su pequeña librería.
#7. Inventa soluciones flexibles

Cada dormitorio es diferente y además va cambiando con los años, pero los trastos y juguetes nunca menguan. Por eso tienes que conseguir un buen sistema de almacenaje extra que complete lo que ya tienes. Cajas, cajones, cestos, bolsas de plástico que puedan colgar en unos pomos. Tira de creatividad para encontrar soluciones prácticas que permitan guardar a los nuevos inquilinos. Recuerda que además de ser un espacio cómodo debe de resultar sano. Utiliza siempre maderas nobles, pinturas especiales para niños y tejidos naturales de fácil lavado y mantenimiento. La idea es que se diviertan en un ambiente totalmente seguro.
- Nos encanta la solución a base de cubos de madera en este dormitorio infantil. Ahora sirve para clasificar coches, trenes o libros según el uso, y más adelante cuando sea un poco más mayor, para guardar sus libros, la consola y todas esas cosas que les gusta exponer a los adolescentes.
#8. No olvides dejar espacio suficiente para lo más importante ¡Jugar!

El fin de todo esto es que ellos disfruten jugando, y tú tengas la tranquilidad de que al terminar todo volverá a la normalidad. Por eso, planea desde el principio cual será el espacio libre dedicado a jugar. Da igual si se sitúa en el centro de la habitación o en un lateral, siempre debe ser un espacio que les resulte cómodo, cálido y próximo a sus juguetes.
- En dormitorios de un tamaño reducido será el propio mobiliario y los complementos (por ejemplo las alfombras), los que sirvan para diferenciar la zona de descanso de la del juego o estudio. Pero en espacios más amplios, como el de la fotografía, podemos utilizar otros sistemas muy eficaces. Por ejemplo las puertas correderas o los paneles móviles (de madera de DM, OSB, etc...). Así cuando el juego acabe, se cierran las puertas ¡Y aquí no ha pasado nada!
¿Qué te parecen estos trucos? ¿Vas a poner alguno en práctica? Esperamos tu aportación en los comentarios.