Lo primero que vemos cuando entramos en una casa es el recibidor. Para muchos, un lugar descuidado y al que no se le suele dar mucha atención, pero lo cierto es que con pocos detalles podemos conseguir un hall de lo más acogedor: materiales naturales, una iluminación bonita, unos muebles sencillos pero cucos o unos pequeños detalles como fotografías o cuadros, pueden convertir ese recibidor sin gracia ni encanto en uno bien acogedor. Hoy te traemos 7 claves para conseguirlo. ¿Quieres descubrirlas?
En este artículo
- 1. Mezcla bien colores y materiales
- 2. Añade plantas o flores, ¡nunca falla!
- 3. Apuesta por el papel pintado
- 4. Enamórate de los detalles hygge
- 5. Incorpora elementos con personalidad
- 6. No te olvides de iluminarlo
- 7. No ocultes la belleza del ladrillo visto
1. Mezcla bien colores y materiales

Una de las claves para tener un recibidor acogedor es sin duda saber combinar con acierto materiales agradables y tejidos suaves con el color adecuado. Un hall decorado al más puro estilo nórdico, puede convertirse en muy acogedor cuando incluimos algún mueble de madera, cestas de mimbre para incluir las revistas o un banco como apoyo principal. ¿No os ha pasado alguna vez que hay recibidores llenos de cosas pero no son agobiantes, sino todo lo contrario? Siempre que cada cosa esté en su sitio, estos recibidores transmiten la sensación de que "son vividos".
2. Añade plantas o flores, ¡nunca falla!

Un recibidor que contiene plantas o flores -de temporada o silvestres- cambiará totalmente tu estancia. Puedes hacerlo con pequeñas macetas y plantas de diferentes tipos o bien apostar por un buen centro que corone el recibidor. En cualquier caso, es recomendable que el hall disponga de luz natural para que las plantas puedan crecer y lucir como deben.
3. Apuesta por el papel pintado

Una de las grandes opciones que tenemos para decorar el recibidor es usar papel pintado. Lo hay de muchos tipos y con muchos motivos (floral, de rayas, geométrico e incluso simulando grandes paisajes). El papel pintado te ayudará a dotar de mayor personalidad al recibidor, incluso lo diferenciará del resto de la casa -si eso es lo que deseas- consiguiendo un efecto muy agradable a la entrada de la casa. Si además, lo complementas con un banco de madera o alguna planta, el efecto será aún mayor.
4. Enamórate de los detalles hygge

Un recibidor sencillo no tiene por qué ser desangelado. Al revés: a veces el minimalismo da una mayor sensación de hogar que un espacio muy recargado. En este hall, un sencillo baúl de madera con una lámpara y coronado por un espejo, hacen de este espacio un lugar superagradable. No hace falta añadir mucho más.
5. Incorpora elementos con personalidad

Una butaca, un perchero de madera maciza o un banco de piel pueden ser los elementos que doten de personalidad a los recibidores pequeños con encanto. Y a veces, no hace falta mucho más. El estilo urbano-nórdico a veces puede parecer frío, sin embargo es práctico y por lo general, da respuesta a las necesidades que se puedan tener. Un lugar para colgar el abrigo, un espacio donde dejar las llaves nada más entrar por la puerta y detalles como cuadros apoyados en un suelo de madera envejecida son detalles que convierten la entrada de la casa en acogedora.
6. No te olvides de iluminarlo

Tan importante es la decoración como los materiales, como lo detalles, pero ¿y la iluminación? No debemos olvidarnos de ella e iluminar nuestro recibidor según sea. Rara vez nuestro recibidor tendrá luz natural, por eso hay que poner especial mimo en hacerlo con luz artificial. Y a veces es tan sencillo que no se nos ocurre: una hilera de bombillas recubriendo la pared puede ser la solución perfecta. ¿Cómo lo ves para tu casa?
7. No ocultes la belleza del ladrillo visto

No nos podemos olvidar de enseñar lo más bello que tenga nuestro piso. Si en nuestro caso, tenemos una pared con ladrillo visto, ¡aprovéchala! No la escondas y muéstrala. Sin duda le dará un toque muy personal al recibidor y además puedes aprovechar ese hueco para colocar una barra y usarlo de armario. Al final, hay que ser prácticos también y aprovechar los espacios al máximo: un recibidor puede ser bonito, acogedor y útil.