6 razones para introducir el mármol en tu baño

Para empezar, estamos ante un material único. El mármol encuentra su origen en la naturaleza. Por tanto, es un material que aportará a nuestro baño nobleza y autenticidad. Si bien es cierto que hay materiales en la actualidad que pueden hacer verdaderas virguerías (con colores y texturas de lo más variadas), pocos se pueden comparar con la exclusividad del mármol.

El proceso de producción es único. Una pieza de mármol no sigue plantillas ni pautas. Es, por tanto, un material genuino, algo que, sin lugar a dudas, suele ser lo que más convence en el caso de querer un baño diferente.

En el proceso de fabricación, al mármol se le aporta más dureza con productos exclusivos para piedra natural. Aun así, podemos decir que ya de por sí es un material resistente. Vale, es cierto que en un baño no vamos a estar expuestos al sol del exterior ni a las inclemencias del tiempo en general. No obstante, siempre viene bien que los materiales que usemos en el interior de casa den una buena respuesta al paso del tiempo, y el mármol lo hace.

Sí, el paso del tiempo no hará mella en el mármol. Con un mantenimiento adecuado, si lo comparamos con otros materiales, nos daremos cuenta de que tendremos baño para tiempo. Es, además, realmente resistente a golpes y arañazos. No es que el baño sea un lugar en el que esos golpes sean frecuentes, pero siempre viene bien.

Si hay algo que nos preocupa en un baño es la higiene. Es un espacio en el que nos aseamos, y el aseo está estrechamente vinculado a ese concepto. El mármol, además de único y resistente, es un material muy higiénico. Es fácil de limpiar. No obstante, hay que tener en cuenta que no responde bien a los productos abrasivos. Escoge siempre un producto de limpieza específico para estas superficies y no tendrás problema alguno.

Versiones como el mármol blanco, crean ambientes completamente asépticos. De esos lugares en los que uno entra y siente, automáticamente, que está libre de gérmenes. Además, la variedad en sus formatos permite que puedas utilizar placas grandes, minimizando las juntas y, por tanto, los recovecos en los que se incrusta la suciedad.

Puede no parecer una razón de peso, pero lo cierto es que lo es. Los formatos en los que se presentan las piezas de mármol son muchos. Así, si quieres revestir una pared, quizá prefieras hacerlo con placas de mármol enteras. Sin juntas. Completamente lisas.

El mármol puede encontrarse en formatos más pequeños, para poder colocarlo en el suelo, por ejemplo. Es cuestión de gustos. Hay gente que prefiere los pavimentos continuos, otros prefieren un formato de baldosas, más pequeño.