Vivir en un piso compartido no es fácil. Pocas veces uno está tan a gusto en su espacio como para sentir que ese cuarto es algo parecido a un hogar. Para que esta percepción cambie y sientas que el piso es "casa", toma nota de los 6 consejos que te vamos a dar. Hay ideas para los espacios comunes donde soléis reuniros y también para los privados, donde disfrutarás mucho más de estar en tu espacio más personal.
En este artículo
- 1. Si no hay paredes, divide con muebles o accesorios decorativos
- 2. Seamos prácticos
- 3. Compartes cocina pero no comida (si no quieres)
- 4. Saca todo el partido a tu cuarto
- 5. Ponlo guapo
- 6. El baño de todos
1. Si no hay paredes, divide con muebles o accesorios decorativos
Disfrutar del salón puede ser una fuente inagotable de conflictos. Para evitarlos es importante distribuirlo de forma que se pueda usar por varias personas a la vez haciendo actividades diferentes. Utiliza muebles sin trasera, paneles correderos, cortinas o estores para crear distintas zonas dentro del mismo espacio. Y todo sin renunciar a la luz natural. Un espacio donde poder comer tranquilo, otro donde ver la TV, un rincón de lectura junto a la ventana.
El color de las paredes, las molduras en los techos, las alfombras y otros accesorios decorativos pueden favorecer la sensación de vivir juntos, pero no revueltos.
2. Seamos prácticos
Apuesta por muebles ligeros y con doble función para los espacios comunes y también para tu cuarto. Mesas, cajoneras, carritos y burros para la ropa, con ruedas; taburetes apilables que se apartan en un momento si molestan; estanterías multifunción... El salón será un espacio compartido donde puede venir muy bien apostar por un sofá que se convierta en cama para las visitas.
Una forma de conseguir mucho espacio para guardar, sin hacer las paredes un queso gruyere, es usar paneles perforados. Se instalan en un momento y permiten almacenar en vertical todo tipo de cosas.
¿Vais a pintar? Lo más habitual es usar el color blanco. Es un color que ayuda a crear armonía y que en caso de descubrir algún desastre, del que nadie se hace responsable, se limpia o se vuelve a pintar sin que se note el parche dejando a salvo la fianza.
3. Compartes cocina pero no comida (si no quieres)
Muchos malos rollos entre compañeros empiezan en la cocina. La limpieza es un tema que provoca asperezas, compartir la nevera y los táperes con ricas sobras que hay dentro, ¡también! Para que los nervios se mantengan templados, lo ideal es que cada uno haga su compra, y tenga un espacio dedicado a almacenar su comida en la despensa.
Podéis utilizar cajones de gran fondo para separarla, carros con ruedas...Poner un frigo pequeño para cada uno en el cuarto no es mala idea, pero dispararía el consumo de energía (y las ganas de comer a deshoras) ¡Es mejor repartir los estantes! Poner una pizarra o tablero imantado recordando el calendario de limpieza y los gastos comunes, puede ser bastante práctico.
Otra sugerencia: si se prolonga la encimera y se añaden unos taburetes se gana un comedor extra (ideal para esos días que no te apetece comer con nadie).
4. Saca todo el partido a tu cuarto
Es básico contar con un espacio cómodo en el que poder desarrollar múltiples funciones. Además de dormir, quizás quieras relajarte viendo series, tener espacio para trabajar cómodamente, almacenar tus libros, los zapatos, la ropa... Para conseguir un todo en 1, que aproveche hasta el último centímetro disponible, puedes diseñar una solución a medida y llegar a un acuerdo con tu casero para que, durante un tiempo, te rebaje el precio. A él le vendrá bien la mejora, y tú estarás infinitamente más cómodo el tiempo que pases en esa casa.
Y si eres el suertudo que le ha tocado un cuarto con balcón, ¡aprovecha! Un palé es perfecto para hacer un sofá fuera, con un cachito de césped artificial, unos cojines en el suelo, alguna guirnalda, plantas... Cosas que salen tiradas de precio y que podrás llevarte contigo cuando te largues.
5. Ponlo guapo
No hace falta gastar un dineral para dejar el piso un poco más mono y agradable. Es muy triste llegar a la que se supone es tu casa (aunque sea poco tiempo) y sentir que se te cae encima.
Podéis personalizar los cuartos y hasta el salón o la cocina con soluciones de quita y pon que no manchan ni estropean la casa. Por ejemplo: vinilos adhesivos, alfombras vinílicas, cuadros que se cuelgan en la pared con soluciones adhesivas, cortinas con barras que no necesitan hacer agujeros, tiras y lámparas LED que van a pilas. Puedes colgar telas de algodón en las paredes o alfombras de fibras o de rafia... Un espejo o varios ayudarán a que cada día salgas de casa más guapo y a que la estancia crezca. Soluciones asequibles que harán que tu cuarto sea único y ¡más tuyo! Tan mono lo vas a dejar que hasta le vas a coger cariño, ¡ya verás!
6. El baño de todos
Es básico contar con un espacio de almacenaje diferenciado. Para hacerlo más práctico se pueden añadir varios lavabos y diferentes espejos. Hay soluciones pequeñas pensadas para baños mini. Así podréis usarlos a la vez, pero de manera independiente (igual que el gym).
Será práctico añadir un armario de limpieza para guardar todo lo referente a esta tarea: trapos, detergente... Así nadie podrá poner la excusa de no limpiar porque no sabe dónde están las cosas. ¿La ducha tiene cortina? Intenta convencer al casero para cambiar a mampara (más cómoda e higiénica).
¿Y los azulejos tipo "Cuéntame"? También se arreglan. Puedes poner vinilos autoadhesivos y lavables encima. Se pegan sin cola y se quitan cuando te apetezca. Sirven también en paredes, suelos, muebles... Son todoterreno y además, bastante baratos.
Y para terminar, no te olvides de las plantas: espatifilo, potos, aloe vera... Purifican el aire y dan mucha vida en un cuarto de baño con luz natural (eso sí, hay que añadir la tarea del riego a la pizarra).
¿Tú también compartes piso? ¿Qué es lo que más te ha ayudado a sentir que estabas en casa? Anímate a sumar tu comentario.
hace 1 año
Ayudar a decorar barato y que no pasen tanto frío los qué más queremos