En este artículo
- Piensa en lo que necesitas y lo que no
- Planifica tu espacio
- Las piezas grandes al fondo
- Gana espacio con una puerta corredera
Piensa en lo que necesitas y lo que no
Cuando hacemos una reforma integral del baño todo va fuera. Es momento de pensar qué necesitamos, qué usamos y qué no usamos. Por ejemplo, ¿necesitamos una bañera? ¿no sería más práctico colocar una ducha? Porque lo cierto es que los platos de ducha hacen el espacio no sólo más grande, también más funcional. ¿Gastamos el bidet? Quizá sería más apropiado quitarlo o incluso instilar uno de esos grifos auxiliares que van colocados justo al lado del inodoro y que no ocupan casi espacio.
¿Necesitamos más almacenaje? Pues entonces tenemos que prescindir de otras cosas. Con todo lo anterior ganaremos algunos centímetros de más. Además, siempre podemos incluir baldas y muebles de profundidad reducida en la parte superior de la pared para poder colocar nuestros enseres y que no se vean. Lo dicho, piensa en tus necesidades para poder crear el mejor baño posible.
Planifica tu espacio
Una vez tengas claro qué quieres y qué no necesitas es hora de planificar bien la distribución de un baño. Partamos de la base de que no somos diseñadores, seguramente un reformista podrá asesorarnos mejor en este punto. No obstante, podemos ver por nosotros mismos cómo es el tamaño de nuestro baño y qué tipo de distribución podría irnos mejor. También las proporciones; y es que esto es realmente esencial. Sabemos que hay muebles, lavabos, inodoros e incluso platos de ducha realmente pequeños que se adaptan a cualquier espacio, pero piensa que de nada servirá que cuentes con un área diáfana si no puedes entrar en la ducha cómodamente o si tenemos que lavarnos las manos en un lavabo diminuto que, además, hace que salpique todo constantemente. Tu baño no necesita mucho espacio para moverte, simplemente necesita ser práctico.
Para ser práctico el tamaño de los elementos es importante, pero también lo es la distribución. Una excelente opción es alinear todas las piezas (inodoro, lavabo, ducha…). Esta distribución ordena el espacio permitiendo que se perciba más grande y dejando un área central en la que podamos movernos con soltura para acceder a cada elemento.
Las piezas grandes al fondo
Bañera o ducha, no importa (aunque ya te hemos comentado que las duchas son mucho más apropiadas para los baños pequeños), pero lo que sí importa es la colocación de estos elementos que suelen ser los más pesados visualmente. Nuestra recomendación es que los coloquéis, en la medida de lo posible, al fondo. Es la mejor forma de conseguir un baño con una sensación de amplitud mayor.
Si colocamos estos elementos en la entrada, quizá obtengamos un espacio un poco caótico y sin sentido. Pensad, por ejemplo, cuando se colocan los armarios empotrados en la entrada de las habitaciones. Se puede llegar a crear un pasillo inútil que reduce significativamente le tamaño de la estancia. Ahora bien, como sabemos, cada baño es un mundo. Cada espacio tiene unas características, por lo que esto no son normas que tengan que aplicarse a todos. De ahí la importancia de contar con un profesional que tenga una visión espacial mejor que la nuestra.
Gana espacio con una puerta corredera
Las puertas correderas te harán ganar en torno a 1,5 m² en tu baño. Sí, como lees. ¿Encarece la reforma? Lo cierto es que sí, pero no podemos negar que además de ganar espacio en una zona en la que normalmente solemos tener poca, funcionalmente son muchísimo mejores. Además, nos encanta su estética.
Entre sus ventajas encontramos la optimización del espacio, pero también la fusión de estancias y ambientes como en el caso de los dormitorios con baño. Además, podemos optar por puertas correderas de cristal, que permiten el paso de la luz cuando los baños son interiores.