Sabemos que son muchos los que aún no le han cogido el punto a Ikea. Es curioso, pero siempre te encuentras a alguien andando en sentido contrario y preguntando a todo el mundo "¿dónde está la salida?". Muchas parejitas discuten, otros se enredan con los nombres que le ponen a las cosas y la gran mayoría carga bultos y bultos en el coche sin rechistar (a pesar de ser sábado por la tarde y tener previstas varias horas de duro montaje en casa junto a la famosa llave Allen). Pero eso se acabó, porque hoy te vamos a dejar las claves para que tu próxima vista a la famosa tienda no sea un suplicio. Apunta los trucos que siguen los más "PRO" de las compras suecas, y no sólo sobrevivirás, sino que disfrutarás pasando la tarde en Ikea.
En este artículo
- #1. El día y la hora ¡cuentan!
- #2. Salte de la ruta que te marca el gigante
- #3. ¿Buscas inspiración o vas a por algo en concreto?
- #4. Repite conmigo, esto es sólo una exposición (no es la vida real)
- #5. Controla tus falsas necesidades
- #6. El tamaño sí importa
- #7. Antes de pasar por caja ¡Repasa!
- #8. ¿Te lo van a llevar a casa?
- #9. Ahora come tranquilo
- #10. Una vez en casa, haz del manual tu Biblia
#1. El día y la hora ¡cuentan!

Sabemos que estas deseando salir del “curro” y plantarte en Ikea el viernes a las 6 de la tarde. Pero de verdad que no es buena idea (a no ser que quieras realizar una auténtica y lenta procesión por su exposición y línea de cajas). No merece la pena visitarlo así. Mejor busca la forma de ir cualquier otro día que no sea fin de semana y, a ser posible, a medio día. Con la Ikea Family (su tarjeta de cliente) nos regalan el café, así que nada más entrar toma tu dosis para estar despejado... y todo marchará bien.
#2. Salte de la ruta que te marca el gigante

Ikea quiere que entres a su exposición por el camino que te ha preparado. Tendrás un montón de ambientes listos para coger ideas, pero también cosas pequeñas que van sumando euros a tu lista de la compra. Así que cuando acabes con tu café, bájate directo a la línea de cajas, ahí, en un rincón solo apreciable para los verdaderos expertos en Ike,a está la zona de oportunidades y de verdad que en este caso son más que jugosas. Total, al final qué más da que la librería sea del año pasado si está al 50% y queda perfecta en tu salón nuevo. Haznos caso, y pasa por allí antes de nada. Si no te cuadra, siempre puedes volver a subir a la exposición.
#3. ¿Buscas inspiración o vas a por algo en concreto?

Si ya tienes fichado lo que quieres, no pierdas tiempo: apúntate el pasillo y sección donde está y vas directamente a recogerlo al autoservicio. Vas a ahorrar tiempo y, seguro, dinero (es imposible salir de Ikea sin un paquete de pilas). Si no lo tienes nada claro y necesitas ver para convencerte, no pasa nada, pero no se te ocurra hacer el recorrido entero siguiendo la línea del suelo. Acabarás andando en círculo por una misma sala y no te dejarás ni un recoveco plagado de ofertas atractivas sin pisar. Levanta la cabeza y mira los carteles. ¡Hay atajos para pasar de una sección a otra sin tragarte todo su catálogo! La bolsa azul es preciosa (algún diseñador de moda se ha inspirado en ella), pero si no la coges, mucho mejor. Así vas sintiendo el peso de lo que llevas en las manos antes de bajar a cajas.
#4. Repite conmigo, esto es sólo una exposición (no es la vida real)

En cuanto entres a la exposición, te van a mostrar varios simulacros de casas completas de un tamaño más que mini. ¡Y se ven tan perfectas! Pero la vida real no es así, porque nuestra ropa no es toda blanca ni toda igual, ni nos vamos a pasar las horas colocando perfectamente las tazas en la cocina. Las partes nobles de nuestras sartenes sólo estuvieron impolutamente limpias el día que las estrenamos... ¿quién tiene sólo libros de portada blanca? Inspírate, pero no te obsesiones con la perfección de lo que ves.
#5. Controla tus falsas necesidades

Ahora que ya te has llenado los ojos de casas preciosas con soluciones que hasta hoy no te habías imaginado que existían, y que has descubierto que hasta te gusta esa melodía que te recuerda continuamente que estás en Ikea… es momento de bajar a la exposición. Ikea te ofrece un carro en lugar de la bolsa azul porque la verdadera tentación viene ahora… vasos de mil colores a precio de risa, marcos de fotos que nunca vienen mal o plantitas de plástico que jamás mueren. ¡Todo está genial Pero, otra vez, ¡elige con la cabeza! Recuerda que los motivos estampados pasan de moda en seguida, y que si no quieres que tu casa parezca un catálogo, es mejor mezclar nuevo y viejo. ¡Nadie puede estrenar todos los días ropa nueva por barata que sea! ¿Verdad? Pues tu casa, igual.
#6. El tamaño sí importa

En Ikea todo se ve espacioso, práctico, de un tamaño bien... pero en tu casa, las cosas no son igual. No cargues una estantería para el baño si no estás seguro de que te va a caber primero en el coche y luego en tu casa. Es frecuente encontrar a parejitas en el parking discutiendo a grito pelado por el tamaño del bulto o el maletero. Prepara tu visita y toma medidas (del hueco y de tu coche). En su web tienes toda la información que necesitas, y otra devolución segura que te evitas...
#7. Antes de pasar por caja ¡Repasa!

Dedica un par de minutos a volver a repasar todo lo que has cogido. Es posible que te sobren o falten cosas. Sobrar, depende de tu capacidad de concentración durante el recorrido. Y faltar, porque muchos productos de Ikea necesitan de otros productos también de Ikea. Por ejemplo, sus camas (que solo se visten con sábanas del mismo sitio por su especial tamaño), o sus muebles con patas o ruedas que igual encuentras en otro sitio, pero con mucha más dificultad. El truco de experto es leer las etiquetas que cuelgan de todos sus productos (por detrás viene todo bien clarito). Ah, y las cajas para meter tazas o vasos son gratis, si no las has cogido vuelve o no sobrevivirán al trayecto hasta tu casa.
#8. ¿Te lo van a llevar a casa?

Si tienes claro que no vas a cargar toda esa barbaridad en el coche y que no quieres pasar sudores fríos subiéndolo a tu tercero sin ascensor, ¡perfecto! Ikea tiene un servicio bastante eficiente de entrega en casa. Pero ojo, este servicio se contrata al salir de las cajas. Tendrás que arrastrar todo lo que lleves hasta allí y guardar una cola generalmente peor que la anterior. El truco, si vais dos, es que uno de los dos se adelante y vaya cogiendo número en envío a domicilio. Aún os dará tiempo a pegar un repaso a los bultos por si algún mueble venía en varias cajas (si pone 1 en una etiqueta, es que hay paquete 2 o hasta 3. Mucho ojo o tendrás que volver a entrar).
#9. Ahora come tranquilo

Como has hecho tu compra perfecta en la hora que todos comen, ahora puedes pararte si quieres en la cafetería a comer bollería calentita o las famosas albóndigas suecas. Tienes la posición perfecta para observar a otros clientes de Ikea agobiados y pensar para dentro "¡qué bien planifiqué mi compra en Ikea!"
#10. Una vez en casa, haz del manual tu Biblia

Lo has hecho todo fenomenal. Te has traído a casa lo que de verdad te gustaba y necesitabas y ahora es momento de ver lo bien que va a quedar en tu morada. Pero… mucho cuidado con las prisas a la hora de montar. Abre las cajas de una en una y ve montando tal cual lo pone. No vale la intuición, ni que sobren más tornillos que los que Ikea te pone. Antes de empezar comprueba que en las bolsitas viene todo lo necesario y, entonces sí, ve ensamblando paso a paso. Cuando pintan una lupa es por algo. ¡Ojo avizor!
Si a pesar de todo no quedas satisfecho y piensas en devolver, no pasa nada, tienes 365 días para hacerlo. ¡En Ikea puedes cambiar de opinión!
hace 6 años
Un artículo muy simpático, ¡y real!, lo cual es lo dificultoso de hacer. ;) Felicidades.
hace 6 años
Ideas muy prácticas la verdad. Yo las llevo usando años, conociendo como funciona Ikea, es lo mejor y por supuesto, las compras a mediodía o el día de Navidad, es el mejor.
Por cierto, esto que está escrito en el articulo no es fé de errata "Abre las cajas de una en una y ves montando..." Es: "Ve montando..."
Deberían repasar la ortografía antes de publicar algo que lee todo el mundo.
Saludos,
hace 6 años
Genial este artículo!! Aunque yo suelo utilizar bastante la cabeza, siempre me he encontrado con algún " error de cálculo " cuando he aterrizado en casa.A tener en cuenta todo lo que se dice aquí
hace 6 años
Por favor, Yo les rogaría que pasen un momento a ver la exposición de Dicoro. Es agradable, ordenada, y distribuida por espacios.
Lo de ir a un Ikea es para pensarselo dos veces. Familiares míos se niegan a visitarles porque se agobian en sus centros que parecen el lugar de una casa con el Sindrome de Diógenes.
Pueden pensar que Yo no les compro, pero les diré que he montado mi cocina con sus muebles, y he comprado varios muebles, algunos de baño, otros de cocina, salon, etc. Además tengo su Tarjeta de compras.
Si voy a Ikea, no es porque me encante su distribución. En mis visitas a sus centros, paso como con una venda en los ojos, saltando los obstáculos, hasta llegar a la sección que me interesa.
¿Tan difícil es distribuir las cocinas, o los baños, o los salones, unos al lado de otros, en lugar de poner las estancias al estilo cinco de oros?
Gracias por llegar al final de mi comentario. Un afectuoso saludo.
hace 6 años
No tengo una buena experiencia con Dicoro Montigala ( ignoro si otras tiendas funcionan igual). Encargué un sofá que se adaptaba a mis necesidades y presupuesto, y que tenían en el oulet de la tienda, y me dieron de plazo más de una semana para entregarmelo- pagando por ello casi el 10% de su precio-. Pero lo más sorprendente es que me exigían haber pagado la totalidad de su precio dos días antes de la fecha de entrega. Les dije que no me parecía justo y que nunca me había encontrado con una exigencia semejante, y aun así entregué una paga y señal. Dos días antes de la fecha fe entrega convenida, me llaman para decirme que se aplaza una semana más. Aquello ya me pareció intolerable y dudaba entre renunciar a la compra o buscar el medio de llevármelo yo misma.Opté por esto último y fui a recogerlo a la tienda- donde había varias personas reclamando por la tardanza en llevarles sus encargos- , me lo embalaron ellos mismos,y lo llevé a mi casa. Fue allí donde, al leer el albarán que había firmado reconociendo la entrega, me di cuenta de que, en letra muy pequeña, se advertía que, si te llevabas el artículo tú mismo, perdías toda garantía. O sea que, si al llegar a mi casa y de mbalar el sofá me doy cuenta de que presenta algún problema,no tengo ningún derecho a reclamar.
Ignoro si esta practica de venta sigue en vigor, pero, por si acaso, no he vuelto a poner ni pondré un pié en una tienda Dicoro
hace 6 años
Puesn yo tengo colchón de 160cm de Ikea y encuentro sábanas en tiendas como Tra+ y una señora muy maja (del mercadillo de mi pueblo de playa) que me las vende.
Por lo demás, me quedo super contenta porque acabo de descubrir que mis visitas a Ikea las hago tal cual dice el artículo.
Y atención, que esta misma mañana he ido (a la hora de comer, claro).
También me gusta saber que no soy la única que a veces tengo que escuchar : "no hemos venido a esto" porque se lo he oído decir a varios santos-maridos hoy mismo :)
hace 3 años
Ja, ja ja. Nosotros lo llamamos estar de humor de IKEA.
hace 3 años
Muy importante llevar bien medidos los espacios. Puedes encontrarte con problemas, si aquello que tanto te gustó, no encaja en el lugar donde quieres colocarlo.
hace 3 años
Muy bien explicado. Gracias por los consejos
hace 3 años
No voy a Ikea por lo incómodos que son los centros, y la falta de respeto que tienen por los clientes, haciéndote dar vueltas y vueltas.