El uso diario, los productos de limpieza demasiado abrasivos o el agua que sale por las tuberías que muchas veces tiene cal son las principales razones por las que, poco a poco, la grifería de nuestro hogar va acumulando óxido. Si quieres saber cómo quitar el óxido del hierro, sigue leyendo, porque es más sencillo de lo que parece: solo hay que seguir algunos trucos infalibles para devolverle el brillo perdido a la grifería del hogar.
En este artículo
- Sal y limón: la receta más natural e infalible
- Ahora añade vinagre caliente...
- Las propiedades "mágicas" del vinagre blanco
- Vinagre y bicarbonato: la mezcla potente
- Pon especial atención en la alcachofa de la ducha
- Secar bien los grifos previene de manchas
Sal y limón: la receta más natural e infalible
Un truco sencillo, económico y natural que parece que arrastra todo el óxido acumulado en la grifería del hogar. Coge un limón y pártelo por la mitad y extiende bien el jugo por toda la zona oxidada, incluso puedes frotar con el limón directamente sobre la superficie. A continuación, añade sal común por toda la superficie y deja reposar unos 4 o 5 minutos. No hace falta más. Después, coge un estropajo (cuidado que no raye) y frota bien por toda la grifería, verás cómo el óxido va saltando y el grifo vuelve a recuperar su esplendor. ¡Impresionante!
Ahora añade vinagre caliente...
A la mezcla anterior, añade vinagre caliente para el óxido más resistente. El paso es el mismo, solo que hay que incluir el vinagre para conseguir despegar los restos más adheridos a la grifería. Cubre bien el grifo o la zona oxidada y deja actuar unos 10 minutos. Después frota la superficie hasta conseguir los resultados deseados.
Las propiedades "mágicas" del vinagre blanco
Otro ingrediente natural que funciona muy bien es el vinagre blanco. En este caso hay que rociar la grifería oxidada con una buena cantidad de vinagre blanco y dejarla en reposo unos minutos. A continuación, con una bayeta hay que ir poco a poco frotando la zona mojada de vinagre y veremos cómo "mágicamente" el óxido va desapareciendo. Después, seca bien toda la superficie tras el aclarado.
Vinagre y bicarbonato: la mezcla potente
Si nuestros grifos están especialmente sucios y con óxido, puedes hacer una mezcla casera muy potente: mezcla vinagre blanco con bicarbonato de sodio y agua y conseguirás una especie de pasta con la que podrás cubrir el grifo o la zona oxidada. Deja actuar unos 10 minutos y después limpia y retira dicha pasta. Verás cómo los grifos vuelven a ser los de antes.
Pon especial atención en la alcachofa de la ducha
Una de las partes más olvidadas y donde antes se acumula el moho y el óxido es en la alcachofa de la ducha. Lo mejor es prevenir y para ello, lo ideal sería limpiarla con regularidad. Es verdad que el acceso a la alcachofa superior no es fácil, pero conviene limpiarla una vez a la semana para evitar que se acumule moho u óxido.
Secar bien los grifos previene de manchas
El día a día nos impide pararnos y secar los grifos, dejándolos muchas veces con pequeñas gotas que con el tiempo se pueden convertir en moho y óxido. Por eso, después de recoger la cocina o darnos una ducha, es recomendable secar los grifos para retirar los restos de agua y así, evitar que salgan manchas y por tanto, el grifo vaya perdiendo brillo. Esas gotas también caen al suelo, con lo que es importante cómo quitar manchas de óxido del suelo. ¡Haz la prueba y comprobarás la diferencia!