Nos llegaron un conjunto de sillas torneadas en madera de haya, estaban en muy mal estado, desencoladas, con las juntas llenas de clavos, varias tapicerias una encima de la otra y el guarnecido desecho.
Tuvimos que desmontarlas por completo sacando todos los clavos, limpiar todas las juntas de cola vieja, retirar las arpilleras y muelles en mal estado. Una vez saneadas las volvimos a montar encolandolas y tapando con cera todas las marcas de los viejos clavos y tapizarlas por completo. Gracias a la buena madera de haya con la que estaban construidas recibieron muy bien la restauración.
El resultado fué una sillería solida y comoda para muchos años.
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