La eficiencia energética y la seguridad de las calderas dependen, en buena medida, del mantenimiento que se realice. Y en ese mantenimiento se incluye la revisión obligatoria. Te explicamos en qué consiste y cada cuánto tiempo se debe pasar.
En este artículo
- ¿En qué consiste la revisión obligatoria de la caldera?
- ¡Cuidado! Revisión e inspección no son lo mismo
- ¿Qué pasa si no realizo la revisión de mi caldera?
La revisión de la caldera está regulada por el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE). El objetivo es garantizar el correcto funcionamiento de los equipos. Y no puede encargarse de ella cualquier persona. Solo pueden hacerla empresas y técnicos autorizados.
A partir de ahí, el RITE establece una periodicidad según el tipo de aparato:
- Calderas murales a gas de potencia nominal igual o inferior a 70 kW: cada dos años si son de uso doméstico y cada año para el resto de usos (locales comerciales, industrias, etc.).
- Calderas de gasóleo y otras instalaciones de calefacción de potencia nominal igual o inferior a 70 kW: cada año.
- Calderas de potencia superior a 70 kW deben pasar revisiones mensuales.
¿En qué consiste la revisión obligatoria de la caldera?
Una revisión obligatoria de caldera exige la comprobación de diferentes puntos del equipo, más allá de los niveles de emisión de gases del aparato. Además de este aspecto, el técnico comprobará otros muchos, entre ellos los siguientes:
- El rendimiento del aparato.
- La correcta estanqueidad para verificar que no hay fugas.
- La presión de la caldera y la temperatura de la calefacción.
- La combustión para asegurarse de que es la adecuada.
- La ventilación y la evacuación de gases.
- El estado de las partes de la caldera de gas.
Si todo está correcto, el técnico emite un certificado favorable. Si detecta algún problema de funcionamiento, lo que entrega es un informe con las anomalías detectadas para que el propietario pueda solicitar su reparación a un profesional.
Y un aspecto muy importante: es el propietario quien debe solicitar la revisión cuando corresponda hacerlo. Puede hacerlo a una empresa instaladora, un profesional autorizado o a la propia compañía suministradora. Si tienes un contrato de mantenimiento, no debes preocuparte, serán ellos quienes te avisen.
¡Cuidado! Revisión e inspección no son lo mismo
Es importante diferenciar lo que es la revisión de la caldera de gas de lo que es la inspección obligatoria. ¿En qué se diferencian?
- La inspección se centra en la instalación de gas, desde el contador a la caldera.
- Se debe realizar cada 5 años.
- Es la distribuidora quien debe avisar al usuario de que se debe pasar la inspección. El plazo son tres meses.
- El coste se incluye en la factura del gas, nunca se paga de ningún otro modo. Este aspecto es vital para evitar estafas.
El usuario también puede decidir quién se encarga de realizar la inspección. Si no hay notificación previa, será la distribuidora quien la realice.
¿Qué pasa si no realizo la revisión de mi caldera?
La normativa es muy estricta en este sentido y contempla multas para quienes no realicen las correspondientes revisiones o inspecciones. En algunos casos incluso se puede incluso cortar el suministro.
Pero, más allá de las sanciones, la revisión de la caldera es aconsejable por otros motivos. En primer lugar, por tu seguridad y la de los tuyos. Una mala combustión o una deficiente ventilación implican riesgos para las personas y para la instalación.
En segundo lugar, un buen mantenimiento asegura una mayor eficiencia energética, con el consiguiente ahorro en la factura. Y, además de ello, prolongarás la vida útil del aparato.
Por lo tanto, conviene no olvidar esa revisión de la caldera marcada por la normativa. Y, en el caso de equipos en los que es obligatoria cada dos años, lo ideal es no dejar pasar tanto tiempo y realizarla de forma anual.