Un piso de planta baja de unos 60m2 que se iba a poner a la venta.
El baño y la cocina se han reformado íntegramente, estas dos estancias son las más importantes en una vivienda y son la clave para vender o no, así que había que trabajar muy bien en ellas.
Pintamos las ventanas y cambiamos las puertas en blanco. Como había que quitar la tarima porque estaba muy deteriorada decidimos poner un nuevo suelo gris claro efecto cemento. Teníamos que aportar luminosidad, frescura y limpieza ya que esto es importantísimo para la primera impresión de los compradores.
El resto de habitaciones se han quedado igual, sólo ha hecho falta una buena mano de pintura a todo, unos muebles y decoración para crear un ambiente agradable para que nada más pasar la puerta tengas ganas de quedarte a vivir en ella.
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