65 m² que aprovechan cada espacio

El piso contaba de partida con tres habitaciones, un comedor, una cocina y un baño de reducidas dimensiones y varios de las habitaciones no tenían ventana. Para plantear la nueva distribución se decidió abrir las estancias lo máximo posible derribando tabiques y abriendo huecos en las paredes para conectar los espacios y dotarlos de luz natural.

En el salón - comedor vemos todos las claves del resto de la vivienda: estilo nórdico con ambiente mediterráneo. Se han mantenido el suelo y las vigas de madera. También las baldosas hidráulicas del suelo, que delimitan de una manera especial el comedor y una pared de ladrillo visto que contrasta con el resto pintadas de blanco. 

La interiorista no teme las mezclas  y ha priorizado una decoración de base neutra, como

un sofá de Ikea con piezas de diseño como las sillas de los Eames combinadas con una mesa nido de diseño propio. Una alfombra de Nani Marquina, unos maceteros de BAS y unos bonitos cuadros colocados apoyados en unas estanterías sobre el sofá completan el conjunto.

La zona de comedor del salón no solo destaca por el bonito suelo con las baldosa recuperadas, sino también por otros detalles como la mesa o, sobre todo,  la estantería. Sillas de diferentes tipos y colores rodean la gran mesa de madera. La estantería blanca ocupa de arriba a abajo y todo el ancho de la pared y ha sido diseñada a medida. 

En el lado del comedor, una ventana interior comunica con la cocina y permite que la luz del exterior entre hasta ella, además de facilitar el paso de la comida al comedor. La cocina destaca por su decoración retro, donde destacan el frigorífico Smeg, el teléfono antiguo y las lámparas de estética industrial.

El frente de la cocina destaca por un frontal de microcemento que combina con el resto de elementos que se resume en el uso de blancos (paredes y armarios empotrados) y madera (las vigas originales, algunos elementos de mobiliario y la encimera). Una pared llena de plantas da personalidad al conjunto. 

La parte de noche, que de hecho es a la que se accede al entrar a la vivienda, es más pequeña pero se ha conseguido aprovechar al máximo. El estudio es la estancia principal y el dormitorio se encuentra en un cubo de madera que se puede cerrar con una puerta corredera.

Dentro del cubo-habitación encontramos solo una cama tipo futón, unos apliques blancos, y debajo, unos cajones para tenerlo todo ordenado. Todos los huecos de almacenamiento están muy pensados para aprovechar al máximo y que a pesar de ser una casa pequeña se pueda guardar todo cómodamente.

El maravilloso puzzle de la zona de noche se completa con un altillo que es el dormitorio secundario para las visitas. Se accede a través de una escalera de madera recuperada y podemos ver también un trozo de pared vista. Un bonito rincón que demuestra que es importante aprovechar también la altura.

Al igual que el frente de la cocina, el baño está revestido de microcemento. Funcional y elegante a la vez. Y, por supuesto, los elementos de madera siguen siendo los protagonistas de un espacio en el que no se ha dejado nada al azar.  La pared-mobiliario es de pladur y madera y se esconden las instalaciones sanitarias, apostando por un inodoro suspendido.