¿Qué ventana se ajusta más a tus necesidades?

Las ventanas de aluminio destacan por ser resistentes y por contar con una amplia variedad de modelos. El aluminio es un material que permitirá una mayor diversidad de tamaños y formas, muchos diseños diferentes que se ajustarán a tu espacio y a la estética decorativa de tu casa.

Principales ventajas:

• Cuentan con un bajo mantenimiento. No atraen suciedad gracias al lacado, asimismo, el rozamiento de los herrajes es bastante suave, por lo que las averías por un mal uso son pocas.
• Es un material muy ligero, por lo que el funcionamiento de bisagras en ventanales de grandes dimensiones funciona mucho

  mejor que el de otros materiales más pesados como el PVC.

• El aluminio es un material ecológico que respeta el medio ambiente. Esto es debido a que para crear ventanas de aluminio se necesita un bajo coste energético, además, se trata de un material completamente reciclable.
• La pintura aguanta más que en otros materiales gracias al proceso de anodizado. No se deterioran ni se deforman con tanta facilidad como otras.
• Se adaptan a cualquier espesor de vidrio, siendo por tanto mayor el aislamiento térmico y acústico de este material.
• Permiten cualquier tipo de acabado lacado, además, es posible conseguir cualquier color de la carta RAL e incluso modelos que imitan a la madera.

Principales desventajas:

• Quizá la más importante sea la pérdida de temperatura. El aluminio cuenta con una naturaleza

  conductora, tanto eléctrica como térmica. Para mejorar el aislamiento es necesario lo que se conoce como Rotura de Puente Térmico, o lo que es lo mismo, la separación de la cara externa del perfil de la cara interna añadiendo una

  banda plástica que evita la pérdida del calor o ganancia de frío.

• Este material produce condensación. Al ser buen conductor, durante las bajas temperaturas sus perfiles pueden enfriarse mucho, algo que con el calor del interior se traduce en condensación de la humedad del aire.

Las ventanas de PVC están hechas con un material de grandes ventajas. Destacamos, ante todo, el poder aislante del mismo. No obstante, cuenta con otras cosas a tener en cuenta.

Principales ventajas:

• El PVC destaca por ser un buen aislante térmico, algo que se traduce en un mayor ahorro energético.
• También se trata de un material excelente para amortiguar el sonido, siendo así una excelente barrera para los problemas acústicos en grandes urbes.
• Es resistente a la condensación.
• Las ventanas de PVC no se pudren, no se astillan y no se desconchan. Es más, aunque nos encontráramos con problemas de golpes superficiales, serían fáciles de disimular. Esto es debido a que todo el color está en la masa del perfil.

Principales desventajas:

• Cuenta con más limitaciones en modelos y colores, para

  empezar, los acabados son únicamente en mate.

• El grosor de los perfiles es mayor que en otros materiales como el aluminio.
• Es un material un poco más pesado que el aluminio.

Sin duda, es el material más ecológico de todos. Además, no podemos negar que la elegancia y calidez de la madera es un plus decorativo cualquier vivienda.

Principales ventajas

• Es un material natural que además ha sido mejorado considerablemente en lo que a fabricación de ventanas se refiere. Así, actualmente hay modelos que han logrado eliminar la posibilidad de penetración de humedad bajo la capa de lacado.
• Un gran aislante natural, tanto acústico como térmico.
• Las ventanas de madera de calidad, cuentan con un mantenimiento fácil y sencillo. Las que no cuentan con tratamientos específicos, pueden ser mucho más sensibles al clima.
• Estéticamente son las más bonitas y elegantes.

Principales desventajas:

• Suelen tener un precio más alto.
• Es un material inflamable.
• Necesitan mayor mantenimiento que el resto de materiales, algo que también encarece el día a día de estas ventanas. Su deterioro, aunque esté correctamente tratada, es mayor que en el PVC o el aluminio.
• Pueden llegar a deformarse por el tiempo, dilataciones o curvaturas.

Se tratan de las ventanas de apertura más común. Aquellas que cuentan con una o varias hojas que se abren completamente de un lado a otro. Es cómoda y, además, cuenta con un mecanismo sencillo que no requiere gran mantenimiento. Su limpieza, además, es sencilla. Son ventanas que ofrecen facilidad a la hora de airear las estancias, pues pueden abrirse por completo sin problemas. No obstante, hay que tener en cuenta que  ocupan mucho cuando están abiertas.

Las ventanas batientes son aquellas que se abren inclinándolas ligeramente hacia el interior. La apertura total de estas ventanas no es posible, por lo que airean muchísimo menos y no permiten que nos asomemos. Su limitada apertura hace que sean usadas en sitios concretos como baños, garajes u oficinas.

Se trata de ventanas de apertura combinada. Es posible abrirlas de forma lateral, como las ventanas abatibles, pero también permiten la apertura inclinada de las ventanas batientes. Así cuenta con lo mejor de cada modelo. Si contamos con niños pequeños, existe la posibilidad de incorporar un sistema de bloqueo, por lo que puede ser una ventana excelente para habitaciones infantiles.

Otra de las más comunes. Estas ventanas se dividen en dos hojas que se desplazan de forma horizontal la una sobre la otra. Ocupan el mismo espacio abiertas que cerradas, por lo que pueden ser una buena opción en estancias pequeñas. No obstante, su limpieza se complica con respecto a las abatibles, pues para hacerlo a fondo deberemos quitar una de las hojas y limpiarla apoyada en la pared o suelo.

En el caso de que contemos con zonas de buhardilla, la mejor opción son las ventanas pivotantes. Estas ventanas pueden abrirse con giro vertical o giro horizontal, siendo las más indicadas para este tipo de techos. No obstante, su mecanismo e instalación son complejas, por lo que siempre conviene contratar a un especialista para su colocación.