Detalles para un salón de estilo veraniego

Textiles muy fresquitos, colores que bajan la temperatura, fibras naturales y muchas ideas prácticas que podrás copiar en casa para disfrutar aún más del verano esta temporada. Toma buena nota de algunos detalles que no pueden faltar en un salón muy veraniego. Hay ideas para todos los gustos, tamaños y bolsillos.
- Fresco y modulable
- Bajo el cielo azul
- Más lino y algodón
- La frescura de la piedra
- Con vistas al patio
- Todo al blanco, ¡una apuesta segura!
- Tapicerías claras y fibras naturales
Fresco y modulable

Un salón de planta abierta, conectado con la cocina gracias a la ausencia de muros, que se adapta a lo que necesitas en cada momento. ¿A qué esperas para tirar la pared del salón? Fijándonos en el tema de la decoración, los sofás modulables tienen la gran ventaja de poderse mover cuándo y cómo te haga falta: enfrentados, en forma de L, o todos juntos para montar una gran cama de invitados. Su tapicería en colores luminosos es el detalle perfecto para conseguir un ambiente muy juvenil y desenfadado. Y hablando de temperatura, fíjate en el techo. Un ventilador es la solución perfecta para los que no queremos sufrir por la factura. No resecan el aire, ni provocan resfriados. Además se pueden tener encendidos de día y de noche. Si aún no lo tienes, pon uno en casa y verás cómo no será el único que instales. Hay modelos con y sin luz, que se pueden usar también en invierno (las aspas giran al revés) para ayudar a mantener la temperatura.
Bajo el cielo azul

Atrevido, fresco y moderno. Este salón tiene todo lo que se puede esperar en un apartamento de playa. Su decoración es sencilla y muy práctica. Perfecta para una casa que se disfruta cuando estamos de vacaciones. Lo que la hace más auténtica y pone la nota de atrevimiento, ya sabes lo que es: ese techo pintado de un intenso azul y que recuerda al color del mar. Recuerda que los techos pintados en colores oscuros bajan visualmente su altura, y los claros los hacen parecer más altos. Cuidado con usar tonos oscuros en espacios pequeños, con poca luz natural o con techos excesivamente bajos.
Más lino y algodón

Si no te vas de vacaciones, lo que más deseas es que tu casa en verano esté fresquita. Es tiempo de retirar todos los tejidos que dan calor y recibir otros mucho más agradables para la época estival. Tejidos naturales 100% de lino o algodón, o bien mezclados con poliéster (para abaratar un poco el precio) son ideales. Aprovecha para limpiar las fundas de los sofás (si es desenfundable), o plantearte poner unas nuevas, o tapizarlo de nuevo si está deteriorado. Se puede tapizar de todo: sillas, butacas, cojines y hasta cabeceros. Escoge un sistema que se pueda desenfundar, que se lave preferiblemente en la lavadora, y con cremalleras, para hacerte más fácil la tarea de limpiar las fundas al menos 2 veces al año.
La frescura de la piedra

Las paredes de piedra de este salón abierto a la cocina son las protagonistas. Un elemento estructural que se convierte en un detalle decorativo, que suma mucha personalidad y estilo. Si cuentas con ellas en casa, pero no te acaban de convencer porque están deterioradas consulta a un especialista. Hay soluciones para repararlas y adaptarlas al resto de muros de la estancia. Para que la pared acapare toda la atención elige una tapicería suave para el sofá (en este caso en un suave color verde agua) y muebles sencillos de madera. Con solo cambiar la alfombra de algodón por una de fibras naturales tendríamos un salón ideal para disfrutarlo las 4 estaciones del año.
Con vistas al patio

Sentarse en el sofá y poder disfrutar de las vistas de una terraza o jardín con plantas y flores es fantástico. En este salón se integra el exterior en el interior eligiendo cojines en tonos azul, tierra y ocre sobre un sofá en tonos beige. Y para las ventanas, unos simples estores de lino muy fresquitos que dejan pasar la luz y suman intimidad si hace falta. Copia la idea si tienes la gran suerte de poder salir desde el salón a la terraza. Plantéate cambiar las ventanas por un modelo más grande y sin perfiles, que además sea mucho más eficiente. Así ahorrarás también calefacción y aire acondicionado.
Todo al blanco, ¡una apuesta segura!

Este pequeño apartamento de playa se decoró de manera exquisita, pensando en optimizar al máximo el espacio y conseguir esa sensación de frescura que deberían tener todas las casas de playa. Para conseguirlo, todos los muebles son blancos y con patas (eso los hace más ligeros a la vista), y las tapicerías van en consonancia. La base de blanco en paredes y suelos suma amplitud, y el gran ventanal del fondo pone la luz. Un espacio sin complicaciones pensado para disfrutarlo todo el verano. Las dos mesas (la de comedor y la de centro) son redondas. Eso favorece la circulación alrededor y se come menos espacio que una rectangular o cuadrada. Además, al ser de cristal y con patas de acero, en el caso de la mesa de comedor, aún se ve más ligera. Otra idea que puedes copiar en tu casa de la playa.
Tapicerías claras y fibras naturales

Un salón preparado para vivir dentro y fuera a la vez. Se consigue con un gran ventanal que se abre por completo para conectar ambas estancias y hacer que se fusionen en solo una. ¿Qué elementos conectan aún más ambos espacios? El mismo suelo cerámico imitación madera (facilísimos de mantener limpios y más frescos que la madera natural), las fibras naturales (yute, ratán...) y sintéticas en el sofá. Y los tejidos con el mismo color de base en todos los sofás (un suave beige) y alegres fundas de cojín en tonos ocre y verdes. Quédate con la idea del estor opaco por fuera de la ventana. Es una solución ideal para los que no tienen persianas y cuentan con una terraza cubierta.
¿Y tú, también planeas hacer cambios en tu salón para adaptarlo a estos calores? ¿Qué idea te ha inspirado más? Anímate a dejar tu comentario.
1 Comentario
Tengo integrado bastantes de las sugerencias aportadas sobre los muebles, sus clores, tonalidades, material de tela usada (revestimiento, colores de interiores, espacios abiertos y esto ha sido antes de leer este artículo de habitissimo. El diseño arquitectónico de nuestro hogar en la isla de Puerto Rico en una hacienda/finca, era precisamente una casa con espacios abiertos al estilo japonés y techos en 14 aguas con alturas de 4,57 metros, 6,09 metros y 7,62 metros y ventanas muy amplias en cristal completo para apreciar las vistas al mar.