Pintar puertas de blanco está moda. Es una de esas obras fáciles y baratas que podemos hacer en casa para dar un cambio de aires al hogar.
Al pintar las puertas de blanco ganamos en luminosidad y reforzamos la sensación de amplitud, por lo que es ideal para viviendas pequeñas o con poca luz. Además, las puertas blancas son más fáciles de limpiar respecto a otros colores como el negro o la madera porque la suciedad y el polvo destacan menos.
Y si estás pensando en vender tu inmueble, pintar las puertas en blanco puede ayudarte a aumentar su valor al incrementar el atractivo de la vivienda de cara a posibles compradores.
Como sabemos que estás decidido, solo te queda aprender cómo pintar una puerta de madera en color blanco. Con esta guía vas a tenerlo muy sencillo.
Coge brocha y pintura que… ¡comenzamos!
En este artículo
- Materiales necesarios para pintar puertas en blanco
- Pasos para pintar puertas en blanco
- Preguntas frecuentes
Materiales necesarios para pintar puertas en blanco
Pintar tus puertas de blanco no resulta nada complicado, enseguida lo verás. Pero antes, toma nota de todos los materiales que necesitas tener a mano. Puedes encontrarlos en tiendas o empresas de pintura y bricolaje.
- Lija: Para suavizar la superficie de la puerta y asegurar que la pintura se adhiera correctamente. Puede ser papel de lija de diferentes granulometrías o una lijadora automática (esta última te facilitará mucho la tarea).
- Imprimación: Una capa base que ayuda a que la pintura se adhiera mejor y a uniformar la superficie. Es importante que cuando la compres te fijes en que sea especial para madera.
- Pintura: Te recomendamos esmalte al agua (menos olor y más fácil de limpiar) o sintético (más resistente), específico para superficies de madera.
- Rodillo de espuma: Ideal para obtener un acabado liso y sin marcas.
- Brocha o paletina: La necesitarás para pintar áreas de difícil acceso y bordes. Las angulares te irán genial.
- Pistola aerográfica: Si tienes un sitio adecuado para ello, puedes pintar la puerta con esta herramienta para acelerar el proceso.
- Cinta de carrocero: Para proteger los bordes y otras zonas que no deseas pintar.
- Papel o plástico: Con los que tapar los muebles y el suelo para protegerlo de salpicaduras indeseadas.
- Masilla para madera y espátula: Si la puerta tiene agujeros, rayaduras o imperfecciones en la superficie, te ayudarán a cubrirlas.
- Trapos o paños: Para limpiar y secar la superficie de la puerta.
- Destornillador: Con él podrás retirar y colocar los herrajes de la puerta.
- Mascarilla, guantes y gafas: Para protegerte de los vapores y productos químicos durante el proceso. Si pintas la puerta con pistola, echa también a tu cesta de la compra unas gafas protectoras.
Pasos para pintar puertas en blanco
¿Ya tienes listo todo el material para pintar puertas de blanco? Pues es la hora de ponerse manos a la obra.
Un consejo antes de empezar, asegúrate de disponer de un espacio en casa para trabajar con comodidad. Si tienes garaje, cochera, terraza, jardín, área exterior o habitación vacía, sería perfecto.
Y si no cuentas con ello, siempre puedes retirar o cubrir los muebles de una estancia de casa y hacerlo allí. Mejor si está bien ventilada para evitar la acumulación de vapores tóxicos.
1. Preparar adecuadamente la puerta
Antes de comenzar a pintar, retira la puerta de sus bisagras y colócala en una superficie plana y estable. Desmonta todos los herrajes (manillas o picaportes, cerraduras, bisagras) usando un destornillador.
Fíjate bien dónde va cada pieza y guárdalas a buen recaudo para no tener problemas cuando te dispongas a montarlas y colocarlas de nuevo en su lugar original.
2. Colocar cinta de carrocero alrededor de los bordes
3. Lijar la puerta
Si la puerta ya está barnizada o pintada, tendrás que lijarla para eliminar la capa anterior. Y si está en madera natural sin pintar, también necesitarás lijar para abrir el poro y crear una superficie rugosa que facilite la adherencia de la nueva pintura blanca.
Comienza con una lija de grano grueso y después continúa con una de grano fino para alisar. Lija siguiendo la veta de la madera. Si observas cualquier defecto en la puerta, rellena con masilla para madera y deja que se seque completamente siguiendo las indicaciones del fabricante. Una vez que la masilla esté seca, lija la puerta de nuevo para igualar toda la superficie.
Al terminar, limpia bien la puerta con un paño húmedo para retirar los restos de polvo y suciedad que hayan podido quedar acumulados.
4. Aplicar la imprimación adecuada para que la pintura se adhiera correctamente
Ahora sí, rodillo en mano toca aplicar una capa de imprimación sobre toda la puerta. Utiliza la brocha o paletina angular para llegar a esas áreas más conflictivas como esquinas o cantos. Así el resultado será lo más uniforme y pulido posible.
Esta capa de imprimación te ayudará a sellar la madera y que la pintura se fije mejor. Además, conseguirás una base uniforme de color y la pintura aguantará más tiempo. Incluso puede reducir la cantidad de capas de pintura necesarias para lograr una cobertura total, ahorrando tiempo, esfuerzo y dinero.
5. Aplica la primera capa de pintura
Cuando la imprimación esté totalmente seca (nunca antes que las prisas en estos trabajos de bricolaje nunca son buenas), aplica la primera capa de esmalte.
Revisa las instrucciones del fabricante porque, probablemente, tendrás que diluir un poquito el producto para que se deslice mejor con un poco de agua si es esmalte al agua o con un poco de aguarrás o disolvente si es esmalte al disolvente.
De nuevo el rodillo de espuma para las áreas más grandes y la brocha o paletina para los rincones van a ser tus mejores aliados. Aplica con cuidado de arriba a abajo una capa uniforme y trata de evitar las acumulaciones de pintura. Deja secar y, si el trabajo lo requiere, dale una segunda mano.
Si tienes pistola aerográfica, también puedes utilizarla en este paso para aplicar la capa de pintura de una forma más ágil. Recuerda trabajar en un espacio bien ventilado y con mascarilla puesta.
6. Eliminar los protectores
¡Ya casi casi lo tienes! Ahora es el momento de retirar la cinta de carrocero. Hazlo con mucho mimo y cuidado para no llevarte la pintura en el estirón.
7. Volver a instalar los herrajes de la puerta
Por último, coloca de nuevo manillas, bisagras y cualquier otro herraje que retiraste al inicio del proceso. Hazlo solo cuando la puerta esté totalmente seca para no cargarte el trabajo hecho.
Vuelve a colgar la puerta en sus bisagras y… ¡emoción máxima! Disfruta de tus puertas blancas y relucientes.
➡️ ¿Vas a pintar muebles de cocina de madera? Puedes seguir este mismo paso a paso.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la mejor pintura para pintar unas puertas de madera?
Hoy existen pinturas de muy buena calidad para pintar puertas de madera. La mayoría son ecológicas, apenas desprenden olor, se limpian y rebajan con agua y resultan muy resistentes. Lo mejor es escoger esmaltes acrílicos con acabado satinado, más elegante que el brillante y más resistente que el mate.
Recuerda aplicar siempre la pintura en capas muy finas y lijar entre ellas. Si vas a pintar con pistola la tendrás que diluir; si usas rodillo o brocha, utilízala tal y como viene en el envase.
¿Cuánto cuesta pintar una puerta de madera?
El precio de pintar puertas en blanco varía, dependiendo del tipo de trabajo que quieras y de si lo vas a hacer tú o no. Si las pintas tú, el esmalte te saldrá por unos 30 euros por puerta. Pero si lo encargas, el coste medio es de unos 75 euros.
En general, lijar y pintar una puerta de madera cuesta unos 100 euros. Pero si vas a pintar todas las de la casa, es muy posible que te lo rebajen.
➡️ Consulta nuestra guía para saber cuánto cobra un pintor.
¿Qué color elegir para pintar una puerta de madera?
El color que elijas para pintar tus puertas es, por supuesto, una decisión personal. Pero te conviene saber que el blanco cálido, tipo marfil, combina bien con todo y añade claridad y amplitud. Si pintas también los rodapiés, el efecto será espectacular.
¿Quieres salirte un poco de lo normal? Apuesta por un tono gris muy claro; es elegante y chic. Y si te gusta la decoración más transgresora, siempre puedes escoger tonos más intensos: gris grafito, azul petróleo, rojo teja... Una buena opción es pintar de estos colores las puertas de los armarios y dejar las de paso en blanco. La combinación llamará la atención.