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Limpiar el polvo de los radiadores
Después de casi un año sin usar, los radiadores deben limpiarse a conciencia. No sólo es necesario purgarlos, también hay que eliminar el polvo que se ha ido acumulando en ellos. Lo recomendable sería realizar esta tarea una vez cada mes, para que así no se acumule demasiado la suciedad en los rincones. No obstante, tanto si hemos podido como si no (hay veces que estas viviendas son segundas viviendas y no podemos limpiarlas tanto como quisiéramos) siempre tendremos que retirar el polvo antes de purgar.
Podemos pasar un plumero o una aspiradora. Después, podremos pasar un paño húmedo con agua tibia y un poco de jabón.
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Tipos de purgadores
No todos los radiadores son iguales y aunque los nuevos modelos incorporan todos los purgadores automáticos, también podemos encontrarnos con purgadores manuales. Los primeros lo ponen todo más fácil, pues bastará con encenderlos para que poco a poco acaben con las bolsas de aire y preparen el radiador para que caliente de la manera óptima durante el invierno. Por otro, tenemos los purgadores manuales. Estos tenemos que manipularlos nosotros. Ahora bien ¿cómo saber si nuestro radiador tiene bolsas de aire? Si emite un gorgoteo, por ejemplo o si notamos que no calienta lo suficiente.
Purgar el radiador
En el caso de que nuestro radiador cuente con bolsas de aire, lo primero que deberemos hacer será asegurarnos de que la calefacción no está puesta. De esta forma, la bomba de la caldera dejará de mover el agua y el aire por su circuito. Una vez tengamos este paso, debemos cerrar la llave de paso de agua de los radiadores. Se recomienda, además, que se empiece siempre por el que está más cerca de la caldera, pues es mucho más sencillo y efectivo si seguimos el flujo de agua dentro del propio circuito.
Con la ayuda de una llave inglesa o destornillador adecuado, giraremos la válvula del purgado de nuestro radiador hasta que mire hacia arriba. En este momento, el aire estará introduciéndose por el sistema del purgador y poco a poco irá abandonando también el interior. ¿Cuándo habremos terminado? Cuando de la válvula salga líquido. Por este motivo es interesante colocar un recipiente bajo para que no se estropeen suelos como el de madera.
Cuando encendamos nuevamente la calefacción, habrá que asegurarse de que la presión interna del sistema está dentro del intervalo recomendado. Normalmente debe estar entre el bar y el bar y medio de presión.
Después de purgar
Una vez purguemos los radiadores, podremos disfrutar de una calefacción más eficiente. Ahora bien, además de limpiarlos de vez en cuando (en frío) para que no se acumule el polvo incluso en invierno, también es importante saber que no se deben tapar nunca. Es más, los cubre radiadores, muebles o cortinas, pueden resultar decorativos, pero van a dificultar muchísimo el calor. De esta forma, es posible que si nuestro radiador está tapado con algún mueble funcione peor y no sea una cuestión de purga.