Cómo funciona el aire acondicionado

Los equipos se componen de dos elementos básicos: una unidad interior (o varias) y una exterior. Ambas están conectadas por un circuito refrigerante y cada componente tiene una misión fundamental. 

• La unidad interior o split extrae el aire caliente de la estancia. En su interior se encuentra el evaporador, que contiene líquido refrigerante a baja temperatura. Cuando el aire absorbido entra en contacto con él, se enfría y regresa a la habitación con la ayuda de un ventilador.
• Mientras tanto, el líquido refrigerante, al calentarse, se evapora y se convierte en gas. Siguiendo el circuito llega al compresor, que comprime e incrementa su temperatura. Así llega al condensador, componente donde se produce un intercambio de temperatura con el exterior. 
• En ese momento el gas se enfría de nuevo y vuelve a estado líquido, aunque no del todo. Es en la válvula de expansión donde se consigue disminuyendo su presión. De ella, el refrigerante pasa de nuevo al evaporador y el ciclo se repite. 

Este es el funcionamiento de los equipos de aire acondicionado doméstico, aires split y multisplit. La única diferencia es que estos últimos tienen varias unidades interiores conectadas a una sola exterior, que pueden funcionar de manera independiente o simultánea. Es, por ello, una buena solución cuando es necesario climatizar varias estancias. También es importante conocer las diferencias entre aire acondicionado o split.

Teniendo en cuenta el precio de la energía y la necesidad de ahorrar recursos, la eficiencia es más importante que nunca. Si ha llegado el momento de cambiar los viejos equipos, el aire acondicionado con tecnología Inverter es la mejor decisión.

El secreto de su eficiencia está en el funcionamiento del compresor. En los equipos convencionales, este funciona a máxima velocidad, cuando se alcanza la temperatura deseada se apaga y vuelve a arrancar en el momento en el que esa temperatura ideal se ha perdido.

En un sistema inverter el compresor trabaja de forma continuada y a una velocidad constante, sin paradas. ¿Qué se consigue con ello? Un ahorro energético de hasta un 40 %. Y no es la única ventaja, además, los equipos sufren un menor desgaste y mejora la sensación de confort, ya que la temperatura se mantiene también más estable.

No solo refrescar, un equipo de aire acondicionado también puede calentar una estancia, siempre y cuando, por supuesto, lleve incorporada bomba de calor. Entender cómo trabaja no tiene mayor complicación. Ahora que ya sabemos cómo funciona un aire acondicionado, simplemente hay que pensar en el ciclo al revés, es decir, revirtiendo el sentido de circulación del gas refrigerante. 

Eso sí, hay que diferenciar las bombas de calor aire-aire de las de aire -agua. Estas últimas también funcionan mediante aerotermia, pero la energía que se obtiene del aire se entrega a un depósito de agua.

Ya hemos visto que no todos los equipos de aire acondicionado son iguales. Por eso, si queremos que la temperatura en casa sea agradable sin que el bolsillo se resienta demasiado, es importante tener en cuenta algunas cuestiones importantes:

• Elegir siempre equipos eficientes: son más caros, pero su consumo es notablemente inferior. Para conocer el consumo estimado solo hay que fijarse en la etiqueta energética.
• Calcular las frigorías: es necesario para elegir equipos con la potencia adecuada. Si esta es insuficiente, el consumo se disparará y los aparatos verán su vida útil reducida.
• Funciones extra: equipos que pueden controlarse mediante dispositivos electrónicos o que son programables siempre ayudan a rebajar la factura energética.

Y, además de ello, por supuesto, es fundamental utilizar los equipos con sensatez. Por muy eficientes que sean, cada grado de temperatura que se baje en el termostato supone un incremento en el consumo de alrededor de un 7 %.