¿Cocina abierta o cocina cerrada? Pros y contras de cada una

Las cocinas independientes son aquellas que se cierran mediante tabiquería, dejando así un espacio aislado del resto de la casa. Es la disposición tradicional, pues lo cierto es que la mayoría de las viviendas de antigua construcción contaban con ella. Esta separación ayuda, entre otras cosas, a delimitar las zonas por actividad.

Las cocinas abiertas son aquellas que no usan tabiquería para ser cerradas. Es decir, se trata de cocinas que se unen a otros espacios, normalmente salones o comedores. Esta integración se puede hacer de varias formas; por ejemplo, dejándola completamente abierta o bien creando una separación visual a través de elementos como una barra americana o una isla de cocina.

• Solución para ganar espacio. Al unificar cocina con otra estancia consigues duplicar el espacio. Esto es muy interesante en las viviendas con pocos metros.
• Aumenta la luz natural. En muchas ocasiones, las cocinas independientes quedan en la parte interior de las viviendas, contando por tanto con menos luz natural. Al abrir la cocina a salones comedores, consigues que las fuentes de luz sean varias, pues eliminas los obstáculos estructurales. Esto también aumentará la sensación de amplitud.
• Permiten la interactuación con los demás mientras se cocina. Esto puede resultar interesante en varios casos; por ejemplo, cuando tenemos comidas familiares. Mientras que uno cocina, puede estar charlando amenamente con el resto de comensales. Además, cuando se tienen hijos pequeños también puede suponer una ventaja, pues estar en la cocina no significará tenerlos fuera del campo visual.
• Posibilidad de integrar islas de cocina. Al aumentar el espacio, es posible colocar elementos que quizá sean demasiado grandes para una cocina cerrada, como, por ejemplo, una isla de cocina.

• Los olores se extienden mucho más. Aunque hay que señalar que las campanas y conjuntos de extracción actuales son bastante potentes, al estar todo junto es inevitable que los olores y humos propios de esta zona se expandan por el salón o el comedor.
• Problemas de ruidos. En este caso, también podemos decir que hay electrodomésticos muy silenciosos. No obstante, aunque tengamos la lavadora o el lavavajillas más moderno y eficiente del mercado, cocinando se hace ruido. Ruido de aceite, de cacharros, de grifos que se abren y se cierran. Este ruido no encuentra barreras, siendo en ocasiones un poco molesto para las personas que están en el resto de la estancia unificada.
• Menos tranquilidad a la hora de cocinar. Asimismo, cuando la cocina está unida a otras dependencias, también se complica nuestra tarea como chefs, pues no cocinamos con tanta tranquilidad.
• El desorden queda más expuesto. En las cocinas se genera bastante desorden, pues se usan muchos utensilios y alimentos a la vez. Aunque con recogerlos basta, lo cierto es que este desorden está mucho más expuesto a la vista de nuestras visitas al no ser una estancia independiente.