Reforma que iniciamos en Cádiz fruto de la evolución de la familia, aspecto muy común en los tiempos que vivimos.
Los clientes son una pareja con tres hijas con la vida resuelta, fuera de Cádiz y muy familiares. Buscaban una vivienda cómoda para el matrimonio en su día a día con la flexibilidad de poder albergar a toda la familia en ocasiones puntuales.
La zona de día pasa a ser un espacio de concepto abierto, diáfano pero con la posibilidad de sectorizar la cocina, en la que el problema de base que teníamos era su caprichosa geometría. Nuestra respuesta fué crear un diseño limpio y práctico de almacenaje apoyado con una isla de trabajo.
El pasillo, como elemento articulador, era angosto y oscuro, por lo que quisimos solucionar estos aspectos retranqueando las entradas a los dormitorios, creando así un espacio más dilatado, y potenciando la luz natural y artificial para mejorar la habitabilidad del mismo.
En cuanto a la zona de noche, nuestra intervención ha consistido en aportar una cierta coherencia a los accesos de los dormitorios y estructurar las zonas de almacenaje de los mismos, buscando un resultado más limpio y estético. Los baños, aunque de partida guardan una similitud estética, hemos buscado una cierta diferenciación, de forma que el de la pareja sea más formal y el de las hijas más desenfadado.
Con la elección de los materiales hemos perseguido el equilibrio, la continuidad y la homogeneidad en toda la casa, consiguiendo una unificación estética en todo el proyecto.
La zona de dia de la vivienda pasa de ser un espacio muy compartimentado a uno de concepto abierto, diáfano pero con la posibilidad de cerrar la cocina con una puerta corredera, consiguiendo así flexibilidad a la hora de articular los espacios.
Cuando tenemos espacios de concepto abierto es importante localizar de alguna manera las distintas actividades que se vayan a dar en el. En nuestro caso hemos recurrido a la creación de alturas diferentes en los techos con iluminación ambiente, para acotar la zona de comedor y estar de la vivienda.
La gran cantidad de divisiones de la vivienda impedía que se reconociese la verdadera escala de la misma, y que la luz natural alcanzara todas las estancias.
Con respecto a la cocina, el problema de base que teníamos era su geometría tan caprichosa, a lo que nuestra respuesta fué crear un diseño limpio y practico de almacenaje apoyado en una isla de trabajo para equilibrar las formas y darle un sentido lógico tanto al uso del espacio como a sus circulaciones.
El cocina que nos encontramos antes de la reforma, era un espacio desfasado, con zonas de trabajo angostas. Se había ampliado hacia la zona de lavadero pero sin entender todo el conjunto.
El pasillo, como elemento articulador entre la zona de día y la zona de noche, eran angosto y oscuro, por lo que con nuestra propuesta hemos intentado solventar estos aspectos retranqueando las entradas de los dormitorios y crear así unas dilataciones del pasillo, pasando de ser una zona de transito a un espacio mas vividero. También hemos tajando en mejorar la iluminación, tanto natural como artificial, para mejorar la habitabilidad del mismo.
La zona de noche queda recogida en una pastilla lateral en sentido longitudinal de la vivienda. Nuestras intervención, en esta caso, ha consistido en darle un poco mas de coherencia a los accesos de los dormitorios, y estructurar las zonas de almacenaje de cada una de las estancias para que el resultado se mucho mas limpio, recogido y estético.
En los baños, aunque de partida guardan una similitud estética, hemos querido aportar una pequeña diferenciación al resultado, de forma que el de la pareja fuese más formal y que el de las hijas algo más desenfadado.
Los baños eran piezas mal distribuidas y muy pequeñas en relación a la vivienda.
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