El solar está situado en un tejido urbano residencial de baja densidad que está rodeado de áreas verdes naturales y cercano al mar.
Una gran parte de este sector está formado por parcelas con pendientes considerables.
La observación inicial del lugar y del entorno más cercano y lejano, puso de relieve que la mayoría de las viviendas que se estaban construyendo o estaban construidas en la zona seguían una misma premisa: situarse en la parte más alta del solar -rellenando el terreno donde se ubican los edificios-, mediante una volumetría transversal lo más ancha posible, dejando el resto del solar como un jardín en pendiente de difícil aprovechamiento y relación con los espacios de la vivienda.
Partiendo de la consideración descrita anteriormente, surgió la premisa de que la arquitectura de la vivienda proyectada debía tener la voluntad de formar parte del paisaje del lugar, alcanzando una correcta integración en el entorno natural que lo rodea. Y a ser posible, a pesar de la fuerte pendiente que presentaba el solar, que los diferentes espacios que configuraran el proyecto, pudieran de una manera u otra tener una relación visual o de contacto con el terreno. De modo que en vez de rellenar el terreno, se hiciera una adaptación suave del solar, a diferentes niveles, por lo que la mayoría del espacio no edificado del solar fuera útil y pudiera participar y formar parte del proyecto con un protagonismo equivalente al de la edificio.
En cuanto al proyecto, se renuncia a colocar la vivienda en la parte superior del solar y se propone una implantación de tipo adaptativo con el terreno de fuerte pendiente que ofrece la parcela, mediante la definición y adaptación de diferentes niveles topográficos que componen los espacios exteriores; para hacerlos útiles y para posibilitar su relación con los espacios interiores. Con esta decisión, en vez de proponer una volumetría de amplitud transversal, se propone una volumetría longitudinal -una buena parte enterrada e iluminada mediante un patio-, donde el último forjado del edificio está situado prácticamente una planta por debajo de los edificios que le rodean. De esta manera, se conservan los árboles originales existentes en el solar y resulta una volumetría de formas sencillas, menos agresiva con el entorno y que tiene como propósito ser una arquitectura que habite el paisaje.
La vivienda articula su estructura espacial mediante un núcleo vertical de comunicaciones y un cuerpo principal que actúa como un contenedor de actividades del que van surgiendo cuerpos auxiliares o de servicio que, de forma coordinada y participativa, forman el conjunto edificado. La planta semienterrada contiene el aparcamiento de vehículos, el área de salud y los espacios de almacenamiento e instalaciones. La planta baja contiene la zona de noche: habitaciones y cuartos de baño. La planta primera contiene la zona de día: salón, cocina-comedor y cuerpo auxiliar para invitados. El volumen situado sobre la planta de día contiene el estudio y la salida a la terraza-mirador.
Los interiores se plantean sencillos, confortables y prácticos para el habitante.
El tratamiento del espacio no edificado del solar alterna vegetación original conservada y vegetación de nueva plantación, zonas pavimentadas con piedra, madera, césped y una piscina alargada de perfil adaptativo con el terreno. En conjunto, todo proyectado con la voluntad de que la vegetación del entorno se perciba que entra dentro del solar hasta prácticamente tocar el edificio.
El edificio ha sido construido según los criterios de arquitectura solar pasiva: se orientan los diferentes espacios habitables hacia las vistas que ofrece el entorno y se hace un cuidadoso trabajo de control lumínico, tanto directo como indirecto, mediante aperturas, voladizos , elementos de protección solar y lucernarios.
También se aprovechan las aguas de lluvia para el riego del jardín, mediante la existencia de un depósito enterrado. Asimismo, la mayoría de la vegetación es mediterránea y propia del lugar, lo que significa un ahorro energético y de mantenimiento de las especies vegetales.
Cada uno de los espacios del edificio tiene la posibilidad de ventilar de manera cruzada, ya que todos los espacios habitables tienen apertura tanto en fachada exterior como en el patio interior.
En cuanto a la minimización de la demanda energética, se ha tratado desde un primer punto de vista mediante la creación de un envolvente (piel del edificio) con un espesor térmico compuesto y estudiado según la orientación de cada una de las fachadas, en concordancia con el clima donde se ubica el edificio.
Desde un segundo punto de vista se ha tratado la minimización de la demanda energética mediante un sistema de climatización integrado y global del edificio que aprovecha la energía solar para la reducción del consumo eléctrico.
En cuanto a los materiales utilizados en la construcción de este edificio, se han utiltzat materiales sencillos, de procedencia natural y de proximidad, con la voluntad de que el impacto medioambiental y paisajístico del edificio sea el menor posible.
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