La fotógrafa Ina K Andersen está vendiendo su casa y las fotos son simplemente deslumbrantes. Esta vivienda de fin de siglo en Oslo combina a la perfección muebles modernos y clásicos con una estética limpia y fresca, conservando los detalles arquitectónicos, dando prestigio a la decoración y a la memoria del espacio interior.
¡Seguro que a ti también te enamora!
Estilo tradicional


No solo las fotos son agradables, el estilo, y por supuesto, la estética del edificio de más de 100 años, lo hacen irresistible. La residencia tiene una ubicación tranquila y apartada en el corazón de Frogner, pero al mismo tiempo es muy céntrica y cercana a todos los servicios. Un barrio tranquilo y bien ubicado frente a un tranquilo jardín, un oasis en plena ciudad. Ella ha estado viviendo en el apartamento durante cinco años con su familia, y aunque se están mudando a una casa más grande, creemos que echaran de menos este lugar.
Clara y concisa



Cuando sus dueños compraron el apartamento hace cinco años tuvieron que renovarlo casi en su totalidad. Todo, menos el baño. La pareja incluso tuvo que establecer una nueva ubicación para la cocina, ya que originalmente estaba situada en el sótano con un pequeño elevador para llevar la comida hasta el apartamento. La cocina, ahora de roble macizo, desprende carácter y personalidad. La combinación de madera en la parte baja, el color negro en la parte superior y la acertada escala cromática seleccionada, hacen visualmente agradable cada rincón de esta casa. Un espacio sofisticado, con materiales nobles y acabados cuidados donde se han mantenido la mayor cantidad de detalles originales, aportando valor al espacio. Una estancia limpia y nítida, radiante de luz natural.
De estética singular


El otro extremo de la cocina sirve de comedor, donde pretende alejarse de su imagen convencional. Una amplia mesa de madera preside la estancia donde el mobiliario seleccionado de piezas vintage añade un punto de sofisticación. Sobre ella cuelgan del techo dos bombillas, dejando a la vista los cables de conexión. La paleta de colores se atreve con tintes intensos que aportan profundidad, combinados con acabados más suaves y claros para conseguir un discurso a la vez sobrio y relajado. La estancia se sitúa en el centro de la vivienda como espacio amortiguador de lado a lado y preámbulo de acceso a la sala de estar.
Elegante y sobrio con piezas icónicas



Una agradable paleta de colores y un delicado juego de tejidos y materiales consiguen captar la luz invernal y nos invita a quedarnos. Su estilo ecléctico de interiores es perfecto, una atmósfera muy tranquila de una casa llena de historia y personalidad. El equilibrio entre frío y cálido hace del espacio un interior armonioso. La arquitectura se resuelve de manera sencilla, con envolvente blanca y pavimento de madera natural, esto crea un fondo neutro sobre el que añadir piezas de diseño icónico y trazos de color. Sin excesos. Las antiguas carpinterías de madera fueron restauradas y pintadas de blanco, quedando sutilmente incorporadas a la composición.
Entre lo clásico y lo moderno

La vivienda ofrece un amplio catálogo de espacios o pequeñas escenas en los que disfrutar del interior con mobiliario de diseño y piezas de coleccionista. Ya sea en el estudio o en el cuarto de lectura, la luz natural enciende la colección de formas y materiales de interiorismo.
Un espacio para el descanso


Con un mullido cabecero tapizado y ropa de cama en tonos crudos, la estancia invita a la evasión y al descanso, permitiéndonos apreciar de un vistazo los materiales básicos de la intervención. Piezas de estilo vintage se adentran en el dormitorio para captar protagonismo: una bonita lámpara de lágrimas coronada por la moldura original restaurada. El armario arropa el dormitorio sin restarle protagonismo. Una pieza original recuperada para la ocasión. Un diseño nostálgico, romántico, personal y auténtico, que hacen de este dormitorio un lujo para los sentidos.

hace 5 años
Lindos!!!!!!